Michoacán

Buscan retomar proyecto abandonado en el puerto Lázaro Cárdenas; prevén invertir más de mil mdp

El proyecto incluye obras y actividades para contar con un muelle de cabotaje de 350 metros de longitud por 29 metros de ancho, patios de maniobras para el muelle; patios de usos diversos y futuros con almacén, introducción de servicios, acondicionamiento de vialidades existentes y señalización.
lunes, 6 de diciembre de 2021 · 14:05

MORELIA, Mich. (apro).- Con una inversión superior a mil millones de pesos, la Administración Portuaria Integral de Lázaro Cárdenas (Apilac) pretende ampliar el puerto de ese lugar mediante la construcción de un nuevo muelle de cabotaje y obras adyacentes, proyecto para el que solicitó la autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

De acuerdo con el Documento Técnico Unificado (DTU) entregado a la dependencia federal por la empresa paraestatal, el proyecto incluye obras y actividades para contar con un muelle de cabotaje de 350 metros de longitud por 29 metros de ancho, patios de maniobras para el muelle; patios de usos diversos y futuros con almacén, introducción de servicios, acondicionamiento de vialidades existentes y señalización.

Los trabajos se pretenden realizar en el azolvado vaso artificial denominado Vaso de Burras, en la prolongación del canal de navegación suroeste del recinto portuario de Lázaro Cárdenas, cuyo objetivo central es incrementar la cartera de servicios portuarios y aprovechar al máximo las áreas con frente de agua.

Con este proyecto, la Apilac tiene el propósito de retomar las obras que en su momento fueron autorizadas para este puerto del Pacífico Mexicano, “dando continuidad al proyecto que en su momento se abandonó, pero que ahora es imprescindible y necesario, ya que forma parte de la estrategia de desarrollo regional propuesta a nivel federal para el desarrollo de los puertos mexicanos del Pacifico”.

Según el DTU, las obras integrales del muelle de cabotaje permitirán, mediante el desazolve, rehabilitar el canal suroeste de navegación para dotar esta área de la capacidad de ampliar muelles y la atención de embarcaciones, en beneficio del desarrollo del puerto, incrementando la infraestructura y crear espacios para la cesión parcial de derechos, que es el objetivo primordial del puerto, como lo manifiesta el título de concesión de la Apilac.

La paraestatal aseguró que le preocupa la preservación del ecosistema y el cuidado del ambiente, pero también “consciente de su naturaleza productiva, busca resolver la problemática que le demanda el creciente desarrollo del puerto; atenuando el impacto adverso que esto generaría, mediante la relocalización de estos relictos de vegetación, que ya vislumbra su desaparición por la presión de las actividades industriales y portuarias, mediante medidas de preservación y restauración, a la vez de medidas de compensación, como lo prevé y o permite la normatividad ambiental”.

Así también, planteó como parte de las labores de mitigación ambiental el rescate y reubicación de las plántulas en el área a intervenir, además de la siembra y reforestación seleccionando áreas ecológicamente equivalentes, con carácter prioritario de conservación, donde pueda constituirse un verdadero corredor biológico, en beneficio de la flora y fauna silvestre y las condiciones actuales del hábitat, condenado a desaparecer por la presión de las actividades industriales y portuarias.

El área particular para el proyecto se incluye dentro de las áreas del Puerto Industrial de Lázaro Cárdenas operado por la Apilac, con sus superficies incluidas dentro del Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial local (POELC).

Entre las particularidades ambientales del proyecto, se incluye una zona con ecosistema terrestre y asociación de vegetación secundaria de selva baja, así como una asociación de mangle en la fracción que da al cuerpo de agua.

“El espejo de agua azolvado —añade— presenta aproximadamente 300 metros de longitud por 240 metros de ancho y profundidad promedio de solo 4.5 metros, el canal es alimentado sólo por aguas residuales de la siderúrgica y el rebose de la alcantarilla de la vialidad en época de lluvias, que comunica hacia el canal suroeste navegable”.

La vialidad que delimita y estrangula el vaso de agua, comunica el área donde se ubica la siderúrgica de Arcelor Mittal (antes Sicartsa), con la isla de Enmedio (donde se ubica el complejo de fertilizantes químicos), la antigua Terminal de Contenedores y patios de

Almacenamiento de autos

A juicio de la empresa promovente del proyecto, el ecosistema “se encuentra altamente degradado y condenado a desaparecer por la presión y condiciones de un Puerto Industrial, y que sólo ha permanecido hasta la fecha por la alimentación de agua, aunque la mayor parte contaminada”.

Asimismo, de acuerdo con un diagnóstico ambiental del sitio, se trata de una unidad hidrológica fragmentada sin los servicios y funciones que los humedales costeros desarrollan, por los efectos negativos de alteraciones por las actividades humanas e industriales, así pues, en términos ecológicos, la diversidad biológica de la zona de manglar está sumamente alterada, por lo que no constituye un corredor biológico que dé continuidad a un ecosistema natural, al encontrarse totalmente confinado y sin conexión.

A su vez, el intercambio con el ecosistema marino costero es nulo, por lo que la sobrevivencia del ecosistema está ya en declive y francamente en etapa de desaparición por las actividades portuarias e industriales que se realizan en la zona.

El canal en su extremo suroeste, abunda el documento, no es un sitio de pesca ya que no tiene comunicación directa o aportes de agua del mar, solo la entrada temporal por rebosamiento de agua de la dársena donde desemboca el brazo izquierdo del Río Balsas y como se ha señalado; la descarga de aguas residuales de la siderúrgica Arcelor Mittal (antes Sicartsa).

En suma, la Apilac consideró que el área donde se propone el proyecto “es viable, puesto que fue aprobada en su momento para ser parte de los muelles (atracaderos), del Puerto Industrial de Lázaro Cárdenas, por la entonces Subdirección de Estudios y Proyectos perteneciente en ese entonces a la Dirección General de Obras Marítimas de la Subdirección de Puertos Y Marina Mercante de la SCT, según consta en los planos originales que obran en el Tomo 21 del proyecto originalmente autorizado en el Programa de Desarrollo del Puerto Industrial de Lázaro Cárdenas presentado en 1981.

Sin embargo, por causas desconocidas no se desarrolló en ese momento, colocando provisionalmente la vialidad, que originalmente estaba al final del canal, cerca de la playa, en donde ahora se encuentra, lo que estranguló el canal y confinó el espacio que ahora se pretende desarrollar.

Esta área a su vez, ya fue autorizada en el pasado por el Instituto Nacional de Ecología para ser rellenada, mediante autorización en materia de impacto ambiental otorgada a la Comisión Federal de Electricidad, emitida mediante resolución No. 1061, de fecha 18 de mayo de 1995, en la cual la entonces Dirección General de Normatividad Ambiental, perteneciente en ese momento al Instituto Nacional de Ecología de la SEMARNAP; donde autorizó su relleno con el material de dragado del canal de acceso al muelle de los patios de almacenamiento de los patios de carbón de la Comisión Federal de Electricidad.

Esto fue justificado “...por ser parte del Puerto Industrial, y no permitir en éste ninguna actividad que no sea la industrial, además que dicho vaso muestra daños ecológicos irreversibles, al ser el cuerpo receptor de las aguas residuales que se descargan del complejo de Sicartsa...”.

La inversión requerida estimada es de 998 millones 717 mil pesos, sin incluir los gastos de operación y mantenimiento, que son posteriores a la inversión inicial y cuyo monto se desconoce, además de que la inversión por la aplicación de medidas de prevención, mitigación y compensación de impactos ambientales asciende a 4 millones 685 mil pesos, más el pago al fondo forestal nacional, que es independiente de lo anterior, y a esto se agrega además un millón de pesos para el seguimiento durante los 10 años de aplicación del programa de compensación ambiental en las zonas de manglar fuera del recinto portuario.

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