CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Tal como ocurrió hace tres años durante la administración de Ángel Aguirre Rivero, ahora el gobierno de Héctor Astudillo Flores también subsidia y promueve una feria que en lugar de fomentar la cultura y tradiciones, exalta la narcocultura en esta ciudad colapsada por los secuestros, extorsiones y ejecuciones. Esta madrugada fue ejecutado un joven al interior de las instalaciones de la feria de Navidad y Año Nuevo, ubicada al oriente de Chilpancingo, a pesar de que el lugar es resguardado por soldados y policías municipales, y estatales. La víctima fue identificada como Yair Barrera Armendariz, de 24 años y de oficio mecánico, quien se encontraba en la zona de bares acompañado por una mujer cuando un sujeto armado le disparó al joven en la cabeza y dejó herida a su pareja. Los miembros del patronato de la llamada “narcoferia”, que ahora encabeza el empresario Manuel Peraza Gil, anunciaron que esta edición se enfocaría en "promover la cultura y tradiciones guerrerenses". No obstante, para este 1 de enero de 2017 está contemplado un jaripeo en la plaza de toros Belisario Arteaga donde "la estrella artística" anunciada es Alfredo Ríos El Komander, quien ha sido señalado por hacer “apología del delito”. Además, en el cartel del narcobaile también se contempla la participación de la banda Ases y Reyes, originarios del estado de Morelos y conocidos por interpretar corridos que exaltan a sicarios de la banda de Los Rojos y al extinto capo Arturo Beltrán Leyva, quien controlaba el corredor Acapulco-Cuernavaca hasta 2009, cuando fue abatido por infante de Marina en la ciudad de la eterna primavera. Ello, a pesar de que actualmente la capital del estado se encuentra hundida en una crisis de inseguridad y violencia ante la brutal confrontación que mantienen sicarios al servicio de Los Rojos, Los Ardillos y El Cartel del Sur por la disputa de esta plaza estratégica en la geografía del narco en la entidad. En abril de 2014, Apro dio a conocer que el exalcalde perredista de Iguala, José Luis Abarca Velázquez -preso por sus nexos con la delincuencia y su participación en la masacre y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa-, autorizó los permisos para la presentación del intérprete de narco corridos El Komander. Este hecho desató una ola de protestas en redes sociales donde declararon al cantante como persona non grata y provocó la cancelación de su presentación en Iguala. Dos años después, el alcalde priista de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, aprobó la iniciativa impulsada por un grupo de empresarios y los miembros del patronato para que El Komander se presente en esta capital colapsada por la narcoviolencia. La feria de Chilpancingo que empezó este domingo con el Paseo del Pendón y concluye a principios de enero de 2017, recibe anualmente un subsidio del gobierno estatal en turno que rebasa los tres millones de pesos y desde hace más de seis años se ha convertido en un espacio de violencia, muerte y extorsión. En diciembre de 2013, Apro reportó que la Feria de Chilpancingo había sido secuestrada por la delincuencia y los comerciantes eran obligados a pagar cuota al narco y en caso de que negarse, simplemente eran expulsados de los terrenos de la celebración ubicados en los antiguos viveros de la colonia Los Ángeles, al oriente de esta capital. El nivel de cinismo de las autoridades frente a esta situación se reflejó en ese entonces cuando el expresidente del patronato de la feria, Arturo Zamora Gutiérrez, trabajador del actual diputado local priista Ricardo Moreno, admitió públicamente que el caso de las extorsiones a los comerciantes que participan en el festejo es algo “normal” y “nadie lo puede evitar”, dijo el ahora funcionario en el Congreso local.