Otro año perdido
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Con todo y la aprobación de la reforma al 3° constitucional, lo que ha definido la política del actual gobierno es su empecinamiento en golpear a los trabajadores de la educación que no han aceptado la reforma laboral impuesta ni la centralización burocrática a la que se quiere volver, mientras pretende mantener los privilegios y las componendas del grupo en el poder del SNTE –aun cuando su otrora líder ha sido calificada como la cabeza de una “célula criminal”– sin atender la sustancia de la actividad educativa.
La evaluación universal al magisterio se pondrá en marcha, conforme lo tiene pensado la SEP, a mediados del próximo año, pero sus resultados empezarán a medirse en 2015. Sin embargo, para 2014, las probabilidades de mejorar la educación, en todos sus grados y niveles, no podrá ocurrir y sólo se reproducirán la actual situación de obsolescencia, la baja cobertura y calidad, el mismo bajo sitio en el índice de desarrollo humano (el World Economic Forum ubica la calidad de la educación en México en el lugar 102 entre 122 países), sobre todo porque el presupuesto para este sector en el próximo año mantiene la lógica inercial de ciclos anteriores y su desarticulación programática, además de que no destina recursos para programas que podrían mejorar la cobertura o el desempeño de los maestros, ni para reducir la desescolarización o el rezago educativo.
De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2014, todo lo correspondiente al sector educativo está sujeto a la negociación y a una eventual aprobación de las denominadas “reformas estructurales”. Aún así, se proyecta un crecimiento del 3.9% del PIB respecto al año anterior, sujeto a una inflación de 3.0%, es decir, que se autoanula. Para el sector educativo en relación con el PIB se proyecta un solo punto de aumento respecto de 2013, con lo cual la retórica sobre la importancia de la educación para este gobierno simple y llanamente se desmorona.
De corregirse estas proyecciones generales, por efecto de la tragedia natural reciente y las corruptelas que han salido a la luz y que tendrán que taparse, más la recesión que se irá agudizando hacia el fin de año y principios del 2014, nada bueno espera a los bolsillos de los contribuyentes cautivos, sobre todo si se impone la reforma fiscal anunciada, y tampoco para los alumnos y maestros, porque con seguridad verán caer el escaso gasto educativo que se presenta...
Fragmento del análisis que se publica en la edición 1927 de la revista Proceso, actualmente en circulación.