GUADALAJARA, Jal. (apro).- La comunidad wixárika de la zona norte de Jalisco no sólo debe lidiar con los "levantones" cotidianos de jóvenes por parte del narcotráfico, sino que ahora vive con el temor de contagiarse de covid-19, y de quedarse sin alimentos por el incremento de asaltos a los proveedores, por lo que piden la presencia permanente de la Guardia Nacional.
El asesor jurídico en materia penal en Colotlán, Enrique Godínez, quien tiene comunicación constante con la comunidad wixárika, detalló que "ante la falta de garantías y seguridad", los jóvenes son privados de su libertad para obligarlos a la siembra de droga.
"Se los llevan de cinco, a lo mucho 15 días, los tienen en unos de los cientos de lugares donde siembran mariguana y amapola, reciben tratos indignos, los maltratan, los tienen aislados, y luego los dejan regresar a su casa. Pero hay casos de niños que no han sido localizados ", explicó.
Dijo que la privación ocurre hasta en presencia de la familia, puesto que sólo llegan en camionetas, y los obligan a subir. Sin embargo, los afectados se abstienen de denunciar porque saben que la agencia del Ministerio Público de Huejuquilla, la más cercana, que se ubica a 12 horas de distancia caminando desde donde habitan, es parcial y el caso quedaría impune, como en otras ocasiones.
Mencionó que en el tramo de la carretera de Huejuquilla El Alto a la Sierra de Bolaños, justo en el camino que va al municipio de Jesús María, Nayarit, a la altura del poblado de Santa Cruz, Valparaíso, Zacatecas, asaltan "a las pocas personas que pueden subir con abastos, lo cual está generando escasez de gasolina, y también de los insumos indispensables para la población".
Además, los criminales robaron los apoyos federales de los programas sociales que incluso les adelantaron por meses.
A la vez, la comunidad wixárika se queja que desde que el gobernador, Enrique Alfaro encabeza la administración estatal están incomunicados, al no tener servicio de internet ni de vía telefónica.
Los indígenas proponen la presencia permanente de la Guardia Nacional, "conscientes de lo que ello implica porque a veces esto no es una buena medida, dado que se empieza a ceder derechos de autonomía y territorio, que luego desemboca en otras problemáticas, lejos de ayudar", mencionó el abogado.
La comunidad indígena plantea que el punto donde podría permanecer la Guardia Nacional sea en el Cerro del Niño, que está cercano a las comunidades principales wixárikas, y en especial, a San Andrés Cohamiata.
El abogado refirió que la base de la Guardia Nacional, que todavía no está terminada, es la de Colotlán, a 14 horas de distancia de donde suceden los hechos delictivos, y no hay patrullaje, ni siquiera esporádico en la sierra.