CUERNAVACA, Mor. (apro).- Karla Hernández Gama nació en Tehuixtla, Morelos, hace 42 años. Sus padres la registraron con el nombre de Carlos Alberto, pero hace tres años inició un proceso legal para el reconocimiento de su nueva identidad sexual y genérica. Luego de una lucha legal que duró varios meses, la mujer transgénero por fin obtuvo su acta de nacimiento rectificada con el nombre de Karla. https://twitter.com/SG_Morelos/status/1096215259596181504 La Suprema Corte de Justicia de la Nación falló a su favor hace tres semanas, con lo que abrió la puerta para que más personas logren el reconocimiento a su identidad genérica. “Hay chicas y chicos trans que están luchando y enfrentando muchos problemas, porque el Estado les obstaculiza ejercer su derecho. Yo estoy pensando en demandar al Estado y pedirle una indemnización económica por discriminación. Me discriminaron, me impidieron durante mucho tiempo ejercer mi derecho”, destaca en entrevista telefónica. Este viernes, alrededor de la 1 de la tarde, el Registro Civil de Jojutla le entregó a la mujer el documento donde está impreso el nombre que ella escogió, así como la palabra sexo “femenino”. Los demás datos fueron ratificados. Karla se siente feliz y dice que continuará luchando junto a otros jóvenes. “Hay chicos y chicas trans que son menores de edad. Necesitamos trabajar para que puedan ejercer su derecho. Vamos a seguir trabajando para ello”, subraya. La estilista, quien también enseña a otras personas ese oficio, continuará los trámites respectivos para que el Instituto Nacional Electoral (INE) le otorgue su nueva credencial para votar, y también solicitará a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que modifique los documentos que acreditan sus estudios. La víspera se dio a conocer que la Comisión de Diversidad Sexual del Congreso local, que encabeza la diputada por Morena Alejandra Flores Espinoza, prepara una iniciativa para reconocer el derecho de identidad genérica. Frente a este tema, Karla se sorprende: “No sabía nada de esta iniciativa”. Y, en ese sentido, pide a la legisladora que abra un espacio en la agenda para hablar con los interesados. “Le pido a la diputada que se reúna con nosotras para leer la ley y revisarla, somos las primeras interesadas”, señala en tono alegre.