Opinión

Blanquitud

En México hay mucha más comprensión del racismo que existe entre nosotros, y mucho menos de la “blanquitud”, misma que el propio Frantz Fanon prefigura al hablar de Piel negra, máscaras blancas.
sábado, 14 de noviembre de 2020 · 12:11

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Desde su creación en la UNAM, hace 15 años, el Seminario Universitario de la Modernidad: versiones y dimensiones se ha convertido en un foro plural de discusión sobre los impactos de la modernidad o, como bien propuso su fundador, Bolívar Echeverría, sobre sus versiones y dimensiones. Dado que los integrantes del seminario pertenecen a distintos campos del conocimiento, han abordado diversas facetas de la Modernidad desde perspectivas filosóficas, científicas y literarias, y han realizado año con año un coloquio. El coloquio de este año se pensó como un homenaje a Bolívar Echeverría, a 10 años de su prematuro fallecimiento, y así rendir homenaje a su pensamiento y su trayectoria. El tema del coloquio fue “Discurso crítico y Blanquitud”, y tanto al inicio del programa como al cierre hubo dos conferencias magistrales centradas en el tema de la “blanquitud”: la de la filósofa Diana Fuentes, alumna dilecta de Bolívar, y la de Sergio Villalobos Ruminott, intelectual chileno radicado en Estados Unidos. Hubo también un conversatorio con varios colegas y discípulos, la presentación de dos páginas web (la del seminario y la de Bolívar Echeverría), una mesa con sus traductores a otras lenguas, así como la presentación de su libro de aforismos titulado Ziranda, ilustrado por el artista visual Alberto Castro Leñero en una hermosa edición de la editorial Era.

A todo esto, ¿qué es la “blanquitud”? Desde el discurso crítico que caracterizó su pensamiento, para Bolívar Echeverría la modernidad se presenta como un nuevo principio que estructura la vida. Debido a una transformación técnica que cambió las relaciones humanas y la relación con la naturaleza, surgió un nuevo principio de coherencia de la vida social. En esta nueva forma civilizatoria, en la que destacan fenómenos como el individualismo, la secularización de lo político, la confianza en la razón, en la técnica y en las capacidades humanas puramente físicas, también ocurre un fenómeno de subjetivación, o sea de volverse sujeto, que Echeverría calificó como “blanquitud”. Con este término Echeverría alude a la internalización que ciertos sujetos hacen del modo de vida capitalista a través de asumir una identidad que sirve para mantener al sistema. La “blanquitud” es, pues, un rasgo civilizatorio de la modernidad, y nombra el fenómeno por el cual se puede ser una persona no blanca de piel pero estar perfectamente blanqueado. Él dice que “los negros, los orientales o los latinos que dan muestras de ‘buen comportamiento’ en términos de la modernidad capitalista estadunidense pasan a participar de la ‘blanquitud’”.

En México hay mucha más comprensión del racismo que existe entre nosotros, y mucho menos de la “blanquitud”, misma que el propio Frantz Fanon prefigura al hablar de Piel negra, máscaras blancas. Echeverría muestra ese aspecto de la alienación y señala que la “blanquitud” ha sido una forma de “empoderamiento”, y la califica de “la visibilidad de la identidad ética capitalista”.  Así nuestro filósofo alude a la complejidad del proceso de elaboración psíquica que cada ser humano realiza al internalizar la racionalidad tardocapitalista y exhibe cómo la subjetividad que produce este momento histórico es un componente que resulta muy útil a los intereses de los grandes capitales. La interiorización que los seres humanos hacemos de la estructura social en nuestra subjetividad la fortalece.

Al retomar el discurso crítico de Echeverría acerca de la “blanquitud”, el Seminario Universitario de la Modernidad… de la UNAM concreta en el coloquio de este año su objetivo de procurar una mejor comprensión de los problemas actuales, y complejiza y profundiza la crítica que ya circula respecto al capitalismo neoliberal. Hoy se escucha, con excesiva frecuencia, el término “neoliberalismo”. Sin embargo, a muchas personas, en concreto a varios integrantes del seminario, no nos resulta satisfactoria la imprecisión y, en ocasiones, la superficialidad con la que se suele hablar de los efectos nefastos de este momento del capitalismo tardío. Además de encontrar una carencia de precisión analítica, percibimos que se usa el término para aludir a demasiadas cosas y, al mismo tiempo, deja fuera o no presta atención a ciertas complejidades y especificidades geo-políticas.  Así, aunque el término “neoliberalismo” remite a suficientes rasgos comunes de esta etapa como para otorgarle una mínima identidad conceptual, es necesario analizar los hilos de su entramando con mucho más cuidado y rigor. Justamente lo que distingue la perspectiva analítica de Bolívar Echeverría es su atención a las complejidades internas y las especificidades geo-políticas de América Latina. Desde su rica reflexión acerca del ethos barroco, hasta su propuesta acerca de la “blanquitud”, el discurso crítico de este filósofo nos ofrece una interpretación del capitalismo que no se limita a la esfera económica y política, sino que aborda la dinámica sociocultural que produce sujetos, regula conductas y genera nuevas formas de organización social.

A quienes les interese profundizar en este tema, el libro Modernidad y blanquitud, de Echeverría, está publicado por la Editorial Era de México. Y también pueden entrar a la página: www.bolivare.unam.mx, donde se encuentran muchos de sus textos.

Análisis publicado el 8 de noviembre en la edición 2298 de la revista Proceso.

Comentarios