El destape de Eruviel
MÉXICO, D.F., 1 de abril (apro).- La noche del viernes 25 de marzo, el Estado de México ardía. La imposición del gobernador, Enrique Peña Nieto para que todos los precandidatos aceptaran, sin chistar, al joven Alfredo del Mazo Maza, actual alcalde de Huixquilucan, como el candidato de unidad para el gobierno mexiquense, había causado molestia.
Peña Nieto escuchó de Elba Esther Gordillo un “no” rotundo a su decisión. La profesora advirtió: o cambiaban de candidato o el sindicato magisterial no respaldaría al candidato priista. Total, la maestra ya había ganado algo en todo esto: la alianza electoral PRI-Panal.
Gordillo no aceptaría, de ninguna manera, a un integrante de la familia Del Mazo, pues entre ésta y aquella existe una aversión mutua.
Por si fuera poco, el exgobernador Emilio Chuayffet Chemor, miembro distinguido del Grupo Atlacomulco, manifestó también su desacuerdo: Le debían la candidatura, luego de que en la Cámara de Diputados le arrebataron las posiciones que ya había “apalabrado” para su gente cercana.
Chuayffet quiso primero la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos, luego, que alguno de sus cercanos colaboradores pudiera llegar a la Auditoría Superior de la Federación. Ninguna de las posiciones se le respetó, así es que justo era que el PRI lo restituyera con un candidato al gobierno afín a él: Ernesto Nemer.
Peña Nieto tuvo de escuchar también el descontento de otros dos personajes debido a su mala elección y método para imponer a su candidato: Carlos Salinas de Gortari y Manlio Fabio Beltrones, quienes, por separado, hicieron saber su desacuerdo con el futuro candidato oficialista.
Los cuatro priistas (Gordillo, aunque sin membresía del PRI sigue operando para este partido en muchos estados) hicieron saber su desacuerdo; pero hubo un quinto inconforme, cuya opinión verdaderamente pesó y al final inclinó la balanza imponiéndose sin más. Se trata del exgobernador Arturo Montiel, quien acaba de editar su libro Arturo Montiel desde Atlacomulco.
El exgobernador se plantó frente al joven y truculento Peña Nieto para recordarle que “su” gubernatura se la debía a él y no a Alfredo del Mazo. Y por si esto no fuera suficiente para remover alguna fibra de lealtad de Peña, el exgobernador le recordó que en estos días se estará dando a conocer un nuevo libro en donde las figuras principales son los acontecimientos políticos del Estado de México.
Parece ser que esto último fue lo que verdaderamente hizo reflexionar a Peña, quien, sin más, dio marcha atrás y aceptó la propuesta de Arturo Montiel. El exgobernador abrió sus cartas y soltó el nombre de Eruviel Ávila.
Entre los priistas existe el rumor de que Montiel amenazó a Peña con incluir nuevamente dos capítulos del libro que, de última hora, fueron eliminados, pero existen y parece ser que son no sólo reveladores, sino bastante comprometedores para el joven gobernador Peña Nieto.
Eruviel ha ganado en dos ocasiones la presidencia de Ecatepec, uno de los municipios más grandes y más poblados del Estado de México; además, ha sido pupilo de Arturo Montiel. Ambos, dijo el exgobernador, provienen de la misma “cultura del esfuerzo”. Trazo muy lejano a la imagen aburguesada del joven Alfredo del Mazo Maza.
Cuando Montiel propuso a Eruviel los otros cuatro personajes de peso se sumaron de inmediato, así como el nuevo presidente del PRI, Humberto Moreira. Peña Nieto no tuvo otra que olvidarse de su efímera imposición y prometer todo el respaldo al alcalde con licencia de Ecatepec.
Pero Peña no quedó del todo fuera. Entre los cambios, el grupo de los seis hubo de aceptar que un peñista de corazón y que pretendió la candidatura, el diputado Luis Videgaray, quedara como el coordinador de campaña.
Y si Peña perdió, otros avanzaron. Por ejemplo, un hábil y paciente político mexiquense que ha suspirado en dos ocasiones por la candidatura, aprovechó los movimientos y logró imponerse como nuevo presidente de la todopoderosa Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados y dejó la de Derechos Humanos: Alfonso Navarrete PRida. Y como parte del enroque, en ésta última fue impuesto un salinista: Manuel Cadena.
Así, Peña Nieto no solo perdió la candidatura al gobierno del Estado de México, sino que, además, disminuyó sus espacios de operación en la Cámara de Diputados, mientras que su visible contrincante por la candidatura presidencial para el 2012, Manlio Fabio Beltrones Rivera, empezó a operar para ganar simpatizantes a su causa: las reformas a la Ley Federal del Trabajo, las cuales impondrá el PRI en alianza con el PAN. Pero mientras la cúpula priista en la Cámara de Diputados, a cargo de Francisco Rojas, que parece estar muy cercano a Peña Nieto, busca un desgaste por la impopular reforma, Manli Fabio Beltrones se dedica a escuchar atentamente a los sindicatos opositores a las reformas: a la Unión Nacional de Trabajadores.
Y es que aunque las reformas se aprueben en la Cámara de Diputados este mes de abril, cuando lleguen al Senado de la República para su ratificación, modificación o rechazo, Beltrones podrá detenerla obteniendo con ello nuevos adeptos de la UNT.
Dato: Este lunes Arturo Chávez Chávez comparecería ante la Cámara de Diputados para explicar qué está haciendo el gobierno con la ya famosa operación “Rápido y furioso”; ante su salida, será Marisela Morales quien dé cuentas a los legisladores, luego de que sea aprobada por el Senado. No estaría mal, pues finalmente quien tenía a cargo la investigación del tema era justamente la SIEDO, un área en la que ella mandaba.
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