LIBROS

La piratería de libros frente a todos nosotros

Hoy en día, con Internet casi ubicuo, tenemos que prácticamente cualquier contenido que pueda pasarse a ceros y unos, digital pues, puede aparecer de forma ilegal en la red de redes.
domingo, 10 de octubre de 2021 · 23:42

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Es claro que desde la existencia del mundo, los seres humanos han buscado hacerse de bienes creados por otros, muchas veces sin pagar lo correspondiente al poseedor original de dichos bienes. Hoy en día, con Internet casi ubicuo, tenemos que prácticamente cualquier contenido que pueda pasarse a ceros y unos, digital pues, puede aparecer de forma ilegal en la red de redes. La música, por ejemplo, fue el primer objetivo de los piratas y de las personas que querían compartir la música que adquirían. Así habríamos visto personas copiando discos compactos a casetes de audio para sus amigos. Sin embargo, con la llegada de formatos comprimidos para transmitir contenidos musicales, se logró que la música pirateada no tuviese control. Y de hecho no la tiene. Las compañías en la industria disquera han entendido que no hay mucho que hacer más que bajar los precios y cobrar por canción en lugar de vender CDs con 1 o 2 canciones que se promueven y otras 8 o 10 canciones que todos ignoran. El mundo cambió y la industria disquera -si no ha cambiado aún- tendrá que hacerlo. Este proceso no tiene marcha atrás.

Otros contenidos digitales han padecido la misma suerte que la música. Las películas en DVD ya están prácticamente en muchos sitios de Internet que no son famosos por ser legales. Al contrario, ya se exhiben casi abiertamente a todo el público que quiera acceder a estos portales porque las demandas a los que descargan estos contenidos son poco probable que ocurran. Quizás las empresas afectadas decidan demandar a a algún usuario para que exista un precedente pero en realidad, esto tiene poco efecto en la piratería en general.

Hoy hay sitios que son increíbles por tener millones de volúmenes y además que estos, sean obras con derechos de autor que se pueden descargar sin ningún problema. Nos referimos a b-ok.lat, un sitio que contiene unos 8 millones 739 mil 45 libros y 84 millones 837 mil 646 artículos de revistas en su mayoría académicas. Uno no tiene siquiera que darse de alta en el sitio y se pueden descargar 5 libros por día. Sin embargo, si se registra, puede descargar más libros por día. Así como b-ok.lat, se encuentra otro portal: www.pdfdrive.com, otro increíble sitio con un número enorme de libros en todos los temas posibles pero la mayoría, supuestamente protegido por los derechos de autor.

Mucha gente se pregunta si es ilegal descargar archivos de libros del mencionado sitio. La respuesta es sí, es ilegal aunque no es un acto criminal.  Es decir, lo más probable es que si le demandan por descargar libros con derechos de autor, el infractor tenga que pagar dinero por el daño económico causado a las editoriales ofendidas.

Lo curioso de todo esto es finalmente la percepción de los que entran a Internet a buscar libros y encuentran estos sitios. Si las editoriales no protegen sus contenidos, nadie lo hará. Sin embargo, el reclamarles a estos portales para que quite libros con derechos de autor logra casi siempre que se abran otros sitios donde aparezcan precisamente estos libros para poderse descargar. Es decir, reclamarle a los portales ilegales tiene como efecto que se multipliquen los sitios en donde aparecerán estos libros pirateados y el reclamo no sólo no servirá, sino que promoverá aún más a estos libros que se quieren proteger.

Lo que sí es claro es que descargar libros digitales de estos sitios es ilegal. Piense que por cada libro que se descarga, un autor deja de recibir sus regalías y la editorial deja de vender un libro. Si consideramos que las editoriales invierten miles de pesos para poner los libros en librerías física, al existir estos de forma digital y de manera ilegal, están golpeando directamente a la economía de las editoriales y de los autores. El efecto es simple: si esta tendencia sigue, las editoriales no podrán mantenerse mucho tiempo y no habrá autores que puedan vivir de los libros que producen.

Yo entiendo que los libros se han encarecido. Aquí la única solución para sobrevivir -me parece- será bajar significativamente las ganancias de las editoriales bajando el precio de los libros y entonces quizás todas las editoriales puedan sobrevivir. Esta es tal vez la única manera de mantenerse en el negocio.

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