Una alianza voraz: Miguel Afif y priistas

sábado, 8 de octubre de 2016 · 23:28
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Alfredo Miguel Afif es un libanés amigo de todos. Lo mismo tuvo roce con priistas que puentearon entre las eras salinista y zedillista como Luis Téllez, que con panistas como Martha Sahagún y su hijo Manuel Bribiescca Sahagún en los tiempos en que la insaciable zamorense era la poderosa mujer de Los Pinos. Hoy que los priistas regresaron al poder, más voraces que durante los 70 años seguidos que se mantuvieron en él, los Miguel cultivan nuevamente su cercanía con los hombres del dinero. El turno es ahora del viejo priista Emilio Gamboa Patrón, aquel que empezó su imparable carrera política como secretario particular del entonces presidente de la República, Miguel de la Madrid. Emilio Gamboa protagonizó la vergonzosa y reprobable acción de aceptar aterrizar en el área protegida del arrecife Los Alacranes. Con él iba el coordinador de Puertos de SCT, Guillermo Ruiz y de Teresa y el empresario Emilio Díaz. La nave en la que iban es parte de la empresa Heliservicios, propiedad de la gran familia libanés, Miguel Afif. Como en los viejos tiempos, Alfredo Miguel se ha vuelto indispensable para algunos priistas, ahí está por ejemplo aquel tiempo en que Francisco Labastida andaba en campaña presidencial surcando los aires en aviones de los Miguel Afif. Alfredo Miguel Afif saltó a la fama en el año 1992. Carlos Salinas de Gortari era presidente de la República y Mario Willars director de Pemex Refinación. Ese año Pemex firmó con Proasa, la empresa de Miguel Afif, un contrato millonario para que éste construyera una planta de MTBE (un ingrediente que haría menos contaminantes las gasolinas de menor octanaje). Durante ocho años Miguel Afif no construyó nada e igual que Salinas, Ernesto Zedillo le dejó pasar el incumplimiento sin cobrarle un solo peso de multa, aunque sorpresivamente, por agosto de 1999 Pemex le comunicó a Proasa la terminación del contrato firmado en 1992, por incumplimiento. Al paso de los años todo se vería como una maniobra contable y jurídica para que al final Alfredo Miguel Afif saliera ganando. Me explico. Ante la recisión del contrato Miguel Afif demandó a Pemex ante la Corte Internacional de Arbitraje para que le pagaran costos y perjuicios, incluso llegó a decir ante Pemex que había invertido 50 millones de dólares en la adquisición del terreno para la planta, hecho que no fue así. Pemex dejó pasar la demanda y algunos abogados de ella aseguraron que lo mejor era conciliar y pagarle 127 millones de dólares a Miguel Afif que los más de 400 que estaba pidiendo ante la Corte. El secretario de Energía en ese tiempo y quien avaló el pago fue Luis Téllez. Miguel Afif aceptó sin chistar la propuesta. Al llegar el panista Vicente Fox a la Presidencia de la República, el auditor de Pemex analizó el tema y determinó que se trató de un fraude descomunal. Fox tenía ante sí la posibilidad de agarrar en verdadero “pez gordo” pero no fue así, en su lugar se despidió al auditor de Pemex y un par de años después el hijo de Martha Sahagún cosechó los frutos de la cercanía con Miguel Afif. Años atrás, Alfredo Miguel Afif formó un fideicomiso en Bancrecer, donde estaban dos de sus textileras, algunos terrenos, grupo Infomin y otros bienes más. Al ser intervenido Bancrecer, sus bienes pasaron al Fobaproa, posteriormente IPAB. En 1997 el IPAB se enteró que Grupo Infomin ya había sido rescatado por el gobierno. Eduardo Fernández, en ese tiempo presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), expuso que “esta empresa (Grupo Infomin) ya había sido beneficiada de una reestructura y que no es explicable, por tanto, que actualmente no esté cumpliendo con sus compromisos y solicitando una nueva reestructura”. Finalmente, como Grupo Infomin tenía adeudos por 660 millones de pesos es que Miguel Afif decidió hacer el fideicomiso que pasó a la panza del Fobaproa. En junio de 2004 el IPAB subastó ese por un millón 560 mil pesos, algo que llamó “paquete H”, nunca se dijo qué conformaba dicho paquete pero eran dos textileras, una empresa de plástico, terrenos y varios bienes más, todos propiedad de Miguel Afif. El gran ganador del paquete H fue nada menos que Construcciones Prácticas, aquella empresa de Miguel Khoury, el gran amigo y socio de Manuel Bribiesca Sahagún. Conservadoramente se dijo que el paquete H tenía un valor de poco más de 200 millones de pesos y el amigo del hijo de la primera dama lo “ganó” por tan solo un millón 560 mil pesos. El 19 de mayo de 2005 el periodista Miguel Badillo entrevistó a Manuel Bribiesca sobre su cercanía con Miguel Afif. –¿Qué relación tienes con ese Grupo (Miguel)? –Son mis amigos solamente. –Se dice que eres socio del Grupo Miguel y que hasta tienes el 50% de las acciones... –No, sólo son amigos, pero el gobierno ha cometido abuso de poder y les ha fabricado delitos para quitarles sus propiedades y desaparecer sus empresas. La entrevista la realizó Badillo a propósito de la defensa que ante diversas autoridades federales hizo Manuel Bribiesca para que no le quitaran a Miguel Afif la operación del aeropuerto de Toluca. En esa ocasión, el hijo de Marta Sahagún reconoció haber intercedido a favor del Grupo Miguel. Pero Alfredo Miguel Afif también es viejo amigo de otro distinguido priista, Carlos Hank Rhon, quien en 1990 formó parte de Interacciones Casa de Bolsa. Ese mismo año, Alfredo Miguel pasó a formar parte del consejo de administración. Durante el sexenio de Felipe Calderón, Miguel Afif no podía pisar el país; el regreso del PRI a la Presidencia con un miembro del grupo mexiquense no solo le abrió de nuevo las puertas de México sino también de la cartera de negocios que se inauguró con la reforma energética. Heliservicio, la empresa propietaria del helicóptero en que viajaba Emilio Gamboa y aterrizó impunemente en una zona protegida, forma parte de un consorcio de los Miguel. El diario Reforma reportó que entre ellas esta Prodi, la cual es socia de una empresa portuguesa Mota-Engil en proyectos carreteros y ferroviarios. “Esta semana la SCT le otorgó a Mota-Engil México un contrato plurianual de conservación de carreteras por 4 mil 574 millones de pesos en conjunto con tres constructoras”. En 2014 ganó otros dos por cerca de siete mil millones. Así Alfredo Miguel y su familia, con priistas o panistas, siempre gana porque está cerca de los voraces político-empresarios que parecen no tener fin en sus negocios con el gobierno. Así es que, ¿qué importa una multa de dos millones de pesos para el dueño del helicóptero si a cambio tiene miles de millones de pesos del gobierno, deudas perdonadas y negocios poco claros? ¿Qué importan también las áreas protegidas? Lo importante para los priistas es el dinero, siempre el dinero amarrado al poder.

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