La indefensión

miércoles, 2 de mayo de 2012 · 19:40

Para Regina in memoriam

MÉXICO, D.F. (apro).- El asesinato de nuestra compañera Regina Martínez en Xalapa, Veracruz, es una muestra más de la situación de vulnerabilidad que viven todos aquellos reporteros que día a día se juegan la vida informando desde la línea de fuego, la tragedia que desde hace seis años vive el país y que se traduce en una ola de violencia con miles de muertos y desaparecidos en su cima. El caso de Regina es de esos acaecimientos lamentables que muestran, al mismo tiempo, muchas de las aristas de una situación que ha costado miles de muertes y que sigue sin ser corregida, como es la violencia generada por el fracaso en la lucha contra el crimen organizado. Una de estas aristas es la situación que viven aquellos reporteros que trabajan en las zonas más peligrosas del país, donde la labor de informar se ha convertido en una tarea de alto riesgo para ellos y sus familias. Hasta no hace mucho, coincidentemente desde el cambio de gobernador, Xalapa era una ciudad relativamente tranquila para los estándares de Veracruz. La violencia estaba concentrada más en la costa, desde Tamaulipas hasta Oaxaca, donde la presencia del crimen organizado es más que evidente y la información que de ahí fluye siempre esta cargada de violencia. Con el cambio de gobierno, el ambiente se enturbió en Xalapa y en todo el estado. Los reporteros comenzaron a recibir amenazas y algunos prefirieron incluso dejar el estado tras los asesinatos violentos de cuatro compañeros suyos en 2011, y la actitud autoritario del gobierno del estado que incluso llegó a meter en prisión a tuiteros que difundieron precisamente la atmósfera de violencia en la entidad. El miedo y la indefensión crecieron y se convirtieron en una desgracia para muchos de los reporteros en su diaria labor informativa. Fue tal la vulnerabilidad que muchos de ellos sintieron ante el crimen organizado y las autoridades coludidas, que muchos, incluidos sus medios, dejaron de publicar algunos hechos violentos para no sufrir consecuencias directamente o a sus familias de las amenazas que les llegaban por distintas vías. A pesar de ello, algunos de estos reporteros y reporteras, mantuvieron su decisión de seguir informando sin buscar la fama o el reconocimiento de los premios. Simple y sencillamente lo hicieron para cumplir con su compromiso de informar a la sociedad lo que esta ocurriendo en esos lugares transformados en infiernos. Ese fue el caso de Regina Martínez. El trabajo de este grupo de reporteros cobró un alto valor y se convirtió en acto heroico no sólo por alto riesgo que corrieron --y siguen corriendo--, para seguir informando, sino porque ofrecían datos claves y relevantes para entender lo que pasaba en todo el estado de Veracruz, donde los grupos del crimen organizado se han declarado la guerra para controlar esta zona estratégica, bajo la indolencia de las autoridades. Situaciones similares vienen ocurriendo en otros sitios, en otras regiones, ciudades o comunidades del país, donde las y los reporteros locales trabajan en condiciones adversas, en un peligro constante para ellos y sus familias, y además sin seguro de vida, sin contratos, seguro social o salarios dignos. En este entorno completamente adverso y hostil, poco pueden hacer para proteger a los periodistas los protocolos de seguridad o leyes de protección como la recientemente aprobada en la Cámara de Diputados, sino no se resuelve de fondo el problema del crimen organizado y la corrupción de las autoridades municipales, estatales y federales. La vulnerabilidad y la hostilidad no son condiciones producidas por el reportero en su oficio de informar. Es producto de la ineficacia de los gobiernos que no han garantizado a la ciudadanía una de las principales funciones por la que fueron electos. Regina Martínez, antes que reportera era una ciudadana que tenía el derecho de ser protegida. El sábado 28 de abril entraron a su casa, la golpearon y asfixiaron, fue asesinada y con eso acallaron una voz, truncaron la carrera de una mujer que había elegido como trabajo informar a la ciudadanía a pesar de los riesgos que existen y que hoy siguen corriendo otros reporteros y reportaras que, como, ella han optado por la misma senda.

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