Sobre acusaciones de nepotismo, presidente del TSJ de Guerrero dice: 'Ahí no tengo ni una querida”
CHILPANCINGO, Gro. (apro).- "Yo ni lo afirmó, ni lo niego, por no ser un hecho propio", expresó el presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Robespierre Robles Hurtado, sobre el nepotismo que impera en el Poder Judicial de la entidad.
El notario 19 de Acapulco –señalado públicamente por presuntos nexos con el narcotráfico– aseguró que él no tiene familiares dentro de la institución y tampoco "una novia, ni una querida", pero cuando se le preguntó por el resto de los magistrados, evadió el tema.
El nepotismo en el TSJ se ha convertido en práctica común de los magistrados para emplear a sus familiares, sobre todo ahora que se abrieron plazas para el nuevo sistema penal.
Trabajadores del Poder Judicial han denunciado públicamente la corrupción que impera a nivel interno, e incluso el año pasado pararon labores para exigir respeto a la carrera judicial y mejoras salariales.
Pese a ello, la red familiar y de complicidades tejidas por los encargados de impartir justicia en la entidad sigue intacta en el contexto del nuevo Sistema de Justicia Penal.
Consultado al respecto, Robles Hurtado dijo que no se ha percatado de tal irregularidad, y argumentó que apenas fue designado en el cargo por el gobernador Héctor Astudillo Flores.
"Yo acabo de llegar hace seis meses y estamos en una auditoría de nómina para ver qué se desprende de esa auditoría en el área de Recursos Humanos", indicó.
El pasado miércoles 6, Apro difundió una nota titulada “Red de complicidades y nepotismo corrompen la justicia en Guerrero”, en la que dio a conocer que un joven sentenciado a 54 años de prisión por el homicidio del exfuncionario estatal Morelos Vargas Gómez –registrado en noviembre de 2008–, fue liberado en marzo pasado después de que un tribunal federal declaró nulas las actuaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), dado que el defensor de oficio Juan Francisco Camacho Mancilla ejerció sin cédula profesional.
El caso de la excarcelación de uno de los tres sentenciados por el asesinato de Morelos Vargas exhibe no sólo las deficiencias del sistema de procuración y administración de justicia local, sino el nepotismo, amiguismo y compadrazgo que ha caracterizado a la administración pública en Guerrero.
Al respecto, trabajadores del Poder Judicial han denunciado públicamente que el magistrado Jesús Martínez Garnelo metió a trabajar a su sobrino Ever Rodríguez Martínez como juez del nuevo sistema de justicia para adolescentes.
Otro caso es el del magistrado de la Tercera Sala Penal de Iguala, Félix Nava Solís, quien impuso a sus sobrinos Irving y Ever Fernández Nava como juez de juicios orales y oficial administrativo del juzgado penal en Chilpancingo, respectivamente, y a Carlos Nava Tapia como oficial administrativo del Distrito de Hidalgo.
La esposa del magistrado Julio Jáuregui García, Azucena Pineda, se desempeña como juez del sistema de justicia para adolescentes, y su hija Berenice Jáuregui ocupa un cargo de dirección en el TSJ, mientras que el magistrado Vicente Rodríguez Martínez tiene a sus dos hijos –Cristian y Alberto Rodríguez– en áreas del Poder Judicial.
Robles Hurtado señaló que en el caso de sus compañeros magistrados, habría que preguntarle a ellos directamente para confirmar si tienen a familiares y parejas trabajando en el Poder Judicial.
Y remató: "Lo que te pudo decir es que yo no tengo ni un hermano ni un primo, ni una novia ni una querida, no tengo a nadie en el poder judicial".