Morena, un año en el poder

miércoles, 25 de septiembre de 2019 · 08:01
CIUDAD DE MÉXICO (apro). - A un año de alcanzar el poder presidencial, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) muestra esa debilidad institucional de no estar estructurado como partido, sino de mantenerse como una agrupación social cuyo eje es el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que se disputan varias corrientes con la intención de usarlo como catapulta en las próximas elecciones. Hasta el momento hay cuatro corrientes que se pelean el control del partido. Por una parte, Marcelo Ebrard con Mario Delgado a la cabeza; por el otro Ricardo Monreal; como tercero en discordia está Bertha Lujan, quien es señalada como la favorita; sin olvidar a la actual presidenta, Yeidckol Polevnsky. Antes de que concluya el año, Morena habrá de tener una nueva dirigencia que conduzca las riendas en los próximos años. Con 319 mil 449 militantes inscritos en su padrón, es el partido político más joven y también el que ha alcanzado el poder presidencial en el periodo de tiempo más corto en la historia política nacional. Morena renovará su dirigencia nacional en un congreso que se realizará los días 23 y 24 de noviembre sin la asistencia del presidente López Obrador quien, ante las pugnas internas entre los interesados en dirigir el partido, amenazó con salirse de sus filas, lo cual generaría una crisis severa que pondría en riesgo su permanencia. Como partido, Morena no muestra diferencias sustanciales en comparación con los demás partidos existentes. Más que un movimiento social, lo que ha demostrado en un año de estar en el poder son las mismas deficiencias y atavismos que los otros partidos: la lucha de grupos de poder con escasa disposición en la representación social. Los cuatro aspirantes a la dirigencia nacional tienen el interés particular de manejar el partido para ganar posiciones en la Cámara de Diputados en la elección intermedia del 2021, en las elecciones a gobernador que se darán en los próximos años, y hasta llegar al 2024 y tener en sus manos la candidatura presidencial. Pero más allá de los deseos de cada una de estas cuatro corrientes de Morena, es más que claro que el presidente López Obrador es el militante número uno y que la encuesta que se haga para elegir al nuevo dirigente nacional, será una formalidad de un proceso que ya estará definido de antemano. La figura de López Obrador seguirá siendo determinante en la vida de Morena que tiene el enorme reto de independizarse del presidente y consolidarse como partido político. Desafío que en este primer proceso de renovación se ve difícil de resolver pero que, sin duda, será la meta o el objetivo a alcanzar si se quiere consolidar y trascender como una opción política más allá de la Cuarta Transformación. Por cierto… El espectro de los partidos políticos en el país está tan difuminado que en el PRI su dirigente nacional, Alejandro Moreno, inició su gestión acusado de la principal calamidad que aqueja a su partido: la corrupción. Mientras que en el PAN la ausencia de liderazgo permitió la entrada de Vicente Fox como el actor principal en la lucha contra la Cuarta Transformación que encabeza López Obrador.

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