UE pide a México garantizar protección de defensores de DH
OAXACA, Oax. (apro).- Ante la “alarmante” reincidencia en las agresiones contra activistas, la delegación de la Unión Europea (UE) en México instó a las autoridades competentes a hacer uso de los medios a su alcance para garantizar la protección de todas las personas que defienden los derechos humanos en el país.
Lo anterior, a 10 años del aniversario del asesinato de la oaxaqueña defensora de derechos humanos Alberta Bety Cariño Trujillo y del ciudadano finlandés Jyri Jaakkola.
El 27 de abril de 2010, paramilitares abrieron fuego contra una caravana humanitaria que se dirigía a San Juan Copala, en la región triqui del estado, en la que iban ambas víctimas.
La delegación de la UE y las embajadas de Noruega y Suiza en el país criticaron que el caso continúe en la impunidad y exhortaron a las autoridades a garantizar que haya justicia por esos crímenes.
En un comunicado, expresaron su preocupación por la peligrosa situación en la que se encuentran los activistas, muchos de ellos asesinados por su labor. “Sus muertes reflejan el preocupante grado de impunidad, así como la violencia, los asesinatos y la intimidación al que siguen enfrentándose en México”.
Los diplomáticos mostraron su “preocupación por la situación de los defensores y reiteramos nuestro firme compromiso con los derechos humanos y la protección de los que los defienden, así como todos aquellos que promueven el derecho a una información libre y transparente”.
Y animaron a las autoridades del estado “a que tomen medidas concretas para proteger testigos, procuradores y abogados amenazados durante el proceso judicial del caso (de Bety Cariño y Jyri Jaakkola) y asegurar así que las víctimas y sus familiares puedan encontrar justicia”.
Finalmente, reiteraron su llamamiento a las autoridades mexicanas competentes “para que desplieguen todos los esfuerzos posibles y brinden justicia a las víctimas y sus familiares con el fin de identificar y juzgar a los responsables intelectuales y materiales para que no queden ‘zonas de silencio’ donde las personas defensoras de derechos humanos no se atrevan a trabajar”.