Bruno Dumont y la cinta Fuera de Satán

jueves, 22 de diciembre de 2011 · 19:38
Durante su estancia en México, dos cineastas que han marcado a las nuevas generaciones, el húngaro Béla Tarr y el francés Bruno Dumont conversaron con Proceso sobre su más recientes filmes, actualmente en cartelera, producidos ambos por :ND Mantarraya: El caballo de Turín y Fuera de Satán, respectivamente. Aquí presentamos la entrevista con Dumont, quien planea llevar a la pantalla la vida de la escultora Camille Claudel. MÉXICO, D.F. (Proceso).- El francés Bruno Dumont, también considerado por la crítica como uno de los directores contemporáneos más importantes e influyentes del cine mundial, señala que su sexto filme Fuera de Satán muestra “una salida espiritual, la cual siempre ha estado al lado nuestro, pero no la vemos: es el arte en general”. En una breve visita a México para presentar su largometraje, el cual se estrenó internacionalmente en el pasado Festival Internacional de Cine de Cannes, el realizador indica en una charla con Proceso que “el arte es el que alimenta y sostiene al ser humano, y el día que los políticos se den cuenta de esto, todo cambiará para bien”. –Como muchos lo han manifestado, ¿la cultura salvará al mundo? –La cultura es la que emancipa. Cuando las personas salen de ver Fuera de Satán no se sienten infelices. Además, esta historia no enajena al espectador, no lo explota. Eso es la cultura. Fuera de Satán, distribuida también por :ND Mantarraya, se encuentra en la cartelera cinematográfica del Distrito Federal y Área Metropolitana. Luego recorrerá el resto del país. Aquí, Dumont muestra la fe de un vagabundo del norte de Francia vinculado místicamente a la naturaleza, en una sociedad moderna donde ya nadie cree en nada. El personaje es un místico sin iglesia, quien pretende erradicar el mal que ronda en las praderas. Dumont dirigió su primera película a los 38 años: La vida de Jesús (1996), la cual fue seleccionada para la Quincena de realizadores de Cannes, donde ganó una mención especial de la Cámara de Oro. Exigente, singular y con un cine crudo, regresó a Cannes en 1999, esta vez a la competencia oficial con L’humanité. Luego rodó Twenty-nine Palms, Flandres y Hadewijch. Y prepara ya su séptima película sobre la escultora francesa Camille Claudel, que será protagonizada por Juliette Binoche. “Fuera de Satán” –En la actualidad nadie cree en nada ni en nadie y usted muestra a un héroe que trata de acabar con el mal, ¿qué significa? –Significa muchas cosas, depende de cada espectador, no soy yo quien deba decirle lo que debe pensar, hay muchos satanes actualmente. –¿Cree que pueda erradicarse el mal? –No. Es necesario el mal, es el equilibrio del mundo. Es como si quisiéramos suprimir la noche. El bien existe solamente a través del mal. Si no hubiera mal, ya no habría el bien, y viceversa. –¿Hacia dónde debe ir el cine en general? –El cine tiene una potencia evocativa muy fuerte, el problema es que se le limita sólo a la función de entretenimiento, entonces ya no es arte. Es una lástima que un joven cineasta francés o un mexicano, de unos 20 años de edad, no conozca bien al sueco Ingmar Bergman. –Sólo conocen a los directores de Hollywood, ¿qué pasó allí? –Es una decisión política. Hay gente que decide que así debe ser, existen responsables de esto, entonces no hay nada que esperar de ellos, sólo hay una revolución política la que puede generar una revolución estética. –¿Qué le diría a los políticos para que impulsen el arte y la cultura? –Que consideren primero los frutos. La cultura es como la tierra, si uno cultiva la tierra, cosecha los frutos. Entonces, hay que considerar a la cultura como uno de los campos importantes de la política, junto con la educación. Hay que poner la economía al lado, no debe ser el centro de todo. “Nos dirigen puros cretinos que están al servicio de grupos económicos. La crisis europea es prueba de eso, son incapaces de hacer algo, porque son representantes de esos modelos económicos.” –Entonces, ¿no es ignorancia de los políticos sino un propósito de que el pueblo no reflexione? –Creo que no son tan malos, pero no se dan cuenta de esto. Nicolás Sarkozy no tiene sensibilidad, así es, no podemos hacer nada. No es malo, pero no está a la altura de la situación. Camille Claudel Pero Dumont cambiará de giro. Prepara su séptimo largometraje en torno a la escultora francesa Camille Claudel, hermana del dramaturgo, poeta y diplomático Paul Claudel. Argumenta que el cambio es una revolución permanente, “si no cambio me convierto en alguien tonto y termino por ser lo que condeno”. –¿Por qué hará una cinta sobre esta artista? –Es alguien que subió muy alto a principios del siglo XX y cayó muy bajo. Es un ideal de realización y una tragedia. Sólo filmaré su internamiento en un asilo durante treinta años. –¿Dónde queda la obra de la artista? –No estará su arte en la película. Su escultura no tiene nada que ver en el cine. Ver a un artista trabajando en el cine sería insoportable. Además, sus obras son magníficas y soy incapaz de filmar una escultura de ella, y no me atrevería a hacerlo. –Y ¿qué opina de Camille Claudel? –Es una verdadera figura muy femenina por su historia con Auguste Rodin, pero supo liberarse de él y darle a su arte una de las más bellas expresiones que es la feminidad, es algo que me conmueve mucho.

Comentarios