La camiseta de la dignidad
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Era inevitable. La unión de los poderosos tarde o temprano iba a generar la articulación de los excluidos. Así como el Movimiento por la Paz y la iniciativa “No Más Sangre” desenmascararon la “guerra” de Felipe Calderón contra el narcotráfico como un cruel ataque en contra del pueblo mexicano, hoy cada día queda más claro que el llamado “Pacto por México” es en realidad un “Pacto contra México”. El auge de fervor patriótico que acompaña a la Copa Mundial de Futbol constituye una gran oportunidad para articular un amplio frente nacional que defienda la patria del saqueo y la censura.
El pasado martes 10 de junio, 43 aniversario de la Masacre del Jueves de Corpus de 1971, se tomó un primer paso hacia este fin. Acudieron miles de personas a un mitin festivo frente a las instalaciones de Televisa Chapultepec para repudiar la consolidación autoritaria y decir “¡Ya basta!” a la exclusión del pueblo de los debates y las decisiones fundamentales del país. Los organizadores exigimos que no hubiera un solo policía presente en la reunión, y las autoridades del Distrito Federal respondieron positivamente al llamado. El acto se desarrolló en absoluta paz, amenizado por canciones combativas de Anthar López, Margarita Cruz, Alberto Arista y Tania López, y acompañado de un gran mural callejero coordinado por El Fisgón, así como de una “Cascarita por la patria” organizada por los jóvenes del movimiento ContingenteMX.
En el micrófono conmovieron al público las elocuentes palabras de América del Valle, líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco; de Obed Palagot, inocente preso político por los disturbios que cometieron los halcones de Miguel Osorio Chong y Manuel Mondragón el 1 de diciembre de 2012; de Néstora Salgado, presa política por su valiente participación como dirigente de la policía comunitaria de Guerrero, y de Alejandro Martínez, destacado líder estudiantil de la Facultad de Derecho de la UNAM. Si México fuera una democracia, América, Obed, Néstora y Alejandro serían nuestros representantes en el Congreso de la Unión en lugar de los “ladrones y aprovechados” (Elena Poniatowska dixit –véase: ow.ly/xT6RX) que hoy nos malgobiernan... Fragmento del análisis que se publica en la edición 1963 de la revista Proceso, actualmente en circulación.