No habrá "milagro económico" con Aureoles en Michoacán: académico

martes, 29 de septiembre de 2015 · 19:27
MORELIA, Mich. (apro).- Michoacán está sumido en un pozo sin fin financieramente hablando y no “va haber milagro económico con Silvano Aureoles”, por el contrario, debido a la crisis que padece la entidad, podría haber una parálisis en el nuevo gobierno, advierte Heliodoro Gil Corona, presidente del Colegio de Economistas de Michoacán (CEM). En entrevista, el investigador de tiempo completo en la Universidad Michoacana afirma que el de Michoacán es un “reto de largo plazo”, que va a llevar por lo menos 18 años consistentes y si se apuesta a nuevos sectores de desarrollo. El pasado 22 de septiembre en la Ciudad de México, el gobernador electo reconoció que recibirá una entidad con una deuda total de 17 mil 500 millones de pesos, pero dijo que su preocupación es la deuda contingente que ronda los 14 mil millones de pesos. El perredista aseguró primero que la deuda es manejable para el presupuesto que tiene la entidad que es de 58 mil millones de pesos, pero luego reculó en un comunicado y precisó que la deuda es de 31 mil millones de pesos. Aureoles afirmó en su visita a la Cámara de Diputados en el DF, que no piensa pedir crédito para endeudar más a los michoacanos, sino hacer ajustes en los gastos del gobierno, contrataciones y servicios personales innecesarios, cuidando los derechos laborales de los trabajadores. Según Heliodoro Gil, el problema es más serio de lo que plantea el gobernador electo. “Lo que ha dado a conocer Silvano es más o menos 17 mil millones de pesos en deuda financiera, a largo plazo, y 14 mil de deuda no bancaria a corto plazo. Él prevé que el estado tiene una presión financiera por el orden 31 mil millones de pesos. Yo haría unas consideraciones, no solamente en la preocupación que tiene Silvano, yo iría más a fondo: el gobierno entrante tiene dos problemas cruciales para el desarrollo del estado en los próximos seis años”. Primero, dice, hay una crisis financiera “crónica” y en segundo lugar “una incapacidad de crecimiento económico”. “A veces no sabemos cuál es el uno y cuál es el dos pero ambos elementos están íntimamente correlacionados”, afirma el investigador. Explica: “Ese es la raíz del problema, que abajo de esa problemática, están dos ‘boquetes’ productivos, profundos, agudos, también para la administración de Silvano –que no vamos a tocar–, pero que serían el tejido productivo y social de Michoacán”. A esos dos problemas “macros”, dice, se suman otros dos elementos que “subyacen y carcomen lo financiero” que es, por un lado, la “economía informal”, los empleos que se generan sin formalidad, que son preocupantes porque ese empleo no es de calidad. No va a seguridad Social y evidentemente no aporta al erario. El otro tema que carcome el tejido social, sigue, es “la sentencia de la pobreza en Michoacán, que viene en ascenso de acuerdo con la evaluación de Coneval. Si no es en lo macro, es en lo micro, lo que hace más profunda la crisis económica y financiera de la entidad. “Esos son para mi gusto, los temas a abordar, agendas necesarias del próximo gobernador para los siguientes seis años”, afirma Heliodoro Gil. De antemano, sostiene el catedrático, Michoacán tiene un escenario “complejo” en perspectiva, económica, financiera y social porque además los entornos macroeconómicos nacionales apuntan hacia fases “restrictivas” de contención del gasto público y una economía global mexicana que no crece lo suficiente. Según Gil Corona, Michoacán padece un déficit financiero crónico desde 2007 a la fecha. En promedio, dice, el déficit anual del estado es de seis mil 320 millones en promedio del 2007 al 2015. “Eso significa que tenemos un ‘gobierno gastón’, gasta más que los ingresos que recibe. Y por lo tanto financia de manera muy importante su gasto corriente, su gasto burocrático. Ello ha menoscabo la inversión productiva”, afirma. –¿Por qué hay este desequilibrio en las finanzas públicas de Michoacán?— se le pregunta. –Número uno: porque genera reducidos ingresos propios. En promedio del 2007 a 2015 hay ingresos propios poquito arriba de los tres mil millones de pesos, es lo que genera la entidad. “Eso significa que el gobierno del estado depende en exceso de los ingresos de origen federal y por lo tanto, depende del éxito de la Hacienda Pública Federal. Si a la federación le va bien, a Michoacán le va bien”. La dependencia, señala, es de un 95% contra 5% promedio que se generan de manera local desde 2007. “En consecuencia tenemos una deuda fiscal estatal sumamente exagerada, consecuentemente no tenemos capacidad de maniobra local dependes fundamentalmente de nadar bien ‘de muertito’, de los programas federales y de las trasferencias federales. “Esa es una ‘debilidad’ que explica este asunto de los déficits financieros ‘crónicos’”, subraya el académico. Otro elemento clave, abunda, es que hay “una o pésima distribución y uso del gasto público”. El despilfarro, dice, viene desde el periodo de “bonanza” registrado entre 2004 y 2008, donde hubo participaciones crecientes gracias al precio del petróleo. “En esa época los gobierno se dedicaron a gastar, valga la redundancia, en ‘gasto corriente’, en burocracia, en menoscabo del modelo productivo de los estados”, acusa. Y no sólo eso, sino que dejaron gastos “obesos” que ahora van a tener que recortarse, lo que se va a ver reflejado en el próximo gobierno. Más o menos el gasto corriente entre el 2007- 2015 creció un 10% al pasar 62.4 % al 72. % que va a dejar el actual gobernador Salvador Jara Guerrero. En consecuencia, en ese mismo lapso el gasto de inversión se redujo de 12.0% a 2.7% del gasto total. El monto de la inversión estatal bajó de cuatro mil 666 millones de pesos a mil 632 millones de pesos, es decir, “hay una pérdida de capacidad de generar inversión estatal”. “Prácticamente nada nos está dejando en gasto productivo don Salvador Jara, con un gobierno sustituto fallido que deja en pésimas condiciones las finanzas y la actividad productiva” y deja un claro deterioro de la flexibilidad financiera del estado, lamenta Gil Corona. El tamaño de la deuda pasó del 4.6% del Producto Interno Bruto del Estado (PIBE) en el 2007, a 8.5% en este año. Así lo va a dejar Salvador Jara Guerrero. “Esto es lo que se le llama el deterioro de la “flexibilidad financiera”, explica el académico y afirma que “la deuda a largo plazo no parará” y crecerán las obligaciones financieras reportadas a la Secretaría de Hacienda. Advierte Gil Corona: “En el 2007, Leonel Godoy dejó una deuda financiera por 6 mil 133 millones de pesos y va a pasar, es una estimación personal, a cerca de 18 mil 300 millones al cierre de este año. Estoy incorporando créditos de Banobras, por ejemplo que no están reportando en la cuenta pública del primer trimestre de este año y que no se van en el segundo trimestre. “Solamente los vamos a ver revisados y consolidados al cierre de este ejercicio fiscal y seguramente los van a encontrar el equipo de Silvano Aureoles”, comenta. El reto que tiene hacia adelante el nuevo gobierno, dice el académico, es romper la inercia del crecimiento raquítico. Y “aspiracionalmente” tiene que plantearse metas de crecimiento del 3 al 4% consistente para poder ir revirtiendo “paulatinamente” las necesidades económicas, productivas y sociales de Michoacán.

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