EPN es un genio… de la incompetencia
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En cuatro años los mexicanos no nos hemos dado cuenta que estamos ante un verdadero genio. Sus opositores y críticos lo hemos cuestionado, investigado, exhibido y hasta millones de sus detractores vuelven a pedir su renuncia, pero él se mantiene impasible.
“No gobierno para quedar bien con las encuestas”, dice este genial personaje, cuyo único logro político real fue ser un producto de las encuestas para llegar a Los Pinos.
Sus aliados, correligionarios, empleados y simpatizantes lo han defendido hasta la ignominia. Es un “estadista”, un “visionario”, un convencido del “diálogo”.
Y lo vuelven a repetir públicamente ante el reciente episodio de su encuentro con Donald Trump, pero no se han dado cuenta que están realmente ante un genio de la incompetencia que se cree los escasos halagos que le prodigan por conveniencia no por convicción.
En los años 90, dos psicólogos de la Universidad Cornell, de Nueva York, sin conocer a Peña Nieto ni a su gabinete, describieron de manera extraordinaria el “síndrome Dunning Krugger”, que describe como pocos el estilo de gobernar del peñismo.
Este síndrome tiene tres principios esenciales:
- a) Los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades.
- b) Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades de los demás.
- c) Los más incompetentes no sólo tienden a llegar a conclusiones erróneas y tomar decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello.