En México hay otra guerra: esta es contra los ciclistas
“Piensa en bicicletas como un arte rodable que simplemente puede salvar al mundo”: Gran Petersen
Los ciclistas mexicanos no son más que unos mugrosos que creen vivir en Paris. Son una terrible plaga. Qué molesto es manejar tu coche y que te encuentres con estos hippies modernos que nomás estorban el tránsito. Deberíamos intimidarlos arrojándole los automóviles, no es posible que por su capricho de vivir como europeos los demás paguemos con tanta incomodidad. Este rosario de pensamientos elitistas y discriminatorios no es propio de algún hombre excéntrico, sino un prejuicio común en un gran sector de la sociedad. ¿Pruebas? A continuación dos diamantes en bruto: “Voy a hacer una invitación a todos los automovilistas consientes de este Distrito Federal ante lo que yo llamo la nueva plaga que está a punto de causar daños severos en el Distrito Federal, los señores estos no sólo los que circulan en bicicletas propias sino esta plaga que se creen europeos, se creen franceses y no señores ustedes no son franceses, son mexicanos, con todo lo que ello implica, no están ustedes en Paris, en Champs-Élysées. ¡No señores! están en esta selva de concreto, por eso yo los conmino a ustedes cuando vean una nube de esta nueva placa de estas langostas, lánceles el vehículo ustedes de inmediato, no les den oportunidad a nada, aplástenlos para ver si así entienden”: analista Ángel Verdugo, comentario público en Grupo Imagen. Agosto de 2011. “En Polanco la gente tiene dinero y no necesita transportarse en bicicleta ya que ese es un transporte para pobres y mugrosos, aquí la gente tiene dinero y es gente bien, que se mueve en coche”, declaración de “Margarita”, una residente de esa colonia que se opone a la instalación del proyecto de préstamo de bicicletas Ecobici. Portal de noticias Cletofilia. Julio de 2012. Podríamos pensar que estas dos declaraciones son sólo el pensamiento de dos personas reaccionarias y no reflejan el sentir general de la población. Y tal vez sea cierto: en los últimos años se ha vuelto políticamente correcto opinar a favor del ciclismo. Es un medio ecológico, sano, ayuda a la convivencia. ¡Qué bueno que haya tantos ciclistas! Sólo que, en la práctica, pedalear en dos ruedas sobre las anárquicas calles mexicanas es una amenaza equiparable a enlistarse en el Ejército en tiempo de guerra. Zaid Gabriel Durán García de 16 años de edad, perdió la vida cuando iba abordo de su bicicleta y fuera atropellado por un camión distribuidor de carne, hoy miércoles 14 de marzo de 2012, en las inmediaciones de la calle 18 poniente esquina con 7 norte del centro de la ciudad. Periódico Intolerancia. Puebla. Tras 12 horas de permanecer en una cama de hospital, un hombre de 72 años falleció debido a que fue atropellado por un camión urbano en la Colonia Americana; ya suman 25 víctimas. Periódico El Informador, Jalisco, 2 de julio de 2012. Muere otro ciclista atropellado, en esta ocasión fue un hombre de 60 años de nombre Joaquín Ávila Ibarra, quien iba transitando de norte a sur a la altura del tercer anillo cuando fue impactado por Luis Carlos Sánchez de 43 años que conducía una camioneta de la marca Nissan color blanca con placas AE-14989. Portal Aguasdigital, Aguascalientes, 20 de febrero de 2012. La Fiscalía General del Estado confirmó el deceso de Carlos, de 38 años de edad, ocurrido la mañana de ayer en una de las salas del Hospital General de la capital duranguense. El hoy occiso se encontraba hospitalizado debido a que aproximadamente a las 21:45 horas del jueves, fue atropellado en el bulevar Francisco Villa cuando circulaba a bordo de su bicicleta, a la altura del mercado de abastos. Periódico El Siglo de Torreón, 27 mayo de 2012. Los conflictos armados no son la causa de mayor muerte en el mundo, sino todas las víctimas de la dictadura de los automóviles. Cada año pierden la vida 1.2 millones de personas en calles y carreteras, arrolladas por vehículos automotores (Organización Mundial de la Salud 2009). En México fallecen al año 24 mil personas en accidentes viales; el 54 por ciento son peatones y 40 mil lesionados sufren de discapacidad (Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes). El costo por estas discapacidades es 99.9 por ciento más de lo que el Distritito Federal invirtió en la fase tres del sistema Ecobici (100 millones de pesos). En Guadalajara y el Distrito Federal, asociaciones de ciclistas comenzaron a rendirle un homenaje a las víctimas de esta otra guerra: la urbana. En los últimos años colocan bicicletas blancas en los puntos donde murieron sus compañeros deportistas. En la ciudad de México, la organización Bicitekas también hace lo propio, amén de denunciar lo peligroso que es circular en bici por las calles de la gran capital: “Un ejemplo es el caso de la Línea 4, sobre Eduardo Molina a la altura de Héroe de Nacozari, antes de la estación San Lázaro en dirección de norte a sur, el carril derecho que anteriormente no era confinado y era utilizado por ciclistas, es ahora un carril confinado del Metrobús de nuevo obligando al ciclista a utilizar el carril inmediato al confinado que a su vez es utilizado por vehículos de carga, microbuses y automóviles a alta velocidad. “Otro ejemplo es la Raza, en donde ocurrió el accidente mortal mencionado, en donde no existen alternativas para cruzar y que son ‘barreras urbanas’ que limitan la circulación o comprometen la integridad física de los ciclistas”. Los ciclistas que arriesgan su vida en el asfalto cotidiano se enfrentan a automovilistas que los quieren exterminar, a cruceros repletos de peligro, donde es un milagro atravesarlos y quedar a salvo. A ciudades que privilegian a los automóviles con segundos pisos, avenidas cada vez más extensas y rápidas y banquetas raquíticas. Y sumada a esta serie de amenazas, los amantes de la bicicleta ahora son presa común de los grupos delictivos. La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal informó que en 2008 fueron robadas 25 bicicletas, mientras que en 2011 la cifra aumentó a 506. Las delegaciones más peligrosas son: Cuauhtémoc, Benito Juárez, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza. El ciclista Miguel Montiel, conocido en Twitter con su nombre de usuario “tlacoyodefrijol” diseñó una aplicación para denunciar los puntos de mayor incidencia en el robo de bicis. A la fecha, ha encontrado 71 sitios donde los hurtos son cosa de todos los días. Visto el panorama en general, usar la bicicleta como modo de transporte es un deporte de altísimo riesgo, algo así como combinar el salto al vacío con nadar entre tiburones a mar abierto. En tanto, los gobiernos usan el doble discurso de siempre. Por un lado, crean ciclovías, fomentan paseos en bicis dominicales y en el DF, donde estas acciones van más avanzadas, comienza el préstamo de bicicletas y la instalación de biciestacionamientos. No obstante, al mismo tiempo, las autoridades mandan un mensaje contradictorio. En este sexenio, el presidente Felipe Calderón anunció un subsidio a la tenencia para la adquisición de vehículos nuevos. La gasolina recibe un subsidio de 170 mil millones de pesos anuales, cuando en países más consientes del problema de la invasión de coches el costo del combustible es de 22 pesos mexicanos por litro, como el caso de Inglaterra. Los bancos fomentan la compra de automóviles a plazos largísimo y bajas mensualidades; mientras que las autoridades se la pasan inaugurando obras que benefician a la industria automotriz: puentes, segundos pisos, ampliación de carriles, pavimentación… Por cierto, los gobiernos también ganan con esto, pues la práctica del diezmo (pedirle a los constructores el diez por ciento del costo de la obra) favorece a sus bolsillos y generalmente financia sus campañas. En los hechos, la política de las autoridades respecto al uso de la bicicleta como transporte público es muy similar a la llamada guerra contra el narcotráfico: confiscan marihuana y detienen a algunos capos, mientras permiten el laven dinero y algunos altos funcionarios hacen negocios con los capos. Con las bicis es lo mismo: inauguran alguna pequeña ciclovía, pero permiten que la plaga de los automóviles crezca al nivel de epidemia nuclear. El uso de la bicicleta como transporte público no es un capricho propio de las almas bohemias. Debe ser una política pública prioritaria. Las bicis reducen la contaminación, el tráfico, permiten que los usuarios dejen la vida sedentaria y mejoren su salud, logran que las ciudades sean nuevamente espacios públicos de recreación y convivencia, amén de fortalecer el espíritu ciudadano y de la democracia real. Los coches, por el contrario, matan, contaminan, endeudan a la población y la confinan a pasar horas de frustración y estrés detenidos en el tránsito. Por el bien y supervivencia del país, es urgentísimo parar esta guerra urbana. Contacto: www.juanpabloproal.com Twitter: @juanpabloproal