Razones para esperar el 2016

jueves, 31 de diciembre de 2015 · 10:20
MÉXICO, DF (Proceso).- 1. La cooperación Se nota acá y allá, dispersa en memes al borde del relato dominante del capitalismo y de la competencia, el cada quién por sí mismo, lo que importa es la ganancia personal, tómate otro selfie de ti mismo aislado para checar que existes. Es el nuevo relato de la cooperación, del que la cultura recaptura del pasado las palabras clave e inventa las que le faltan para completarlo en el siglo XXI. A decir, la defensa del Bien Común. La necesidad de la Justicia. El castigo de la corrupción. La garantía constitucional de los servicios sociales y los derechos de una vida digna. El placer de ser Yo entre muchos: de ser Yo no contra el Ustedes, sino como parte de Nosotros. En España, en Inglaterra, en Norteamérica, en Canadá, en Hong Kong, y poco a poco en México y Latinoamérica. El agua de la indignación ha estado calentándose los últimos años y de pronto este año al que entramos hervirá. 2. El reconocimiento del enemigo, el 1% El 99% está harto de estar harto. Está harto de trabajar horas imposibles. De ganar poco y tener pocos espacios para disfrutar de la vida. De trabajar en empresas cuyo éxito realmente no le incumbe ni le favorece. De no recibir nada de los gobiernos. Y encima, de pagar impuestos. Todo eso mientras ha visto el año que acaba al 1%, a la casta de los más ricos, enriquecerse todavía más. Era un rumor que esa casta nos había timado, pero los estudios publicados en el 2015 cuantificaron la estafa y el enorme daño, a escala global y local. Se ha vuelto una certeza: el capitalismo salvaje ha minado a las democracias, ha escindido al demos (los muchos) del cratos (el poder), y ya nadie cree que el sistema funciona. De cierto, las metáforas predilectas del capitalismo, que antes tenían un sonido respetable y misterioso, ahora sabemos que son embustes. Que la riqueza de los de arriba gotea a los de abajo. Que los salarios mínimos de hambre crean empleos. Que el Estado debe privatizarse para servir mejor. Ja ja ja ja. 3. Hasta acá llegó la corrupción Y con el desprestigio del 1%, lo que lleva susurrándose una década, ahora se dirá en voz alta, porque el consenso es sólido como una roca: la corrupción de las clases políticas es la representación del capitalismo salvaje en los que gobiernan. Los que roban para sí del Bien Común ilegal y legalmente. Vía la corrupción, el capitalismo ha convertido a las democracias de occidente en oligarquías con una ceremonia grotesca al centro, las elecciones. Elección de Este o Este Otro, hermanos siameses idénticos entre sí. Y en democracias más precarias, como la nuestra, la corrupción ha abierto un boquete para que el crimen impregne a la clase que gobierna. Pero el agua de la indignación está muy caliente y la revuelta empezará a hervir. Y sólo la presentación de candidatos severamente distintos, si los hay, y que enarbolen como prioridad un combate creíble a la corrupción, salvará al mecanismo de las elecciones. 4. Salirse del camino del centro Y mientras el sistema cruje y se desmorona, este año redescubriremos a los hippies, con otra forma. Muchos se harán a un lado del sistema de horarios de trabajo abusivos y la enajenación de la ganancia resultante, guardarán en un cajón la mentalidad de la ganancia y se irán a las costas de la tierra con su iPad y su iPhone, para gozar lo mejor que hay en el planeta. La Naturaleza y la tecnología digital. Ahí, en los bordes de la tierra, ante la Naturaleza inmensa, muchos nos encontraremos en nuevas comunas. Comunas: pequeñas sociedades de iguales. No será un regreso al pasado pre-tecnológico, sino una nueva síntesis: Naturaleza y tecnología. 5. Y la red se volverá el modelo de pensamiento La pirámide como el modelo único posible para organizar a las personas y al pensamiento humano ha perdido su prestigio milenario. Aprenderemos cada vez más a organizarnos en redes. A confiar en la red completa. Aprenderemos también a expulsar a los sicópatas de las redes: a los depredadores, a los fascistas y los censores. Y aprenderemos a pensar sin elegir ideas rectoras y causas únicas. 6. Y nos volveremos tod@s más femenin@s El desprestigio del egoísmo y la competencia, y el ascenso de la red como modelo de relación, nos llevará a ensayar modos de comportamiento más amorosos. Extenderemos más a menudo las manos. Daremos más besos y regalos. Escucharemos un poco más. Diremos más a menudo halagos. Compartiremos más con l@s otr@s niñ@s del planeta. Tenemos que hacerlo, si queremos ser parte de la red. Y la cultura tradicional de las mujeres –del cuidado a los débiles, de atención al bienestar de los hogares, del énfasis a la relación entre iguales– tomará por fin la palabra en la política. Es la cultura que embona con las nuevas ideas para una democracia más participativa, visualizada como una red y no una pirámide. * * * Hay décadas en que parece que nada pasa y años en que parece que transcurre una década. Que tal sea el año que viene. Amén.

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