CHILPANCINGO, Gro. (apro).- Al menos 40 soldados permanecen retenidos desde ayer por campesinos del poblado de Campo Morado, municipio de Tlacotepec, que se oponen a la destrucción de plantíos de amapola en la sierra de la entidad. Incluso, difundieron un video en el que exigen al gobernador Héctor Astudillo Flores, que cumpla su promesa de llevar proyectos productivos como alternativa de desarrollo en esta zona en la que el cultivo de amapola es su medio de subsistencia. Al respecto, el líder de los campesinos aseguró que, en noviembre pasado, funcionarios de la Secretaría General de Gobierno estatal (SGG), anunciaron obras y la entrega de programas sociales para que los amapoleros dejen de sembrar enervantes en la sierra. [video width="400" height="224" mp4="https://www.proceso.com.mx/media/2019/04/WhatsApp-Video-2019-04-11-at-08.27.34-1.mp4"][/video] No obstante, el gobierno de Astudillo no ha cumplido con su promesa y por ello, decidieron impedir que los militares destruyeran plantíos de amapola ayer por la tarde cuando los soldados llegaron a esta franja de la sierra de la entidad. Reportes oficiales indican que a las 13:00 horas del miércoles pasado, unos 150 campesinos irrumpieron en un campamento militar que instalaron cerca de plantíos de amapola. Luego, los amapoleros obligaron a los militares a trasladarse a la cancha del poblado de Campo Morado donde los mantienen retenidos hasta el momento, refiere el mismo informe interno. Al respecto, los campesinos recordaron que el cultivo de amapola y posterior venta de goma de opio para la elaboración de heroína, es el único sustento que tienen para alimentar a sus familias. Gobierno niega retención Por su parte, el vocero del gobierno estatal, Roberto Álvarez Heredia rechazó que los soldados permanezcan retenidos, pero admitió que están en el poblado de Campo Morado. Incluso, esta mañana salió una comisión de funcionarios estatales a bordo de un helicóptero que salió de esta capital rumbo al poblado de Campo Morado para dialogar con los campesinos amapoleros y tratar de destrabar el conflicto. Desde el año pasado, Proceso ha documentado el problema que se vive en la sierra de Guerrero y que tiene su origen en la confrontación que mantienen grupos delictivos por el control de las zonas de producción y trasiego de enervantes, así como la franja minera del cinturón de oro del Río Mezcala.