CHIHUAHUA, Chih. (apro).- Por daños y perjuicios, Rubén Alberto Fonseca demandó ante los Juzgados Civiles y Familiares al ayuntamiento de esta capital y a la Secretaría de Educación Pública Municipal (SSPM), luego de que agentes municipales lo obligaron a besar en la boca a otro hombre, a cambio de su libertad. El afectado admitió que tiene problemas de alcoholismo, sin embargo, dijo, eso no justifica el comportamiento de los elementos de la SSPM, y exigió a las autoridades correspondientes una indemnización de 300 mil pesos. Luis Carlos Fonseca, hermano del ofendido, demandó al alcalde Javier Garfio Pacheco la reparación del daño, porque su familia, subrayó, se siente humillada e incluso no descartan mudarse a otra entidad de la República. Jorge Orona Tello, abogado del afectado, detalló que la demanda se promovió por la vía ordinaria y en ella se incluyen los siguientes puntos reparatorios: -Cantidad resarcitoria por daños a la integridad física y moral, ocasionados por abuso de autoridad, basado en la Ley de Responsabilidad Patrimonial de Chihuahua. -Cantidad económica por daño psicológico por inducir a un estado angustioso y depresivo. En este caso se exige el pago de 80 sesiones con un especialista. -Cantidad por concepto de incapacidad laboral. La demanda fue recibida en la oficialía de turnos del Tribunal Superior de Justicia del estado (TSJE). En tanto, el municipio tiene un plazo de seis a nueve días para contestar la demanda. El pasado 1 de septiembre, el director de la SSPM, Horacio Salcido, cesó a los cinco agentes de esa corporación que detuvieron y obligaron a Fonseca a besarse en la boca con otro hombre, con la promesa de liberarlos. En aquella ocasión el vocero de la dependencia, Alejandro Aguirre, precisó que los hechos ocurrieron entre el 10 y 12 de agosto pasado en los patios de la Comandancia Norte de la SSPM, en esta capital. Los policías grabaron la acción y posteriormente subieron el video a Internet, donde se observa a dos hombres esposados en la parte trasera de una patrulla pick-up, en aparente estado de ebriedad, motivo por el cual habrían sido arrestados. Los agentes piden a los detenidos que se den un beso para poder dejarlos en libertad sin remitirlos al arresto ordinario, y como compromiso les quitan las esposas. Uno de los agentes les dice: "A ver, dale un beso, pues, para soltarte”. “¿Pero nos sueltan?”, pregunta uno de los detenidos. “Si, güey, yo les quito las esposas en caliente, pero ya, y no la hagan de pedo”, responde aquél, mientras los otros policías sueltan la carcajada sin intervenir. “Dale el beso, ándale, ya, para que los suelten”, insiste otro agente. Y un detenido le dice a otro: “Te voy a dar un pinche besote”, mientras los policías los graban y ríen. Luego del beso, los uniformados llevaron a los dos hombres a la comandancia de la zona norte, sin cumplir su promesa.