Análisis

Aldeas inteligentes

Es indispensable dotar de conectividad y prosperidad digital a las comunidades rurales, donde se encuentra la población más desfavorecida y la mayor brecha digital; la pregunta siempre ha sido cómo hacerlo.
viernes, 7 de enero de 2022 · 15:42

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Llevar infraestructura, tecnología y servicios de telecomunicaciones a las zonas rurales es uno de los desafíos más grandes y onerosos que existen. Para intentar saldar esta deuda pendiente, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) diseñó el programa “Aldeas Inteligentes, Bienestar Sostenible”, el cual brinda conectividad satelital gratuita a sitios públicos ubicados en localidades rurales. El programa ya ha conectado 50 pueblos pero falta completarlo.

En México existen 84.1 millones de usuarios de Internet. Sin embargo, en el ámbito rural sólo la mitad de la población es usuaria de la red, mientras que en las ciudades el porcentaje alcanza 78.3%. Los principales usos de Internet en el país son para comunicarse (93.8%), buscar información (91%), acceder a redes sociales (89%) y para entretenimiento (88.8%) (Endutih, 2021).

El 90.2% de los municipios (un total de 2,216 de 2,458) tiene cobertura 3G y 4G garantizada, pero sólo 63% de las localidades tiene cobertura de telecomunicaciones (IFT, 2020). Para las zonas donde no llega la infraestructura fija o móvil, la única solución disponible es el Internet satelital.

Es indispensable dotar de conectividad y prosperidad digital a las comunidades rurales, donde se encuentra la población más desfavorecida y la mayor brecha digital; la pregunta siempre ha sido cómo hacerlo.

Es frecuente que los programas de inclusión digital fracasen o no logren sus objetivos si no existe un esfuerzo integral y continuado de los gobiernos. Hay que aprender de proyectos del pasado o iniciativas similares para no repetir errores. La falta de continuidad y los cambios sexenales de autoridades y de visión es lo peor que le ha pasado a las agendas y políticas digitales.

¿Cómo funciona el programa de aldeas digitales? La SICT utiliza la capacidad satelital reservada del Estado. Al concesionar posiciones orbitales para uso comercial, la ley permite al Estado reservar capacidad satelital para la disponibilidad de servicios gubernamentales. La capacidad satelital reservada es utilizada por instituciones como las secretarías de la Defensa, de Marina y la Guardia Nacional para seguridad nacional, o la SICT para servicios sociales.

La industria siempre se ha quejado de que la capacidad satelital de reserva es un obstáculo para ocupar las posiciones orbitales mexicanas.

Para las aldeas inteligentes, el servicio lo proporciona Viasat como contraprestación al Estado (un total de 75 sitios). El programa ya ha conectado 50 pueblos en 11 estados del país; Chiapas tiene el mayor número de comunidades conectadas con 18, seguido de Oaxaca (8) y Yucatán (6).

La velocidad de bajada es de 12 Mbps y de subida de 2 Mbps. Existe una política de “acceso justo” de 55 GB mensuales de datos por sitio, pero cuando alcanza el umbral, el servicio se reduce a una velocidad de bajada y subida de 1 Mbps, se restringe la visualización de videos, la carga y descarga de archivos.

Una antena de plato instalada en una escuela, centro de salud o kiosko en una plaza pública recibe la señal directamente del satélite que comunica a un módem, al cual se conecta la población con sus propios dispositivos.

Dicho de otro modo, el servicio de Viasat es para consumir y utilizar aplicaciones básicas de comunicación como correo electrónico, navegar por páginas de Internet y mensajería instantánea. Con una velocidad de subida de apenas 2 Mbps, es un servicio que no está concebido para producir, crear contenidos y subirlos a la red porque es lento. Agotar la capacidad mensual significa que el servicio deja de ser útil y productivo para la comunidad, por lo que el programa y la solución satelital resultan limitados para las demandas de conectividad actuales, incluso en zonas rurales.

Aunque el acceso a Internet es un derecho universal, el programa sólo aplica a localidades seleccionadas con potencial de desarrollo económico mediante alguna actividad agrícola, ganadera o pesquera que permita la exportación de algún producto; con turismo sostenible o cerca de áreas naturales protegidas para ayudar a su conservación.

Un estudio del IFT sobre cobertura del servicio móvil en zonas agrícolas de México destaca que en 28 de los 32 estados, más de 90% de las unidades de producción de agricultura protegida cuentan con cobertura del servicio móvil en al menos una tecnología.

“Aldeas Inteligentes, Bienestar Sostenible” de la 4T retoma el modelo de Smart Village desarrollado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en Níger en 2018 para proporcionar infraestructura de banda ancha para mejorar el acceso a Internet en áreas rurales y remotas e impulsar el desarrollo rural sostenible en agricultura, comercio, educación, finanzas y salud.

Ya existen pilotos de Smart Village en África, Asia, Europa y América Latina. El modelo adquirió relevancia por la pandemia de Covid-19 que evidenció la importancia de las redes y los servicios digitales para la economía y la continuidad de los servicios públicos esenciales de educación y atención médica.

La Red Europea para el Desarrollo Rural de la Unión Europea define las aldeas inteligentes como “comunidades de zonas rurales que utilizan soluciones innovadoras para mejorar su resiliencia, aprovechando los puntos fuertes y las oportunidades locales. Se basan en un enfoque participativo para desarrollar y aplicar su estrategia para mejorar sus condiciones económicas, sociales y/o medioambientales, movilizando las soluciones que ofrecen las tecnologías digitales”.

Aunque “Aldeas Inteligentes, Bienestar Sostenible” es una iniciativa interesante, la SICT no completó el programa. La aldea inteligente es una solución integral e inclusiva para la transformación digital rural con el fin de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible en comunidades remotas y desatendidas.

El modelo exige que los habitantes de las zonas rurales tengan acceso a la red a través de dispositivos conectados. Los ciudadanos deben tener acceso a servicios digitales eficaces en cualquier lugar y en todo momento. Los servicios deben estar diseñados y adaptados a las necesidades de los ciudadanos, las comunidades y mejorarse continuamente. El programa debe ser ampliable, basarse en datos, abordar la privacidad y la seguridad, contemplar participación ciudadana, opciones de energía sostenible, realizar encuestas, evaluar. El gobierno debe mostrar liderazgo y voluntad política y adoptar un enfoque coordinado, interministerial e intersectorial. Las aldeas inteligentes se benefician de la cooperación y las alianzas con otras comunidades y actores de las zonas rurales y urbanas.

Un programa de conectividad debe ser integral, de lo contrario se corre el riesgo de repetir los errores recurrentes del pasado. La SICT seleccionó y conectó 50 comunidades, falta que sean inteligentes (basadas en tecnologías digitales y datos) y que arrojen bienestar sostenible y sostenido a sus habitantes.

Twitter: @beltmondi

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