CANCÚN, Q. Roo (apro).- Cerca de las 02:30 horas de este lunes, un “sicario” solitario llegó al emblemático club de playa Blue Parrot, célebre no sólo por sus interminables fiestas, sino porque es señalado como referencia inequívoca de los sitios de venta de droga en el centro de la zona turística de Playa del Carmen, el llamado Corazón de la Riviera Maya.
A esa hora, decenas de personas disfrutaban de la clausura del BPM Festival, con la actuación de 12 representantes de la música electrónica, incluidos Jamie Jones, The Martinez Brothers, Hot Since 82 y Hector.
De pronto, aquel hombre se encargó de arruinar la fiesta y comenzó los disparos. Cinco personas perdieron la vida, tres de ellas extranjeras, y otras 15 resultaron heridas.
Según la versión oficial del gobernador Carlos Joaquín González –ofrecida a pocas horas del hecho y a través de la cuenta de Facebook de su administración–, el móvil fue por “conflictos de intereses entre dos individuos”.
La tragedia se convirtió en el mayor ataque contra un establecimiento para turistas, no sólo de la Riviera Maya, sino de Quintana Roo.
De acuerdo con informes del titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Miguel Ángel Pech Cen, el agresor –aún no identificado–, llegó al Blue Parrot y abrió fuego a discreción.
Aunque personal de seguridad del lugar respondió al ataque también a tiros, el atacante resultó ileso. En el lugar murieron cuatro elementos del staff del BPM Festival, incluso el supervisor del evento.
El establecimiento se encontraba a tope. Los disparos distorsionaron el ritmo de la musca electrónica con la que bailaban y brincaban decenas de turistas. En segundos, llegó el desastre. Desesperados, los asistentes trataron de huir por todos lados: la entrada principal, un resquicio de la fachada o la playa.
En medio del tumulto, algunos cayeron y recibieron golpes y pisotones de otros parroquianos que corrían para salvar sus vidas.
Los compases monótonos e infinitos compuestos por los DJs fueron sustituidos por la estridencia de las sirenas de ambulancias de la Cruz Roja y de las patrullas de la Dirección Municipal de Seguridad Pública.
Las víctimas
Por la mañana, el fiscal Pech Cen detalló que de los cinco muertos en el ataque, cuatro eran del staff del BPM Festival y estaban armados. Detalló que uno era canadiense, otro italiano y otro colombiano, aunque más tarde rectificó que este último era originario de Veracruz.
El funcionario identificó a los fallecidos como Kirk Wilson, de Stoney Creek, Canadá, quien era supervisor de seguridad del BPM en el Blue Parrot; Daniel Pessina, originario de Italia, y Rafael Antonio Peñalosa Vega, de Veracruz, quien aún con vida fue trasladado al hospital del IMSS de la localidad, pero más tarde murió.
Por la noche, en un escueto comunicado, confirmó la identidad de los otros dos fallecidos: Geovanni Francisco Ruiz Murillo, de Veracruz, integrante del staff de BPM, de acuerdo con la playera que vestía, y Alejandra Margarita Villanueva Ibarra, de Estados Unidos, quien murió en el hospital a causa de los golpes que recibió al caer entre el tumulto.
Las autoridades divulgaron una lista de lesionados que fueron trasladados a dos hospitales públicos y uno privado:
- Héctor Estrada Rivera, de 25 años (Estado de México).
- Ateel Jacobo Chávez Luna, de 26 años (Estado de México).
- Geovanny Amparan Zaragoza, de 30 años (Estado de México).
- Wendy Isabel Ramos Pasos, de 26 años (Chihuahua).
- Isaías Montejo Sánchez.
- Armando Agustín Miranda Sarabia.
- Fardo Omar Domínguez Limón.
De Estados Unidos:
- Heather Parham, de 29 años.
- Michael Ángel Palenque, de 32 años, (Nueva York).
- Ignacio Busto Valencia, de 26 años, (Texas).
- Brian Didzo, de 47 años.
De Canadá:
- Robert Griffin, de 33 años.
- Mario José Juan, de 47 años.
De Colombia:
- Andrés Rivera, de 30 años.
La embajada de Estados Unidos en México informó que personal de su consulado se trasladó a Playa del Carmen, Quintana Roo para proveer asistencia a los ciudadanos de ese país, luego del tiroteo de esta madrugada, y agregó que las autoridades mexicanas no han confirmado ninguna muerte de ciudadanos estadunidenses por el hecho.
Conflicto de intereses, el móvil: gobernador
El fiscal Pech Cen informó que en lugar del ataque se encontraron 20 casquillos: seis calibre 38 súper; ocho calibre 19 y seis de 380, además de siete proyectiles. Más tarde, la Fiscalía agregó que en el lugar fue asegurada un arma tipo revólver Taurus calibre 38.
Según la autoridad, el agresor logró escapar tras los disparos. Sin embargo, elementos de la Dirección Municipal de Seguridad Pública detuvieron a tres sospechosos cerca de lugar de los hechos.
El fiscal reconoció que no contaba con un “indicio claro” de que el ataque fue por la disputa del mercado de drogas en el Blue Parrot.
“¿Tiene conocimiento que en el Blue Parrot se vende droga?”, le preguntó una reportera. “No tenemos conocimiento de que se venda. Si tenemos conocimiento, la Fiscalía Especializada de Atención al Narcomenudeo hará las investigaciones correspondientes”, respondió Pech Cen.
No obstante, el funcionario descartó que se tratara de un ataque terrorista, como refirieron algunos medios de comunicación en el extranjero.
En tanto, el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, canceló su agenda pública tras la noticia y emitió un comunicado en español e inglés en el que aseguró que “el ataque fue por conflictos de intereses entre dos individuos”.
“La intolerancia y el conflicto de intereses entre dos individuos, provocaron este hecho que nos llena de indignación”, señaló en un video de cinco minutos transmitido en el perfil de Facebook del gobierno de Quintana Roo.
El mandatario estatal manifestó que el ataque “ha causado reacciones internacionales de solidaridad, pero también de falta de certeza en lo acontecido, por lo que es importante puntualizar los hechos”.
Y subrayó:
“Las primeras investigaciones señalan que un conflicto personal entre dos personas, conllevó a que uno le disparara al otro, lo que implicó la intervención de los guardias de seguridad, a quienes (el agresor) agredió para repelerlos”.
De esta manera, agregó, el resto de las personas que estaban en el evento se alarmaron y, al “intentar salir tumultuariamente, pasaron sobre una mujer que había tropezado y lamentablemente le provocaron la muerte”.
Joaquín González afirmó que “las investigaciones deberán incluir toda la información de la participación de las autoridades locales, respecto de la organización del evento”.
Luego, ofreció que “se realizará una investigación muy clara y estricta para detener a los culpables; y se tomarán medidas para seguir manteniendo el orden y la seguridad en todos nuestros destinos turísticos”.
En cuanto a los consulados de los países a los que pertenecen las víctimas mortales y los heridos, el gobernador informó que ya se estableció la vinculación para ubicar y facilitar el contacto con sus familiares.
La presidenta municipal de Solidaridad –donde se ubica Playa del Carmen–, Cristina Torres Gómez, condenó los hechos y dijo que su administración “está dando toda la atención y el respaldo a los heridos y sus familiares”.
En un comunicado, agregó que su administración “colabora con las investigaciones para encontrar a los agresores que detonaron armas de fuego. El equipo de seguridad seguirá trabajando bajo las instrucciones del gobierno del estado con el objetivo de coadyuvar en el esclarecimiento de estos lamentables hechos”.
Los antecedentes
Hasta ahora, los ataques a “antros” se habían limitado a bares de la periferia de Cancún y las víctimas eran habitantes de la localidad.
El 31 de agosto de 2010, en Cancún, seis mujeres y dos hombres murieron asfixiados y calcinados en un atentado con “bombas molotov” en el establecimiento de table dance llamado “El castillo del mar”.
El 14 de marzo de 2013, un comando ejecutó a siete personas, incluido el subsecretario de Conflictos de Taxistas “Andrés Quintana Roo”, Francisco Achah Castro, sobrino de la exalcaldesa de esta ciudad, Magali Achach. Los hechos ocurrieron en el bar La Sirenita, ubicado sobre la avenida 20 de Noviembre de la Región 233 de Cancún.
En ambas ocasiones, autoridades y dirigentes empresariales, si bien lamentaron los hechos, manifestaron su alivio de que no fue en la zona turística de Cancún.