Saúl "Canelo" Álvarez: Entre la disciplina, la bravuconería y los pleitos legales

viernes, 5 de mayo de 2017 · 20:01
Este sábado 6 se disputará un combate que "se espera" desde hace tiempo. Saúl El Canelo Álvarez contra Julio César Chávez Jr., boxeadores a los que se cuestiona por ser productos artificiales, inflados. El primero por Televisa, inicialmente, y luego por TV Azteca, y el segundo por ser hijo de quien es. Sobre El Canelo, su trayectoria lo describe como un deportista disciplinado, perfeccionista, pero también prepotente, bravucón y protagonista de agresiones y pleitos legales. Saúl El Canelo Álvarez se autodenomina el mejor boxeador del mundo: “Los hechos hablan por sí solos. No me gustaría decirlo de mi propia boca, pero las acciones ahí están”. Su nombre completo es Santos Saúl Álvarez Barragán y nació el 18 de julio de 1990 en el poblado de San Agustín, municipio de Tlajomulco de Zúñiga, cerca de Guadalajara. No tuvo una vida fácil. Creció demasiado de golpe. De chico vendía paletas de hielo en los camiones de la ruta Juanacatlán-Guadalajara. En total, El Canelo tiene seis hermanos y una hermana. Las carencias económicas lo llenaron de frustraciones, aunque menos que las afectivas: al cumplir los 16 años el divorcio de sus padres le marcó para siempre: tuvo problemas con el alcoholismo. Eso sí, no dejó de ir a entrenar, todas las tardes, al gimnasio del manager José El Chepo Reynoso, en Guadalajara. En todo caso, esas carencias fueron trazando la actitud de Saúl: la necesidad de hacer cosas distintas por medio del boxeo. Hoy, El Canelo Álvarez, de 26 años, “el Floyd Mayweather mexicano”, se da vida de estrella. Un ejemplo son sus romances con mujeres de la farándula. Ahora bien, todo eso es un montaje según su rival en turno, Julio César Chávez Jr., quien dijo: “Yo nada más le puedo decir que mi esposa es de verdad y su novia no es de verdad; se la puso Televisa”, en alusión a la conductora de Televisa Deportes Marisol González, quien fue vinculada sentimentalmente con El Canelo entre 2009 y 2012. Un día antes de ese comentario y después de un prolongado silencio desde su centro de concentración en San Diego, California, el pelirrojo boxeador había arremetido contra Julio César hijo, a quien tildó de niño e inmaduro. “Tengo muchos aficionados que saben qué he ganado desde cero, él tiene cosas no por lo que ha hecho, sino por lo que hizo su papá. No es un modelo a seguir, tiene una carrera llena de altibajos e indisciplinas”. Saúl tampoco disimula su pasión por los caballos pura sangre, a los que acostumbra montar en las playas. También le encanta fotografiarse y pasearse en autos último modelo. En su colección tiene desde una camioneta Ford pickup clásica hasta un Ferrari, un Lamborghini Aventador, un Mercedes Benz Clase G, un Chevrolet Camaro, un Audi y un Bentley Continental. Y al igual que Floyd Mayweather, Álvarez también tiene como mascota a un león. Incluso se permite aventarse unos palomazos y cantar el “Cucurrucucú paloma” en dueto con Julión Álvarez. El Canelo Álvarez mantiene una foja de 48 victorias, 34 de ellas por nocaut, un empate y un revés, precisamente ante ­Mayweather. Por su parte, Chávez tiene 50 victorias, 32 por nocaut. Álvarez es un peleador disciplinado, metódico y perfeccionista. Acostumbra alejarse de los reflectores cuando tiene un combate. Esta vez no ha sido la excepción: ha esquivado a los medios de comunicación para refugiarse en un exclusivo lugar de San Diego, California. Por el contrario, su contrincante –Julio César Jr., Julito– se prepara con las puertas abiertas al público en el Centro Ceremonial Otomí, en Toluca. El bravucón Fuera de los cuadriláteros se esconde la otra historia del Canelo, que lo pinta como un tipo prepotente y violento, con episodios de abusos, embustes, agresiones y pleitos legales. De colofón aparece su apego al gobernador priista de Nayarit, Roberto Sandoval, quien está señalado de tener nexos con el crimen organizado tras la captura en Estados Unidos de su otrora fiscal Édgar Veytia por delitos contra la salud. Saúl Álvarez estuvo implicado en una riña callejera por agredir al albañil Carlos Gallegos Alonso, quien lo denunció por haberle fracturado la mandíbula en tres partes, como aparece en la averiguación previa 1689/2008 radicada en la agencia número 2 de El Salto, Jalisco. El caso salió a la luz en mayo de ese año. Proceso documentó el incidente vial. El agraviado narró que un auto Jetta de color rojo impactó su vehículo en la parte trasera. En plena marcha, el conductor del auto rojo lanzó una botella contra el parabrisas de la otra unidad. Luego se detuvieron y sobrevino la golpiza. El afectado dijo haber pagado 15 mil pesos por su operación en el Hospital Civil de Guadalajara y que la lesión causada por el pugilista le impidió laborar durante un año. Por eso exigió un castigo para El Canelo, “ya que él, siendo boxeador, abusó de esa condición y me golpeó por detrás de manera cobarde”. Al rendir su declaración, Álvarez, entonces de 17 años, argumentó que sólo lo hizo para defenderse de las agresiones de tres personas. El agredido pidió a El Canelo 80 mil pesos por la reparación del daño. Pero el pugilista rechazó cualquier posibilidad de negociación, según consta en el expediente de la demanda. Como sea, el albañil sospechó que las autoridades de El Salto encubrieron a su agresor, porque le revelaron que no podían continuar con la investigación ya que el expediente fue “roído por un ratón”. En otra riña callejera, El Canelo golpeó a su compañero de profesión Ulises El Archi Solís, a quien terminó por desgraciarle su carrera deportiva después de un encuentro fortuito en la Barranca de Oblatos, Guadalajara. Este caso ocurrió en octubre de 2011. Solís contó así el incidente al periódico El Universal: “Me lo topé cuando termina de entrenar. Me hice a un lado para dejarlo pasar, pero nos topamos. De pronto me comenzó a reclamar muchas cosas. Me cuestionó: ‘¿Por qué andas con mi mujer?’. Le respondí que ni la conozco, y sin más me conectó un volado de izquierda y un cruzado de derecha, con lo que me fracturó la mandíbula y me tiró un diente. Caí, me incorporé y de nuevo me tiró un par de golpes. Uno me pega en la sien y el otro en el pecho. Lo quise frenar… “Yo pensaba que me reclamaba por Marisol, su novia de Televisa. Me dijo: ‘No te hagas pendejo, la mamá de mi hija’”, abundó El Archi a Proceso (1848) en abril de 2012. Dos meses después del conflicto, Álvarez acudió ante el Ministerio Público para rendir su testimonio por escrito: “Niego cualquier tipo de participación en los hechos que señalan El Archi y sus testigos (…) la verdad de los hechos, como lo manifesté, es que mi hermano Juan Ramón Álvarez Barragán fue quien tuvo alguna diferencia con el aquí denunciante”. Ulises Solís presentó una demanda penal contra su agresor en la procuraduría de Jalisco. Las autoridades de aquel estado nunca aclararon la participación de Saúl en la riña callejera. Todo esto ocurrió siete meses después de que El Canelo venciera a Matthew Hatton y se adjudicara el fajín de peso superwelter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) por decisión unánime. Los familiares del Canelo también han estado inmiscuidos en escándalos. Es el caso de su hermano Víctor Alfonso, quien fue detenido en febrero de 2011 por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Jalisco mientras circulaba sobre la carretera de Chapala en una camioneta con placas de Nayarit. En la parte trasera de la unidad el pariente de Saúl llevaba cartuchos para armas de diferentes calibres y un par de fundas para cargadores. En su descargo, el arrestado dijo a las autoridades que las municiones pertenecían a los escoltas de su hermano. Víctor Alonso fue dejado en libertad –aparentemente protegido por las autoridades– gracias a la amistad que desde 2005 une a Álvarez con el mandatario de Nayarit, Roberto Sandoval. “Cuando apenas iba iniciando, él (Sandoval) me apoyaba con mis batas, con mis cosas para pelear, y moralmente también. Eso lo agradezco muchísimo”, contó El Canelo en un video en el que le hace campaña al candidato a gobernador de Nayarit el 3 de julio de 2011. Presunta independencia –¿Alguna vez te has sentido utilizado por los políticos del país? –se le pregunta al pugilista por medio de un cuestionario por escrito, única vía para acceder a él a través del área de prensa de la empresa que lo maneja, Golden Boy Promotions. –En mi caso no ha sido así. No sé, ni idea tengo que (haya sucedido) con otros peleadores. –¿Qué tanto hay de cierto en que las televisoras se aprovechan del boxeador al grado de imponerle la agenda? –A mí no me ha pasado. Soy un peleador pensante y nadie ha dispuesto de mi tiempo, a menos que me interese. El 9 de abril de 2014, Álvarez anunció sorpresivamente su ruptura “momentánea” con Televisa, la empresa que impulsó su carrera durante más de un lustro. Al joven Canelo lo hicieron ver como un tipo apuesto y carismático, además de concederle los principales espacios para convertirlo en el nuevo star del boxeo de la empresa de Emilio Azcárraga Jean. Pero así como Televisa lo encumbró, también se encargó rápidamente de promover una campaña de desprestigio en su contra: una semana después de la abrupta separación, la televisora acusó a Álvarez de la muerte de uno de sus sparrings, Javier El Chatito Jáuregui, excampeón mundial ligero de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). En su revista TV y Novelas, el consorcio publicó como su nota principal y durante dos ediciones consecutivas que Jáuregui, de 40 años, murió por “las terribles golpizas” que recibió durante los entrenamientos con el pelirrojo para su combate contra Alfredo El Perro Angulo. “Dejé Televisa porque se estaban metiendo mucho en mi vida privada”, dice el boxeador a Proceso en su contestación vía correo electrónico. En otra breve respuesta, Álvarez asegura que decidió trabajar con TV Azteca por el interés que la televisora mostró para transmitir sus peleas. Álvarez y la promotora Golden Boy Promotions –de Óscar de la Hoya– fueron demandados en mayo de 2012 ante un tribunal de Florida por la promotora All Star Boxing (ASB), ya que el pugilista incumplió el contrato signado el 15 de septiembre de 2008 (Proceso 1855). All Star Boxing, del promotor puertorriqueño de origen cubano Félix Zabala Jr., conocido como El Tutico, reclama que tanto El Canelo como su entrenador El Chepo Reynoso firmaron con ellos, “por su propia voluntad”, un convenio exclusivo para asegurar y promover peleas que requieran los servicios de Saúl con una vigencia de cuatro años y con prórroga automática. El contrato fue firmado cuando El Canelo buscaba hacerse de un nombre en el boxeo. Para entonces sólo había disputado 24 combates profesionales. El vínculo entre Álvarez y All Star Boxing sólo duró dos años, ya que en enero de 2010 Óscar de la Hoya convenció al pugilista para firmar con Golden Boy Promotions, a cambio de millonarias bolsas. Pelea caliente El Canelo no oculta su extracción humilde: “Vengo de no tener nada hasta llegar al primer plano del boxeo mundial con el favor de Dios, con talento, con disciplina y hambre de hacer historia”. Y mientras Chávez Jr. habla de todos los temas, Saúl los esquiva: “En este momento tengo una relación muy bonita y no quisiera comentar nada de esto por respeto a mi mujer”. Para El Canelo, “cada quien tiene su forma de calentar las peleas, y si ésa es su manera está bien, yo hablo arriba del ring”. –¿Quién es el mejor boxeador mexicano del momento? –Para eso se pactó esta pelea, para dejarlo en claro… no me gustaría decirlo de mi boca, pero los hechos están marcados: soy el mejor del mundo. Desde su concentración en el Centro Ceremonial Otomí, Chávez hijo tildó a su rival de “muchacho malagradecido. Ya se le olvidó cuando el Consejo Mundial de Boxeo lo ayudó y peleó contra Matthew Hatton, que no era de su peso, y pudo ser campeón del mundo. No tiene bien puestos los pies en la tierra, pero el jueves 6 haré que aterrice esos pies”. Y Saúl reacciona: “Nada me motiva más que vencer a Julio. No es la pelea más grande de mi vida profesional; simplemente es un duelo más. A todos (los rivales) he querido arrancarles la cabeza, pero esta rivalidad tiene ese coraje extra. Interesa más el orgullo que cualquier otra cosa. Quiero ganar simplemente para seguir formando mi legado. Soy favorito porque ven la disciplina y el talento, lo que he hecho en el boxeo”. El sábado 6, el T-Mobile Arena, de Las Vegas, Nevada, espera a los mexicanos Álvarez y Chávez hijo, en una pelea pactada a 12 episodios, en la que no hay título de por medio. El Canelo, cuatro veces campeón del mundo, incursionará en un peso en el que nunca ha peleado (74.615 kilos pactados en el contrato), luego de mantenerse en la división de los 69.850 kilos. Álvarez es considerado el deportista mexicano mejor pagado por los 36 millones de dólares que ingresó tan sólo en dos peleas. De acuerdo con un reporte del suplemento Cancha, Álvarez supera a los beisbolistas Adrián González (Dodgers de Los Ángeles), quien firmó un contrato por 22.3 millones de dólares por 126 juegos disputados, y Marco Estrada (Azulejos de Toronto), quien ganó 14.5 millones de dólares por 30 juegos de apertura. Chávez comparte la sexta posición con otro beisbolista, Joakim Soria, cada uno con 8 millones de dólares. Este reportaje se publicó en la edición 2113 de la revista Proceso del 30 de abril de 2017.

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