Pese a la nula o limitada eficacia de operativos conjuntos anteriores, el gobierno de Felipe Calderón anuncia tres más, esta vez en Guerrero, Veracruz y la Comarca Lagunera. Los analistas consultados por Proceso los consideran reactivos y de corto plazo, mientras que para los gobernadores de las entidades involucradas son prácticamente el único recurso a su alcance para contener, así sea momentáneamente, a los cárteles del narcotráfico.
Los tres nuevos operativos implementados por el gobierno de Felipe Calderón en las últimas dos semanas para combatir a los grupos de la delincuencia organizada –Veracruz Seguro, Guerrero Seguro y Laguna Segura– pusieron en la mesa de debates la efectividad de los siete anteriores.
Para analistas y gobernadores, el resultado es que elevaron el nivel de violencia o, en el mejor de los casos, se recuperó la “tranquilidad” que se tenía antes del despliegue de las fuerzas federales.
En Guerrero se trata del tercer operativo conjunto de estos años: el primero se echó a andar en junio de 2005 como parte de la estrategia México Seguro, del expresidente Vicente Fox; en 2008 hubo un segundo, ordenado ya por Calderón. Pese a ellos, la delincuencia creció a tal grado que ahora el gobernador Ángel Aguirre Rivero, en entrevista con Proceso, acepta que no tiene otra opción que dejar el mando al gobierno federal mediante Guerrero Seguro.
En cuanto al gobernador veracruzano, Javier Duarte, quien se negó a dar entrevista a este semanario, ha recibido críticas del presidente Calderón por atribuir los muertos de su entidad a los cárteles, y de plano carece de estadísticas sobre la delincuencia en su entidad. (Extracto del reportaje que se publica esta semana en la edición 1825 de la revista Proceso, ya en circulación)