CHIHUAHUA, Chih. (apro).- Cuatro recién nacidos murieron por sepsis neonatal (infección en la sangre), el pasado sábado 20, en el hospital de Guadalupe y Calvo. El primer fallecimiento de un gemelo rarámuri, que desde el jueves 11 se encontraba internado en el nosocomio, junto con su hermano, se registró minutos después de las 4 de la madrugada. Exactamente una hora después murió el otro gemelo, y alrededor de las 8 de la mañana perdió la vida otro bebé indígena. Cuando era trasladada a Parral, la cuarta víctima –una niña de la etnia tepehuana– falleció a la altura del poblado El Ocote, localizado a unos 15 minutos de la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo. A través del área de Comunicación Social del gobierno estatal, las autoridades de salud dieron a conocer que inmediatamente después de los decesos aplicaron una serie de medidas higiénicas en los cuneros, ya que al parecer una bacteria fue la causante de las muertes de los neonatos, y se comprometieron a emitir más información en las siguientes horas. No obstante, personal médico del nosocomio aseguró que los niños no fueron aislados y hasta este miércoles se realizó la fumigación y limpieza de las cunas, así como del área de pediatría. También denunciaron que hasta ahora nadie ha acudido al hospital a atender la problemática, además de que –subrayaron– se debió instalar un cerco epidemiológico para determinar la causa de las muertes de los recién nacidos y hacer el análisis correspondiente. Los directivos del hospital y personal especializado en el área debieron tomar medidas preventivas y de aislamiento en el hospital, pero no lo hicieron, reclamó personal médico de Guadalupe y Calvo. De igual manera, manifestaron que las autoridades han restringido los recursos para realizar traslados, a costa de la vida de pacientes. “Es muy difícil trabajar así”, apuntaron. Los gemelos fallecidos llevaban los apellidos Núñez Téllez; Rodríguez, el otro niño –internado desde el lunes 14–, y Vargas Gómez la niña.