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Pandemia y tecnología: tres años después

La economía colaborativa y las plataformas en línea también desempeñaron un papel importante durante la pandemia de Covid-19, especialmente en términos de generar oportunidades de ingresos para las personas que perdieron sus empleos o vieron reducidos sus ingresos,
miércoles, 15 de marzo de 2023 · 11:57

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-El 28 de febrero se cumplieron tres años de que se identificó el primer caso de Covid-19 en México. En ese momento se le decía coronavirus. Fue hasta el 11 de marzo de 2020 cuando la Organización Mundial de la Salud la definió como una pandemia. Ningún país ni sistema sanitario estaban preparados para afrontar una crisis sanitaria de las dimensiones e implicaciones que conocemos. Sin embargo, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) rápidamente cambiaron la forma como vivimos, trabajamos y nos comunicamos.

Las tecnologías digitales, Internet, los servicios de telecomunicaciones y el teletrabajo han jugado un papel fundamental durante la pandemia que aún no concluye, permitiendo que millones de personas se adaptaran a las nuevas condiciones de vida y trabajo impuestas por la crisis sanitaria.

Imaginemos cómo hubiera sido la catástrofe humanitaria y económica sin las TIC, si a tres años el virus que provoca la enfermedad de Covid-19 ya ha contagiado a más de 759 millones de personas en el orbe, de las cuales 6.87 millones perdieron la vida, 333 mil en México.

Durante los primeros meses de la pandemia, las restricciones de movimiento y el cierre de negocios y oficinas obligaron a muchos empleados a trabajar desde casa. La disponibilidad de herramientas de comunicación en línea permitieron que las personas pudieran comunicarse y colaborar con sus colegas desde la seguridad (quizá no comodidad) de sus hogares.

Plataformas de Internet como Zoom, TikTok, Netflix y Spotify crecieron en número de usuarios, tráfico de datos y se consolidaron como las predilectas de millones de personas confinadas en sus hogares, pero ávidas de distractores y entretenimiento ante el cierre de cines, teatros, conciertos y destinos turísticos, algunas de las industrias más afectadas por la pandemia.

Los servicios de telecomunicaciones se convirtieron en un recurso vital, prioritario y esencial, permitiendo a las personas mantenerse conectadas con sus seres queridos, acceder a información de salud y participar en reuniones virtuales.

Las empresas de telecomunicaciones se vieron obligadas a adaptarse rápidamente a la demanda creciente de servicios en línea y tráfico de Internet. Muchos proveedores de conectividad ofrecieron acceso gratuito durante los primeros meses a servicios críticos como portales de salud o educativos para garantizar que todos tuvieran acceso a la información necesaria durante la crisis.

La pandemia también aceleró la transición a una economía digital, con muchas empresas tradicionales recurriendo al comercio electrónico y el marketing digital para llegar a los clientes y subsistir en un primer momento. Muchos negocios cerraron y se quedaron en el camino, pero otros descubrieron la oportunidad digital y ahora es su principal unidad de negocio gracias a las tecnologías.

Los servicios de entrega a domicilio y las aplicaciones de comida como DiDi Food o Uber Eats se convirtieron en una forma segura y conveniente de obtener alimentos y suministros esenciales durante la pandemia. Los restaurantes que no estaban abiertos al público por las restricciones, pudieron enfrentar la crisis mediante la entrega a domicilio de alimentos.

La economía colaborativa y las plataformas en línea también desempeñaron un papel importante durante la pandemia de Covid-19, especialmente en términos de generar oportunidades de ingresos para las personas que perdieron sus empleos o vieron reducidos sus ingresos, al ofrecer servicios como conductores de viajes compartidos, anfitriones de alojamiento y proveedores de servicios de tareas en línea.

A tres años de la pandemia, estas tecnologías siguen siendo fundamentales para nuestra vida diaria y nuestro trabajo, a pesar de los intentos de gobiernos y empresas por pretender regresar a una normalidad pre pandemia, intentando imponer controles y obligaciones que existían y se justificaban antes, como acudir a las oficinas para trabajar, pero que incluso ahora enfrentan rechazo de muchos trabajadores. La pandemia demostró que las tecnologías digitales mejoran la eficiencia, la productividad y la resiliencia de muchas empresas.

El teletrabajo se convirtió y sigue siendo una opción viable para muchas organizaciones. Los operadores de telecomunicaciones siguen invirtiendo en infraestructuras de banda ancha, capacidad de cómputo y Nube para mejorar la conectividad y la velocidad de Internet.

A pesar de todos sus beneficios, las tecnologías digitales no son una solución perfecta para todos los desafíos que enfrentamos durante la pandemia. La brecha digital sigue siendo una preocupación importante, con muchas personas que no tienen acceso a servicios de Internet de alta velocidad o dispositivos adecuados para el trabajo y el aprendizaje en línea, o bien carecen de las habilidades digitales necesarias.

La falta de interacción cara a cara puede ser difícil de enfrentar para muchas personas, y puede tener un impacto negativo en su bienestar emocional y laboral. La salud mental emergió como un problema tan pandémico y global como la Covid-19, cuya relevancia adquirió visibilidad por tantísimas manifestaciones en todas las edades y sectores sociales.

A tres años de la pandemia de Covid-19, está claro que las tecnologías digitales demostraron ser esenciales para mantener nuestras vidas y economías en funcionamiento. En muchos casos, la tecnología fue la única forma de mantener la continuidad de los negocios y la comunicación durante los cierres y las restricciones impuestos por la pandemia, lo que fue crucial para reducir la propagación del virus.

A medida que avanza el regreso a la “normalidad” y la recuperación económica, varias empresas están tratando de volver a los espacios físicos en los lugares de trabajo. Muchas personas prefieren la interacción personal y los espacios presenciales, pero muchas más quieren permanecer en sus hogares y en los ámbitos domésticos que habilitaron para trabajar o estudiar desde casa.

La lección es que la evolución y la transformación digital son irreversibles. Regresar a prácticas pre pandémicas significa que nada aprendimos de la Covid-19. Muchos quisieran retroceder a 2019 y fantasear que nada pasó en tres años, pero convenientemente no les gustaría perder la velocidad de Internet que ganaron por el confinamiento. Esa realidad significa que el mundo después de la pandemia debe ser más digital y, desde luego, más humano incluso con las tecnologías.

Twitter: @beltmondi

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