Gobernador de Guerrero: la entidad, al borde de la quiebra
MÉXICO, D.F. (apro).- El gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, clamó ante legisladores apoyo económico para evitar una crisis o, de plano, la quiebra de la entidad.
Ortega compareció ante la Comisión Permanente para hablar del problema educativo, pero amplió el abanico y advirtió que los problemas de narcotráfico, los bloqueos de estudiantes y maestros, las movilizaciones, el boquete financiero en el área de salud y la falta de fondos para el magisterio en conjunto tienen a Guerrero al borde de la quiebra.
Ante ese posible escenario, pidió a los legisladores de la Segunda Comisión de la Permanente reunidos en el Senado:
“Adelanten la toma de posesión del nuevo gobernador o intercedan ante la Secretaría de Hacienda para que nos entreguen recursos para afrontar el boquete financiero que tenemos y que puede provocar una crisis en la entidad”.
El mandatario guerrerense dijo a los legisladores que él ya habló con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en diciembre pasado, porque no tenía recursos para hacer frente al pago de salarios y aguinaldo de los docentes.
“Me dijo: ‘pide adelantos’. Yo le dije, ‘nos vas a cobrar intereses’. Él prometió que no lo haría, pero a la fecha nos cobra intereses y no nos han regresado las anticipaciones.
“¡Ayúdennos! Ya hay gobernador electo, si ya lo hay para qué seguir lidiando con esto, adelantemos al toma de posesión”, demandó Ortega.
Y advirtió que de no atender su petición “vamos a enfrentar una crisis financiera muy profunda. El tema educativo abrió este boquete, se resolvió el problema histórico pero quedó el boquete. La situación financiera es grave, o adelantamos la toma de posesión o declaramos la quiebra”.
Por si fuera poco, añadió que el narcotráfico acecha, asalta y roba a los maestros y por eso tuvo que pedir ayuda al Ejército y a la Marina. “Me ayudaron montando vigilancia, pero es un problema serio”, alertó.
Por ello pidió a senadores y diputados que asistan a Guerrero y establezcan juntos mesas de trabajo “para aclararle a los maestros que la evaluación no es punitiva, que no los van a correr si reprueban.
“El magisterio de Guerrero tiene incertidumbres, creen que si no pasan la prueba perderán su plaza y su ingreso con el que sostienen hasta a más de seis personas”, apuntó el mandatario estatal y si no se les garantiza que eso no sucederá habrá incertidumbre, protestas y miles tomarán las plazas y los edificios públicos, como ya ha ocurrido.
Ortega garantizó que los profesores sí regresarán a clases al inicio del próximo ciclo escolar. Por lo pronto, dijo, “no nos vamos a ir de vacaciones”, pero insistió en la instalación de mesas de trabajo desde este viernes para “agrandar fortalezas y abatir debilidades” en torno a la reforma educativa.
Según el mandatario, luego de la tragedia de los normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, el 26 de septiembre del año pasado, “se ha recuperado el estado de derecho”, ha habido acuerdos y no confrontaciones con los trabajadores de la educación.
Y afirmó que más allá de criterios políticos cortoplacistas, llegó a Guerrero para “construir paz y armonía democrática”. La “cereza del pastel”, puntualizó, es que “logramos la evaluación docente en su primera fase, la promoción del nuevo ingreso y ahora vamos juntos a construir el otro tramo”.