Proceso TV

miércoles, 29 de junio de 2016 · 09:40
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A sus 40 años Proceso sigue siendo uno de los medios más vivos y de mayor compromiso en el país, un medio que le sigue apostando a la renovación pero manteniendo su postura de un manejo crítico de la información, sin dar concesiones en la publicación de sus temas en las dos mil 670 semanas que hasta ahora cumple de manera ininterrumpida desde noviembre de 1976 cuando se fundó por un grupo de periodistas encabezados por Julio Scherer García. Proceso nace primero como una agencia informativa CISA que hoy sigue ofreciendo información a diversos medios en todo el país y luego como revista que desde su arranque le apostó, antes que a la publicidad oficial como la mayoría de la prensa mexicana, a mantenerse a través de la venta de sus ejemplares a un público que buscaba --y lo sigue haciendo-- información veraz, sin compromisos políticos o económicos. Así se ha mantenido Proceso en estos casi 40 años de vigencia, con la venta de sus productos informativos como son los servicios de CISA, la venta de ejemplares, sus fotografías, especiales temáticos y la edición de sus propios libros. Durante este tiempo la publicidad oficial ha llegado a cuentagotas por voluntad de los gobiernos en turno a los que les incomoda la información que semana a semana contiene la revista. Estos intentos de cerrar la llave de la publicidad oficial comenzaron con José López Portillo y a pesar de que por algunos años se abrió un poco, nuevamente se cerró en el gobierno de Vicente Fox por órdenes de Marta Sahagún luego de que se publicaran amplios reportajes denunciando la corrupción de sus hijos. Esta mano dura contra Proceso siguió con Felipe Calderón ampliamente cuestionado en las páginas de la revista por su declaración de guerra contra el narcotráfico que trajo miles de muertes y desapariciones y ahora ha continuado con el gobierno de Enrique Peña Nieto quien desde su llegada a Los Pinos quiso sujetar a su voluntad a la revista con la promesa de dar publicidad si Proceso cambiaba su línea editorial y le ofrecía una disculpa por aquella nota de la muerte de su esposa, Mónica Pretelini. En cada una de sus etapas la dirección de Proceso ha decidido mantener la actitud crítica y su integridad intelectual. Muchas veces ha sido criticada con y sin razón de ser una publicación amarillista o de nota roja, cuando lo único que refleja es un país manchado por los escándalos de corrupción de la élite política y empresarial, así como por la violencia que se ha desatado desde hace una década en el marco de la guerra contra el crimen organizado. Desde su primer número Proceso expuso una posición editorial que se ha mantenido y enriquecido con el paso del tiempo: “En medio de señales ominosas, entre las cuales la información y la crítica pública pudieran parecer exóticas o peligrosas, Proceso asume el compromiso de brindarlas. Nos empeñamos en hacerlo porque estamos persuadidos de que es importante contribuir a que la nación se conozca a sí misma para que a partir de su propia conciencia pueda delinear su provenir justo y libre”. Fiel a este principio y hoy que vemos nuevas señales de autoritarismo y peligro, de cerrazón en los espacios de información crítica, Proceso responde a las nuevas exigencias sociales y de información con el fortalecimiento de su página digital y una alianza con el portal de internet Rompeviento Televisión, un canal informativo que proviene del esfuerzo encomiable de un grupo de profesionales encabezado por Ernesto Ledezma, cuyo objetivo es difundir noticias fuera del círculo de medios cercanos al poder en turno. Proceso TV y su página en internet tienen la misma pauta de un periodismo sin concesiones con la que nació la revista hace casi 40 años. Sus productos habrán de ser no sólo los publicados en la versión impresa sino otros que respondan a la necesidad de usuarios que exigen información rápida pero veraz y confiable. De esta manera Proceso se mantiene como un proyecto vivo y responde con nuevas propuestas informativas a este tiempo de transición para todos los medios de comunicación, principalmente los impresos, que cada vez tienen menos lectores en su versión de papel y cada vez más usuarios en su versión digital. Así somos y aquí estamos. Para los que nos quieren, para los que nos temen, para los que nos odian, ahora Proceso TV en el canal de internet Rompeviento.

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