La extorsión de Trump
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está en pleno proceso de extorsión al gobierno de Andrés Manuel López Obrador para que acepte ser parte de su política migratoria de exclusión.
Por medio de las amenazas de imponer aranceles de hasta el 25 por ciento a las exportaciones de México a Estados Unidos, fuera de la legalidad pactada en el Tratado de Libre Comercio en América del Norte, quiere de México tres acciones concretas.
Primero, que refuerce su frontera con Guatemala para contener el flujo migratorio centroamericano. Segundo, detener “los autobuses de traficantes de migrantes” que pasan por territorio mexicano y; tercero, quedarse con los migrantes que buscan asilo en Estados Unidos mientras se resuelve su solicitud.
Se trata de algo mucho más que ser “tercer país seguro”, que es el eufemismo que la Casa Blanca usa para que México se haga cargo de los migrantes que logran llegar a la frontera sur de Estados Unidos.
Como en cualquier extorsión, Trump se aprovecha de las vulnerabilidades de México y las explota al máximo. La principal, la de ser un Estado capturado por la delincuencia organizada.
Las declaraciones que hizo el martes en Londres no fueron más que una repetición de sus tuits del fin de semana respecto al control que la delincuencia organizada tiene en México, un tema que en apariencia no tiene relación directa con el tema migratorio.
La diferencia es que esta vez lo dijo en la conferencia de prensa con la Primera Ministra del Reino Unido, Theresa May: “No quiero escuchar que México está gobernado por los cárteles, los señores de la droga y los coyotes”.
Reiteró que si México no detiene “a los millones de personas que deja pasar”, va a aumentar mensualmente las tarifas arancelarias, empezando el próximo lunes con el 5 por ciento hasta llegar al 25 por ciento en octubre próximo.
Así como los grupos delictivos a los que se refirió han arraigado en México la práctica de exigir dinero a cambio de protección, lo que en lenguaje mafioso se llama “derecho de piso”, Trump está queriendo someter a México para obtener lo que quiere: la reelección en 2020.
Si realmente busca la protección de la seguridad nacional de los Estados Unidos no se embarcaría en la guerra comercial que busca no solo con México, sino con China, Europa y Japón.
El diario The New York Times explicó el martes las consecuencias de tales enfrentamientos y sus efectos negativos en el consumidor estadounidense.
La explicación es simple: una gran mayoría de esos bienes se producen en otros países. Tan solo en el caso de los autos que se ensamblan en México, según dijo el lunes el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, pasan hasta ocho veces la frontera para la integración de todos sus componentes.
Los efectos se sentirán en muchas otras industrias y terminarán afectando a los consumidores estadounidenses, en un sentido contrario a lo que Trump busca con la reducción de impuestos para incentivar el consumo.
En 2016, la estrategia de presionar y desacreditar a México le funcionó para ganar votos. Para la reelección tiene más recursos para aumentar su agresión.
El gobierno de López Obrador ya superó al de Peña Nieto en la detención y deportación de migrantes centroamericanos: 45 mil 370, entre diciembre y abril, según las cifras preliminares del Instituto Nacional de Migración (INM), casi dos mil más que en el mismo periodo del año anterior.
A Trump le gustaría ver a la recién creada Guardia Nacional o al Ejército mexicano conteniendo a los migrantes y deteniendo a los traficantes de personas, que son parte de la delincuencia organizada, además de hacerse cargo de los buscadores de asilo estadunidense.
Esa es “la negociación” que busca. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, habla de una probabilidad del 80 por ciento de “éxito” para que no se impongan las tarifas arancelarias.
El “éxito” pasa por lo que acepte México. No se puede entender de otra manera la incorporación de los secretarios de la Defensa Nacional, Marina y Hacienda a “la negociación”.
Por lo pronto, en las próximas semanas, tropas de Estados Unidos se desplegarán en la frontera de Guatemala con México, con la aceptación del gobierno de Jimmy Morales.
@jorgecarrascoa