Es la pandemia, estúpido

martes, 20 de octubre de 2020 · 19:39
WASHINGTON (apro).– Presionado, contra las cuerdas y desesperado por recuperar el terreno perdido en las encuestas de tendencia electoral ante el demócrata Joe Biden, el presidente Donald Trump perdió el sentido de lo que en verdad importa en su país. Azotados por la pandemia de covid-19, como en el resto de los países del mundo, pareciera que los estadunidenses buscan una alternativa a Trump que garantice que, con mucha seriedad, conciencia social y cívica, abordará la crisis de salud que coadyuva al deterioro económico. Trump mantiene la táctica de la bravuconería y ahora no solamente minimiza la magnitud de mortandad de la pandemia, sino que ofende a los científicos, epidemiólogos y médicos que no comulgan con él para ocultar a la sociedad de su país la problemática por el coronavirus. “Estúpidos”, llamó Trump a los especialistas y de manera enfática lo hizo para con el doctor Anthony Fauci, el científico y epidemiólogo de talla mundial que forma parte del equipo de tarea de la Casa Blanca para definir las estrategias preventivas sanitarias para contener al virus. Enfrascado en un proselitismo irracional e irascible a 13 días de los comicios del próximo martes 3 de noviembre, Trump insiste en encabezar eventos de campaña que retan al sentido común, al participar en actos multitudinarios sin cubrebocas y encomiando a la gente a que lo imiten. El adjetivo peyorativo con el cual el presidente se refirió a los expertos se deriva de su ira con ellos porque ahora, en el preámbulo de la elección, piden restringir las actividades públicas, que la gente use cubrebocas y que evite asistir a eventos multitudinarios. Ninguno de los expertos advierte con un contexto electoral, lo hacen por razonamiento médico y científico con base en los hechos irrefutables de que la cercanía entre las personas y sin usar cubrebocas es un aliciente y motivo que agiganta la posibilidad de los contagios de covid-19. De acuerdo con las estadísticas de los médicos y científicos, en los últimos 7 días varias de las 50 entidades federativas de Estados Unidos han registrado un rebrote de coronavirus que se traduce en un aumento del 50% de contagios con respecto a las cifras de hace dos semanas. Biden, quien hace todo lo contrario de lo que propone Trump, ha dejado que el mandatario se autodestruya ante las evidencias irrevocables del incremento de casos de contagio de covid-19, aspecto de salubridad que incluso genera una mayor participación adelantada en los comicios. Las autoridades electorales de Estados Unidos reportan que hasta este momento ya votaron unos 23 millones de estadunidenses por medio del servicio postal y en persona en los estados donde se abrieron las urnas como parte del proceso adelantado de los comicios del 3 de noviembre. Aunque nadie puede todavía saber por cuál candidato han votado esos 23 millones de estadunidenses, los analistas políticos estiman que la gran mayoría de esos electores podrían estar castigando a Trump por su mal manejo de la pandemia, sufragando a favor de Biden. La bitácora que minuto a minuto actualiza la Universidad Johns Hopkins sobre los efectos de la pandemia en Estados Unidos, indica que en el país de Trump hay 8 millones 243 mil 223 personas infectadas de covid-19 y 220 mil 649 han perdido la vida a causa del virus. La crisis de salubridad y el pánico que priva en la campaña de Trump por la posibilidad de la derrota hace recordar el lema que en 1992 promovió el entonces candidato presidencial demócrata, Bill Clinton, quien venció al presidente George H. W. Bush, que buscaba la reelección. “Es la economía, estúpido”, recitaba la campaña de Clinton ante el desdén del entonces presidente Bush por la deteriorada economía de Estados Unidos, lo que terminó en catapultar sus aspiraciones a reelegirse como primer mandatario. Como colofón a la crisis de credibilidad de Trump, el mandatario no quita el dedo del renglón e insiste en catalogar a Biden como criminal, socialista y comunista, algo que la Casa Blanca ni su campaña han podido sustentar y que por ello favorece al candidato demócrata. En paralelo, está la cuenta regresiva en el reloj para la celebración del segundo y último debate presidencial, que se llevará a cabo este jueves 22 de octubre bajo nuevas reglas que son una incógnita respecto al comportamiento que tendrá Trump frente a ellas. El Comité Presidencial de Debates anunció que, para prevenir el caos del primer debate entre Trump y Biden, en el segundo se silenciará el micrófono del que se encime a las respuestas de su contrincante o cuando rebase el tiempo límite que se les dará para contestar a preguntas.

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