Al cine, el debate entre Frost y Nixon

miércoles, 31 de diciembre de 2008 · 01:00
"Este texto viene publicado en el número 1678 de la revista Proceso, que está en circulación" Relizador de El Código Da Vinci, Ron Howard está por estrenar en México Frost/Nixon, donde recrea la entrevista televisiva entre el periodista y el expresidente en la que éste confesó su culpabilidad en el caso Watergate En conferencia de prensa internacional, en la que estuvo presente este semanario, el director y su equipo contaron sus impresiones para llevar a la pantalla grande el suceso que conmovió a los especta-dores de la televisión NUEVA YORK, NY- En 1977, luego de cinco años del escándalo Watergate, Richard Nixon fue entrevistado largamente para la televisión por el británico David Frost Confiado en que se trataba de un conductor baladí, el expresidente accedió, no sin un pago por delante de 600 mil dólares No imaginó que el costo para él sería mucho mayor al reconocer, ante millones de televidentes, su culpabilidad En mayo de aquel año, Proceso consignó (en su número 27) cómo el exmandatario de Estados Unidos confesó en el primero de cuatro programas ?como no lo hizo en el proceso judicial que lo obligó a dimitir el 9 de agosto de 1974: "Engañé al pueblo norteamericano y tendré que llevar esa carga por el resto de mis días" La histórica entrevista es recreada ahora en la película Frost/Nixon, protagonizada por Frank Langella (como Nixon) y Michael Sheen (Frost), dirigida por Ron Howard y escrita por Peter Morgan, que llegará a las pantallas mexicanas este enero La cinta, que como los propios programas televisivos de hace tres décadas muestra a un Nixon derrotado, disminuido físicamente, casi acabado, no sólo trae a la memoria el suceso que hundió políticamente al entonces presidente estadunidense, cuando en la madrugada del 17 de junio de 1972 cinco hombres fueron sorprendidos en la sede del Comité Nacional Demócrata, en el edificio Watergate, intentando poner micrófonos de espionaje También pone a discusión temas como el abuso del poder, el impacto de la televisión, la ética del conductor y el expresidente al dar y aceptar un pago por la entrevista, y hasta hace reflexionar sobre la gravedad del espionaje frente a los crímenes cometidos por la actual administración de George W Bush en Estados Unidos Al menos son los cuestionamientos que los realizadores y protagonistas del filme se hacen, y así lo dicen ante la prensa, en medio de un clima de efervescencia política marcado por el triunfo electoral de Barack Obama, en quien ven la posibilidad de un cambio y de la recuperación de la credibilidad hacia el gobierno En el Ritz Carlton de Central Park, en Manhattan, el director Howard, el guionista Morgan y los actores Frank Langella, Kevin Bacon, Matthew Macfayen, Oliver Platt y Sam Rockwell hablan a los medios de distintos países, entre ellos Proceso, de esta película que recrea un breve pero sin duda desastroso pasaje en la vida de Nixon Sin juicios Como dijo el crítico Emilio García Riera de Todos los hombres del presidente (cinta de Alan J Pakula, basada en la historia de los periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, quienes investigaron el caso Watergate, con informaciones del recién desaparecido Mark Felt, conocido como Garganta Profunda), Frost/Nixon no es una película política Y ni el director ni el guionista buscan emitir juicios sobre Nixon y menos sobre Frost, sino mostrar su lado humano, con sus fortalezas y debilidades; dejar en claro que eran seres solitarios pese a estar siempre rodeados de mucha gente, así como el hecho de que en la entrevista ambos tenían sus propios intereses Relata Howard que luego de haber conocido la entrevista real (partes de ella pueden verse en youtube y está a la venta en DVD) comenzó a investigar más sobre el asunto, y lo que conoció no le hizo odiar a Nixon pero sí le molestó que hubiese cometido sus faltas cuando se supone que estaba sirviendo al país A la vez se dio cuenta de que intelectualmente era un personaje brillante, lo cual le hacía sentir respeto por él como estadista Sin embargo, al adentrarse justo en la parte del Watergate, consideró que no importaba qué tan brillante pudiera haber sido, el hecho es que cometió un fraude y eso no es fácil de olvidar Medita unos segundos y dice que a Nixon se le acusó de 17 delitos, y comparados con los miles y miles de la administración Bush podrían considerarse nada, sin embargo son muchos: "Entiendo que sentarse en una silla presidencial en cualquier parte del mundo debe ser un trabajo tremendo y una gran responsabilidad, pero no es excusa para romper las leyes" En lo documentado por Proceso, se cuenta que con sus dramáticas declaraciones Nixon se sintió, "más que arrepentido", como si quisiera provocar lástima entre quienes lo escuchaban y "lo veían hundirse cada vez más, derrotado ante las devastadoras preguntas del entrevistador Frost" La película muestra por momentos a ese Nixon, casi débil, que delataba su nerviosismo e inseguridad al tratar de secarse el sudor con un pañuelo Se le pregunta a Howard si al mostrarlo así busca mejorar su imagen y si no le preocupa cambiar la historia al despertar sentimientos de compasión hacia el expresidente El cineasta (realizador, entre otras cintas, de Cinderella Man y El Código Da Vinci) dice no estar preocupado si alguien al ver la película llega a sentir simpatía por Nixon, pues con ello no modifica la historia En cambio considera que se deja en claro que él abusó de su poder y que eso es inaceptable La historia, basada en la serie televisiva The Nixon Interviews with David Frost, fue trabajada por Peter Morgan desde 1992 Antes que convertirse en un guión fílmico, fue una obra de teatro estrenada en agosto de 2006 en el Donmar Warehouse, en Londres, bajo la dirección de Michael Grandage Las interpretaciones de Nixon y Frost estuvieron a cargo de los mismos Langella y Sheen, quienes dieron funciones durante cerca de dos años, primero en Londres y posteriormente en el Bernard B Jacobs Theatre de Broadway Langella incluso recibió un premio Tony y un Drama Desk por su interpretación de Nixon Morgan relata que para escribir el guión revisó muchos materiales Advierte que no todas las escenas de la película ocurrieron en realidad, un ejemplo es una llamada telefónica que el personaje Nixon hace a Frost a medianoche en estado de ebriedad Sin embargo, es verdad que el político solía hacer llamadas telefónicas desde la Casa Blanca a altas horas de la noche, cuando se encontraba intoxicado con alcohol y tranquilizantes Dice entonces que quiso mostrar el rasgo de autodestrucción en la personalidad de Nixon La prensa pregunta si al mostrar a ese hombre alcoholizado y autodestructivo la gente puede sentir compasión por un personaje que, como sea, cometió no sólo el espionaje del Watergate, sino que hizo la guerra en Vietnam y Camboya Piensa que en realidad es difícil sentirse conmovido por alguien como Nixon, pero dice que al final la gente puede tener diferentes sentimientos y puntos de vista Señala entonces que justo en este momento la población de Estados Unidos está muy dividida políticamente, y muestra de ello son los resultados que dieron el triunfo electoral a Obama y la derrota al republicano John McCain Y hace un parangón: Así como para una parte de la población el bueno era Obama y para otra McCain, podría considerarse a Frost como el liberal y a Nixon como el conservador, y al final, entrevista y película representan sólo una parte de la historia Para él lo importante es reflejar lo subjetivo de ésta, y que refleja siempre parte de la visión de las personas que escriben sobre ella ?¿Entonces no está preocupado por llegar a la verdad? ?¿Pero cuál es la verdad? ?revira el guionista E insiste en que cada quién tiene su propio punto de vista Incluso ?añade?, la película no es siquiera totalmente la verdad de lo ocurrido durante la entrevista, porque sería muy difícil llevar las escenas tal cual al cine, y se intentó por tanto hacerlas "más amables" visualmente Luego afirma que escribió la película no con la intención de criminalizar a Nixon o de hacer una apología de él o de Frost, sino para mostrar el choque de dos personalidades que al final tenían también coincidencias, pues el hecho de que el conductor pagara 600 mil dólares para entrevistar a Nixon y el político los aceptara, muestra que ninguno de los dos fue ético Pregunta entonces qué era la entrevista: ¿Política o entretenimiento? ¿Nixon era actor o un presidente? Sin perdón Actor de cine, teatro y televisión, Langella fue elegido para interpretar a Nixon de entre varios actores, entre ellos Jack Nicholson, Warren Beatty y Kevin Spacey Fue el propio Langella quien llamó a Howard para pedir el papel y el director lo aceptó en cuestión de minutos Langella tenía ya dos años interpretando a Nixon en teatro, invitado por Peter Morgan, quien lo había visto actuar en la película Good Night and Good Luck, dirigida por George Clooney En entrevista con Proceso, el actor explica que aceptó hacer el personaje porque le atrajo muchísimo el hecho de que habiendo subido a un estatus muy alto se hubiese dejado caer En su preparación para interpretarlo cuidó mucho no caer en una imitación, sino recrear la esencia del personaje Proyecta a un Nixon muy venido a menos, enfermo y viejo Dice que generalmente se muestra a Nixon como una persona muy fuerte, aunque también como un ladrón o criminal, pero aclara que su intención era que se le viera sobre todo como a un ser humano, con corazón, cuya personalidad ?con sus rasgos autodestructivos? fue resultado, quiérase o no, de su formación familiar Y a la pregunta de si cree que el filme aporta algo al conocimiento de esta parte de la historia de Estados Unidos, el actor ?quien admite haberse encariñado con su personaje luego de dos años de interpretarlo? responde que no es una película política, sino acerca de un hombre, una película humana acerca de dos personajes que quieren sobresalir cada uno a costa del otro, y tal vez no aporta mucho a la cultura política de Estados Unidos A Kevin Bacon, por su parte, le toca interpretar a Jack Brennan, un marine que asiste a Nixon Y explica que ha interpretado en otras películas a marines y sabe que sus cualidades son lealtad, honor y admiración, antes que juzgar a una persona Así, su personaje no sólo admiraba mucho a Nixon, sino que tenía un fuerte sentido de la obligación y la responsabilidad que implica cuidar a un jefe de Estado La pregunta para él es si cree que su personaje perdona a Nixon Bacon considera que el presidente hizo dos cosas terribles: La guerra en Vietnam y Camboya, y el caso Watergate, éste considerado como su mayor error histórico pues sostuvo una gran mentira ante el pueblo estadunidense Pero le parece que hoy el Watergate puede parecer hasta inocente frente a todo lo que ha cometido el gobierno de Bush en los últimos años Entre el reparto de la película existe la impresión de que, como quiera que sea, Nixon sentó un precedente en cuanto al abuso de poder La película hace un señalamiento: El que un presidente lo haga, no significa que no sea ilegal En su momento, la entrevista televisiva de Frost fue considerada como una "especie de juicio que Nixon debía a la historia y que no tuvo porque Gerarl Ford le perdonó" (Proceso 27) Y aunque la película no quiera ser del todo un juicio, muestra también a un Nixon acorralado y cada vez más tenso En la entrevista real llegó a decir: "Si lo que quiere la gente es que me arrodille y me arrastre por el suelo, no lo haré nunca Porque no creo que deba" Pero la reseña de aquel momento deja claro: "Al final de la entrevista su aspecto de derrota era tal que seguramente para muchos significó algo mucho peor que arrodillarse y arrastrarse por el suelo" (Traducciones: Marisse Del Olmo Crenier y Pablo Berrón)

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