Papa Francisco
Francisco es un "desastre y una catástrofe para la Iglesia"
Está circulando un legajo anónimo dirigido a los cardenales electores de un posible cónclave cercano. Se trata del Memorándum Demos. El texto fue publicado el 15 de marzo por el semanario L’Espresso con comentarios de Sandro Magister.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Asistimos a un nuevo ataque de la derecha católica conservadora contra el pontificado del Papa Francisco. En esta cuaresma está circulando un legajo anónimo dirigido a los cardenales electores de un posible cónclave cercano. Se trata del Memorándum Demos. El texto fue publicado el 15 de marzo por el semanario L’Espresso con comentarios de Sandro Magister, quien sugiere que el autor, “Demos” (pueblo en griego), es un cardenal.
El documento anónimo es una crítica severa contra el Papa Francisco. ¿Quién conspira y combate de manera subterránea contra el Papa argentino? ¿Cuáles son los intereses detrás? ¿Quién es el responsable del memorándum? El veterano periodista vaticano Sandro Magister revela una pista: “El autor es seguramente experto en el tema. Pero no se puede excluir que él mismo sea un cardenal”.
Conviene recordar que Sandro Magister es un destacado vaticanista que milita en las filas antibergoglianas. Tiene 79 años. No sólo es un influyente articulista del semanario L’Espresso, sino autor de varios libros sobre la vida de la Iglesia, muy cercano a Benedicto XVI. Ha tenido altercados con la sala de prensa de la Santa Sede. Durante el Sínodo de los Obispos sobre la familia, en 2015, Magister publicó el texto de una carta confidencial firmada por 13 cardenales y entregada al Papa Francisco, acusándolo de “facilitar resultados predeterminados sobre temas controvertidos importantes”. En junio de ese mismo año Federico Lombardi, vocero del Papa, anunció la suspensión de su acreditación en la oficina de prensa por haber publicado y comentado el borrador embargado de la encíclica Laudato sí.
El Memorándum Demos inicia de manera hiriente: “Este pontificado es un desastre en muchos o más aspectos, una catástrofe”. Reprocha a Francisco que intenta transformar la Iglesia en un organismo destinado a solucionar problemas sociales, económicos, psicológicos, incluso ambientales, abandonando su misión de salvar almas. Pone como ejemplo el Sínodo de la Amazonía, donde supuestamente no se abordó reevangelizar la región, sino que se privilegió la problemática del medio ambiente. El sínodo amazónico, según el texto, no pareció preocuparse por propiciar un encuentro personal con el Señor, sino que privilegió cuestiones políticas y sociales. A pesar de esta vocación social y populista, de manera punzante, el texto concluye que “la influencia política del Papa Francisco y del Vaticano son insignificantes”. En suma, “mientras los fieles piden más religión, los obispos bergoglianos ofrecen socialismo”.
El texto reprocha el nivel teológico e intelectual de Francisco, de la siguiente manera: “Para la mayoría de los expertos del Vaticano, el balance del pontificado de Francisco, desde la doctrina de la fe hasta la moral, muestra un déficit en comparación con sus predecesores, sin mencionar las finanzas. Este pontificado contribuyó a exacerbar la secularización de Occidente, porque el Papa intervino en el plano social y político y apoyó una espiritualidad sin identidad. Y entonces surge la pregunta: ¿qué es el ministerio petrino?”.
Se le increpa al Papa tener sesgos ideológicos al callar frente al rumbo que está tomando el sínodo alemán. Ahí se está abriendo la posibilidad de abolir el celibato, permitir las uniones homosexuales y la ordenación sacerdotal de mujeres. En contraste, se resalta que Francisco es severo y persigue a los tradicionalistas, bloquea las misas tridentinas y sacude los monasterios contemplativos. El autor Demos advierte que las academias pontificias están en grave desorden; por ejemplo, algunos de sus miembros han apoyado recientemente el suicidio asistido y diversos expositores invitados apoyan el aborto.
Si bien el Memorándum Demos es ambiguo ante las pulsaciones cismáticas, deja claro el inmenso malestar de los conservadores contra Francisco. Es evidente que el cisma amenaza desde los extremos. El polo de la derecha está en Estado Unidos. El episcopado ha aprobado por mayoría la posibilidad de discutir si un político católico que admite la legalización del aborto, como el propio presidente Joe Biden, puede recibir la eucaristía. El Vaticano ha mostrado su desacuerdo. Es claro que existe una convergencia de la derecha norteamericana con la europea; presencia de empresarios conservadores y estrategas políticos profesionales, como Steve Bannon. exasesor de Donald Trump. El polo conservador quiere el regreso a un pontificado que afirme la unidad de la Iglesia con mando disciplinario basado en la doctrina tradicional de la Iglesia.
Por la izquierda, el Memorándum Demos lamenta que, en Alemania, el “camino sinodal” ha dado espacio a voces muy radicales y sostiene tesis disruptivas con la tradición de la Iglesia, como la bendición de las parejas homosexuales y el sacerdocio femenino.
El texto dedica un espacio considerable a la crisis financiera del Vaticano. Y resalta los movimientos erráticos del Papa Bergoglio. La situación financiera del Vaticano es grave. Sus déficits financieros oscilan entre 25 y 35 millones de euros al año.
El Memorándum Demos cuestiona las orientaciones estratégicas del Papa Francisco, en su abanico de reformas, que ha generado el llamado camino sinodal. El texto advierte: “Si se da autoridad doctrinal a los sínodos nacionales o continentales, tendremos un nuevo peligro para la unidad de la Iglesia mundial, puesto que, por ejemplo, la Iglesia alemana ya tiene posiciones doctrinales que no son compartidas por otras Iglesias y no son compatibles con la tradición apostólica. Si no hay una corrección romana de tales herejías, la Iglesia quedaría reducida a una vaga federación de Iglesias locales, con visiones diferentes, probablemente más cercana a un modelo anglicano o protestante que a uno ortodoxo”.
Francisco enfrenta no sólo la crisis de la Iglesia global, sino una implacable guerra intestina que presenta diversos frentes. El Memorando Demos refleja la guerra de baja intensidad que asecha a Francisco. La crisis de la Iglesia es real: la persistente caída de fieles, la silenciosa revolución secular que viene marginando al catolicismo de la cultura, en especial en Europa, la crisis de escándalos por pederastia, los altercados financieros, la marginación de las mujeres, el clericalismo y la reforma de la curia romana. Francisco, como pocos pontífices, padece la conspiración internacional de una derecha católica que espera con impaciencia que el actual pontificado concluya. A casi nueve años de su pontificado, Francisco apuesta por una mayor vocación social de la Iglesia, una nueva pastoralidad basada en un amplio consenso en torno a la sinodalidad que está en marcha en todos los países y continentes.
Así está delineando la reforma de la curia, más al servicio de la misión que engrandecer la estructura clerical de la Iglesia. La derecha católica espera en un nuevo cónclave elegir a un Juan Pablo III: conservador, centralista, clerical, carismático, mágico y portador de un catolicismo nostálgico y fantasioso. Réquiem por la Iglesia.