Ataques de ayer no son atentados contra el periodismo veracruzano: "El Buen Tono"

viernes, 14 de agosto de 2015 · 12:33
MÉXICO, D.F, (proceso.com.mx).- El periódico veracruzano "El Buen Tono" reprobó que dos de sus reporteros estuvieran conviviendo con sicarios del grupo criminal “Los Zetas”. “Es necesario puntualizar que los hechos registrados el jueves a primera hora fueron un ajuste de cuentas de un grupo delictivo contra otro. No fue un atentado a la libertad de expresión, ni un ataque contra el periodismo veracruzano”, publicó el diario en su editorial de este viernes. Ayer, un grupo armado irrumpió en el bar “La Taberna”, ubicado en el centro de Orizaba, Veracruz y asesinó a un excorresponsal de Televisa, al jefe de plaza de Los Zetas, y a otras cuatro personas,. El dueño del periódico “El Buen Tono”, José Abella –excandidato del PAN a la alcaldía de Córdoba- se desmarcó de los vínculos que su grupo de reporteros podría tener –como lo asegura el comunicado de la Fiscalía General del Estado- con el crimen organizado. “No se hagan bolas. Esos reporteros… no creo que hayan estado hablando de periodismo, sentados con el jefe de Los Zetas al que también asesinaron. Los dos que estaban ahí sentados de El Buen Tono deben de ser cesados de la empresa”, anticipó. A pesar de lo anterior, hoy el diario reprobó los niveles de violencia que sufre Veracruz: “Por si fuera poco, a la fecha cuatro reporteros de El Buen Tono han recibido amenazas, la última fue contra el corresponsal en la región de Cuitláhuac, Raúl Alfonso Rodríguez Hernández, el pasado mes de mayo cuando un hombre le exhibió con una pistola en la cintura y le dijo que ‘le bajara a sus notas’, es decir, que le reclamó censura a cambio de no ser agredido según el código gangsteril. No es casual que El Buen Tono sea uno de los medios informativos del estado que más agresiones y amenazas contra su personal haya recibido porque eso obedece a su línea editorial independiente que ha incomodado a muchos. “Cuando se hace periodismo que da prioridad a la población y no a los grupos de poder, sean formales o fácticos, siempre se va a generar escozor. Es algo que tiene que remarcarse porque el lector, el ciudadano común, debe dimensionar el grado de riesgo que corre un periodista o los encargados de un proyecto periodístico para cumplir con el compromiso de informar a la sociedad”.

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