Inflación

Telecomunicaciones contra la inflación y carestía

La inflación global está siendo causada por una escasez de insumos, materias primas, bienes y productos, como los fertilizantes para los alimentos o los microprocesadores (chips) para una infinidad de mercancías como automóviles o teléfonos inteligentes.
miércoles, 11 de mayo de 2022 · 16:54

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-La telefonía fija y móvil forman parte de la canasta básica no alimentaria. Ambos servicios integran el Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC) que presentó el gobierno federal. Las telecomunicaciones se encuentran entre los servicios esenciales y prioritarios que más contribuyen a que la inflación no se dispare aún más.

La tasa de inflación anual se colocó en abril de 2022 en 7.68%, una de las más elevadas en los últimos 20 años (Inegi), con 17 meses consecutivos al alza.

Casi todo está más caro para el bolsillo de los consumidores, pero no es el caso de los servicios de telecomunicaciones, los cuales no reciben ningún tipo de subsidio gubernamental sino que sus tarifas dependen del entorno competitivo.

La inflación global está siendo causada por una escasez de insumos, materias primas, bienes y productos, como los fertilizantes para los alimentos o los microprocesadores (chips) para una infinidad de mercancías como automóviles o teléfonos inteligentes.

La carestía también es consecuencia del incremento en los precios internacionales y locales de los energéticos como el petróleo, la gasolina y la electricidad, que llevan al alza el transporte de alimentos, pero también de la generación de servicios.

Desde finales de 2021 se sintieron los efectos de la inflación producto de la pandemia, pero todavía no experimentamos con toda su crudeza el alza de precios causada por la guerra ruso-ucraniana, cuyos impactos serán aún mayores conforme se prolongue y radicalice aún más el conflicto.

Si bien la inflación al consumidor ha sido galopante y escalofriante, la inflación al productor lo es aún mayor. Producir mercancías y servicios es aún más caro que su precio al consumidor final, por lo que los márgenes de ganancia de las empresas se están estrechando y están buscando reducir costos. La tecnología puede contribuir a ello.

Las telecomunicaciones requieren tecnologías, software, suministros y equipos que también han sido impactados al alza por las interrupciones pandémicas en las cadenas de suministro y las variaciones cambiarias.

Las redes y los servicios de telecomunicaciones también requieren de energéticos para operar, como electricidad generada por combustibles fósiles como el carbón o incluso por fuentes de energía renovables.

A pesar de que las telecomunicaciones no están exentas de la inflación y sus causas, la mayoría de los precios de los servicios de telecomunicaciones se han mantenido estables para los usuarios.

Recordemos que durante el confinamiento y la pandemia, las personas, los hogares, las empresas y las industrias tuvieron que mantenerse conectados para preservar sus negocios y fuentes de ingresos.

Durante más de dos años, las telecomunicaciones cumplieron una función antiinflacionaria que poco se reconoce. No sólo es el sector que hizo funcionar la economía global y digital gracias a la conectividad y el acceso a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), también mantuvo a raya la inflación mientras se incrementaban los precios de los alimentos, los energéticos y los productos.

Según los especialistas, la inflación continuará durante 2022, los precios se estacionarán en los niveles que alcancen y su impacto se extenderá hasta 2023. Las telecomunicaciones y la adopción tecnológica serán fundamentales para reducir los costos de transacción en el consumo de bienes y servicios.

Desde que se aprobó la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones en 2013, el Índice de Precios de Comunicaciones ha descendido 26.7%. Desde entonces, la telefonía móvil es 59% más barata en términos reales.

Según el Informe de Asequibilidad 2021 (Affordability Report 2021) de la Alliance for Affordable Internet (A4AI), que evalúa las políticas públicas, mide el costo de la conectividad y la asequibilidad a los servicios de Internet, México es el octavo país con la banda ancha móvil más barata del mundo.

Según la organización A4AI, los fondos de acceso universal son esenciales para una política de banda ancha integral y exitosa que podrían reducir aún más los precios de los servicios de la banda ancha.

Aunque el servicio de Internet se ha elevado 14% desde que se avaló la reforma en 2013, los usuarios han recibido enormes beneficios en términos de capacidad y velocidad.

La velocidad de Internet se ha incrementado. Detrás de ella están las inversiones de los operadores de telecomunicaciones. En septiembre de 2014 la velocidad promedio de Internet en México era de 4.1 Mbps (Akamai). En marzo de 2022 la velocidad de la banda ancha móvil fue de 29.81 Mbps y la de Internet fijo de 41.46% (Speedtest).

La proporción es que mientras el Internet se elevó 14%, en sus tarifas la velocidad de conexión se incrementó más de 800% para las redes fijas. Los proveedores de Internet ofrecen más capacidad, más velocidad y más calidad por el mismo precio.

Es innegable que, por la misma tarifa, realizamos más llamadas, enviamos más mensajes de texto y recibimos más megas. Algunas redes sociales están incluidas en los planes y eso beneficia al usuario. Los proveedores ofrecen por el mismo precio servicios digitales como antivirus, almacenamiento en la nube o plataformas de video en streaming sin costo adicional.

Incluso podríamos estar mejor. Si se detonara la competencia convergente y todos los proveedores en México pudieran ofrecer TV de paga y todos los servicios en sus paquetes, los hogares y los consumidores se beneficiarían con mejores tarifas y/o con paquetes múltiple play más atractivos.

Las telecomunicaciones, los temas tecnológicos y digitales no han sido relevantes para el gobierno del presidente AMLO y la 4T, pero sí lo son para México. Incluso controlando una inflación y carestía que podrían estar peor.

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