Análisis

Trágico comportamiento del INE en el Estado de México

A pesar de que Lorenzo Córdova presume una autonomía radical del INE ante el gobierno de López Obrador, cabildeó y pactó con el gobernador Alfredo del Mazo.
miércoles, 28 de abril de 2021 · 13:45

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El INE cometió un grave error al declarar desierto el proceso de designación de la presidencia del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), cargo que quedó vacante debido a la muerte de Pedro Zamudio, por covid-19, en diciembre pasado. En pleno proceso electoral calificado por los mismos consejeros como los más grandes y complejos en la historia de México, dejan acéfalo al instituto electoral local más importante del país.

Los comicios intermedios suelen ser muy peleados y hasta violentos en los terrenos municipales. Por ello requieren una árbitro fuerte y legitimado.

La entidad mexiquense tiene el padrón electoral más grande de México, con 12 millones 389 mil 217 personas, equivalente a 13% del padrón nacional. Para dimensionar los números, el padrón mexiquense es poco menor que el chileno y tres veces más grande que el paraguayo. No hay que olvidar que el Edomex es la tierra que gobierna el grupo Atlacomulco de manera ininterrumpida desde hace más de 90 años ¿Es una irresponsabilidad del consejo general del INE haber dejado acéfalo al IEEM en pleno proceso electoral?

Me desmarco de la inédita confrontación entre el INE y la 4T. Un órgano electoral desautorizado por la Presidencia de la República nunca se había visto. Es una cuestión grave. Genera un inevitable desconcierto que afecta los procesos electorales y provoca descontrol en el espíritu y las reglas democráticas que deben prevalecer en la institucionalidad de los árbitros, tanto en el INE como en el Tribunal Electoral. Por su naturaleza política, el gobierno no puede convertirse ni en el árbitro ni en el responsable último, garante de los procesos electorales. Pero tampoco el INE puede constituirse en un contrapeso político. No es su función.

Ante la debilidad política de los partidos, tampoco conviene al INE instalarse en una oposición política sustitutiva ni mucho menos asumir un rol protagónico ni mediático como el que han adoptado Ciro Murayama y Lorenzo Córdova. A nadie conviene que en cada momento se sospeche, se cuestionen y se refuten las decisiones del árbitro.

El INE y IEEM presentan dos posturas opuestas de relación con los gobiernos. El INE se viene enfrentando cada vez con mayor beligerancia al gobierno de la 4T mientras el IEEM es el polo opuesto: un instituto dócil y plegado al gobierno priista de la entidad. Por diferentes vías el gobierno estatal tiene colonizado históricamente al instituto y posee en el secretario ejecutivo, Javier López Corral, a su principal operador político. Los dos modelos distintos son incompatibles. EI INE enarbola una aparente autonomía beligerante, mientras el IEEM presenta una autonomía sumisa a los intereses del gobierno y sus aliados. Finalmente, el IEEM no posee la necesaria independencia sino una vergonzosa sujeción.

Fruto de esta atmósfera enrarecida entre el INE y la 4T, enmarcamos la desastrosa decisión de cuatro consejeros que cedieron a las presiones, no de Morena, sino de la conformación priista mexiquense. Los consejeros Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, Jaime Rivera y Adriana Favela vetaron de facto a Vanessa González Deister, la aspirante más calificada de todas las postulantes. No expusieron razones, sólo votaron por Gloria Morales, cercana al veterano priista Isidro Pastor, metamorfoseado ahora con el PES. Sabían que no ganaba, pero su voto neutralizaba el arribo de González Deister. Hubo un acuerdo político previo de bloque que fue evidenciado por el representante de Acción Nacional Víctor Sondón.

¿Cuáles son las razones de fondo y los intereses políticos de fondo?

En primer lugar, no se trata sólo de la elección de la presidencia del IEEM, sino que está en juego la nominación de la Secretaría Ejecutiva. La presidencia tiene la llave formal. Hay que recordar que el peso operativo, político y manejo subterráneo de recursos recae en la Secretaría Ejecutiva. La nomenclatura priista va pelear con todo esa posición, que históricamente ha sido suya y que deberá renovarse en noviembre próximo. Tiene funciones metaconstitucionales, incluidas las maniobras encubiertas, como el pillaje y el fraude electoral. Tal como siete consejeros electorales del Edomex, de diferentes generaciones, lo denunciamos en el libro titulado El infierno electoral. Fraude del Estado de México (Grijalbo, 2018). La aspirante Vanessa González, coautora de dicho libro, tuvo siete votos de consejeros del INE, proviene de la sociedad civil y de la iniciativa privada. No trae ataduras con partido político alguno; por ello no garantizaba la continuidad del actual secretario ejecutivo mexiquense. Tampoco aseguraba plegarse al gobierno y guardaría una sana y necesaria distancia con los partidos en la entidad. A pesar de que Lorenzo Córdova presume una autonomía radical del INE ante el gobierno de López Obrador, cabildeó y pactó con el gobernador Alfredo del Mazo.

El PRI y el gobierno mexiquense fueron los verdaderos ganadores del oscuro lance que se operó. Históricamente han sometido al INE desde 2014, imponiendo sus candidatos en el consejo general del IEEM. Desde siempre han prevalecido los consejeros de consigna priista. En la actualidad son cinco posiciones de seis. Vanessa representaba un peligroso contrapeso. Ahora que no lograron imponer a la presidenta, entonces el PRI operó bajo riesgos para que no hubiera ganadora, ante el consentimiento y complacencia de Lorenzo y Ciro.

Mención aparte merece el desempeño ambivalente de la consejera priista Adriana Favela. Cabildeó con intensidad para que Nayelly Castañeda fuera nominada a la presidencia. Al quedar fuera, ofreció su voto a Vanessa y finalmente le votó en contra. En los últimos cinco años, ha colocado a cuatro excolaboradores suyos en el consejo general del IEEM, incluida la actual presidenta provisional Daniela Durán. Y quiere más: pretende operar para que otro discípulo, Saúl Mandujano, sea el próximo secretario ejecutivo y consumar así la “favelización” del IEEM.

¿Dónde queda todo el discurso de género que ha desplegado el INE? Vanessa es una honrada feminista. Una convocatoria sólo para mujeres donde tres consejeros hombres no se sienten satisfechos y descalifican a las aspirantes. ¿Y a Adriana Favela le pesan más sus inclinaciones partidarias que la dignificación de género? El proceso fue una ofensa desgastante para 38 mujeres que participaron. Todo este entramado se redefinirá después de los resultados electorales del 6 de junio. Se conformará una nueva correlación, se realinearán las posturas y, sólo así, se definirá la próxima presidencia. Señor Lorenzo Córdova, ¿seguirá recibiendo línea del gobernador del Estado de México?

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