Grupos paramilitares de matazetas , como el que irrumpió hace dos semanas en Veracruz, operan desde el año pasado en Monterrey y están conformados por cárteles rivales, aunque también destaca el caso de los Rudos de San Pedro Garza García, quienes se propusieron preservar la pureza del municipio más rico del país. Pero las acciones de estos “justicieros” no han hecho más que impulsar la espiral de violencia en la capital de Nuevo León.
MONTERREY, N.L. (Proceso).- La formación de comandos que se ostentan como matazetas no constituye un fenómeno reciente. Al menos en el caso de Monterrey y su zona metropolitana, actúan de hecho desde marzo de 2010. Se trata de grupos que presuntamente pertenecen a los cárteles del Golfo y de Sinaloa, así como a La Familia Michoacana.
Distintas versiones sostienen además que en San Pedro Garza García, Nuevo León, el municipio de mayor ingreso per cápita de México, grupos paramilitares privados se dedican a eliminar a los delincuentes de cualquier cártel.
El pasado 20 de julio, alrededor de las siete de la noche, dos menores de edad se bajaron de un vehículo en la Rotonda de los Duendes, en dicha localidad. Portaban armas largas. Ahí se hallaba estacionada una patrulla conducida por el agente de tránsito José Antonio Coronado Ábrego, quien fue acribillado por los jóvenes. Después de asesinar al oficial metieron un papel en una bolsa de su pantalón con un texto dirigido al alcalde y a los jefes policiacos municipales:
“Saludos a los nuevos jefes aquí estamos. Juanito y Chuyito ponganse al tiro porque nos van a conocer. Mauri vamos a jalar parejos que no? Atte. Comandante Azero.”
A las 13:15 del día siguiente Romel Alán Treviño Villarreal, El Comandante Azero, conducía por la calzada San Pedro, a pocos metros de donde fue acribillado el agente de tránsito. Un auto le cerró el paso y desde otra camioneta accionaron fusiles de asalto contra el conductor y su acompañante, Jonathán Velasco Mendoza, quien quedó herido y fue trasladado a un hospital.
“El chiste le duró al señor 12 horas, porque ni siquiera tuvo oportunidad, al final de cuentas, ni de asentarse. Alguien lo mató y pasó a mejor vida”, dijo Mauricio Fernández, alcalde de San Pedro al confirmar que Romel Alán era El Comandante Azero.
Fernández aseguró que “según sus fuentes”, Treviño Villarreal había llegado a San Pedro procedente de Durango e intentaba quedarse con la plaza. “Después de su muerte volvió todo a la tranquilidad”, enfatizó el alcalde, famoso desde antes de tomar posesión al anunciar que formaría un “grupo rudo” para sacar a los narcotraficantes y secuestradores de su municipio.
En San Pedro Garza García, parte de la zona metropolitana de Monterrey, habitan los ejecutivos de algunas de las mayores empresas del país: Cemex, Alfa, Vitro, Femsa, Gruma-Banorte, Villacero-Afirme, entre otras.
Estos ejecutivos colaboran con el alcalde Mauricio Fernández –miembro de la familia que controla la mayoría de las acciones del Grupo Alfa– para invertir 2 mil millones de pesos a fin de blindar y aislar a San Pedro de la violencia que aqueja a la vecina Monterrey. Parte de esa inversión se destinará a colocar más de 2 mil cámaras de alta tecnología para cubrir todos los puntos del municipio.
El cable del cónsul
El Grupo de los Diez, los empresarios más importantes de Monterrey, está preocupado por el aumento de los secuestros y para prevenirlos ahora trabaja con consultores estadunidenses e incluso capacita a fuerzas estatales en sus academias privadas para evitar que la inseguridad se extienda a San Pedro, según algunos de los cables del Departamento Estado difundidos por WikiLeaks.
Un cable confidencial, elaborado el 28 de enero de 2010 por Bruce Williamson, cónsul de Estados Unidos en Monterrey, describe esas acciones:
“El director ejecutivo de la Caintra, una de las más importantes asociaciones de la industria de Monterrey, dijo a funcionarios del consulado que la comunidad empresarial está dispuesta a ofrecer toda la ayuda que se necesita. Mientras tanto, Mauricio Ramos, un experto de una respetada empresa de seguridad que trabaja con la industria privada, financia una organización antisecuestros, Planificación Consultores (con sede en Monterrey), y ha ofrecido todo su apoyo.
“Ramos encabeza el esfuerzo del Grupo de los Diez (las empresas élite de la ciudad) dirigido a fortalecer las capacidades de la unidad antisecuestros del estado, presionando por cambios en el Código Penal que rige en la entidad”, especificó Williamson, experto en cuestiones de seguridad.
Mauricio Ramos se ha desempeñado también como asesor de Femsa y ha colaborado en la “academia” que tiene esa empresa para capacitar a escoltas privados y donde incluso se han entrenado jefes policiacos del estado.
“La prevención del secuestro es la razón principal para que los jefes de algunas de las compañías más influyentes de Monterrey fundaran la empresa Consultores de Planificación de Ramos. El sector empresarial continúa ofreciendo su apoyo cuando sea necesario. Por ejemplo, ante la ausencia de una moderna Academia de Policía en el estado, la empresa Femsa –una de las empresas más exitosas de la ciudad– está ofreciendo facilidades para formar en técnicas de seguridad a personal estatal”, agrega el cónsul.
Cabe mencionar que los escoltas capacitados en la academia de Femsa no han salido bien librados cuando se han enfrentado con sicarios: El 20 de agosto de 2010, hacia las 14:30, escoltas de Femsa que patrullaban las inmediaciones del Colegio Americano, en el municipio metropolitano de Santa Catarina, se toparon con un convoy de delincuentes armados.
Éstos confundieron a los escoltas con miembros de un grupo rival, por lo que se desató un tiroteo que duró varios minutos y causó pánico entre los alumnos del Colegio Americano, donde estudian hijos de los directivos de empresas y de diplomáticos del consulado de Estados Unidos en Monterrey.
Al término del intercambio de tiros, dos escoltas estaban muertos y sus cuerpos fueron recogidos por los delincuentes; cuatro más fueron levantados.
Horas después, la empresa emitió un comunicado en el que informó que “la Agencia Estatal de Investigaciones fue notificada por parte de Femsa sobre la muerte de los dos escoltas y la liberación de los cuatro que fueron plagiados”, quienes fueron abandonados en un auto afuera de la empresa.
El incidente, que primero se reportó como el intento de secuestro del hijo de un “prominente empresario”, hizo que el Departamento de Estado estadunidense ordenara sacar de Monterrey a todos los hijos de su personal diplomático.
El decreto del Departamento de Estado terminó por agudizar la crisis de inseguridad que priva en la capital de Nuevo León, que comenzó en marzo de 2010 cuando en la ciudad aparecieron numerosas mantas anunciando una alianza entre el cártel del Golfo, el de Sinaloa y La Familia Michoacana contra Los Zetas.
La “narcoguerra” que encabezó el cártel del Golfo contra su antiguo brazo armado provocó que el número de asesinatos violentos creciera exponencialmente en la zona metropolitana de Monterrey, de 4.6 millones de habitantes.
Según la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León en 2009, los crímenes relacionados con la delincuencia organizada apenas eran 267; el siguiente año se dispararon a 828 y en lo que va de 2011 ya son más de mil 400.
El cártel del Golfo envió a varios comandos para limpiar de zetas Nuevo León. Uno lo encabezaba Yahir Pérez López, quien se concentró en eliminar a los policías que colaboraban con el grupo rival. La caída del Yahir comenzó el pasado 4 de febrero cuando agentes de la Policía Federal (PF) le marcaron el alto a una camioneta:
“Una vez detenida la marcha del vehículo, los elementos de la Policía Federal realizaron una revisión minuciosa de la unidad, en la que encontraron un compartimento oculto entre la barra del chasis y el piso, donde estaban escondidas una gran cantidad de cartuchos y armas”, precisó un comunicado de la PF.
El conductor se identificó como Roberto Pérez Mayorga, El Mayorga, de 38 años, “quien refirió que pertenece a la organización delictiva cártel del Golfo, y que el cargamento lo llevaba a una casa de seguridad ubicada en el municipio de Guadalupe, que forma parte de la zona metropolitana de Monterrey”.
Horas después, la PF realizó un operativo en la colonia Bosques del Country, en Guadalupe, donde capturaron a Yahir Pérez y 14 cómplices, entre ellas un menor de edad, a quienes les decomisaron 11 armas largas.
Yahir “ha confesado, junto con alguno de sus integrantes de la banda, más de 21 homicidios, de los cuales se derivan muchos de los actos de violencia que el estado ha venido recibiendo desde el pasado mes de octubre”, informó en su momento Jorge Domene, portavoz del Consejo de Seguridad estatal. Entre otros asesinatos que cometió están los de 10 policías, agentes de tránsito y celadores.
También confesó haber ordenado el lanzamiento de dos granadas al cuartel de la Zona Norte de la Secretaría de Seguridad Pública del estado y una serie de ataques con granadas contra el penal de Topo Chico así como atentados con explosivos contra cuarteles de la policía estatal y corporaciones municipales.
“Grupo Rudo”
En el caso de los paramilitares, el Grupo Rudo creado por el alcalde de San Pedro –y aparentemente ya desmantelado– es el mejor ejemplo de los esfuerzos privados por evitar que la delincuencia organizada opere en ese municipio.
Curiosamente los “rudos” estuvieron encabezados por Alberto Mendoza Contreras, El Chico Malo, quien después fue miembro el cártel de los Beltrán Leyva y fue capturado por la Marina el 18 de marzo de 2010.
“Resultado de las operaciones de inteligencia naval fue asegurado Mendoza Contreras así como Hugo López Reyes, junto con dos vehículos, 322 mil pesos en efectivo, 14 teléfonos celulares, dos c