El debate interno en Cuba se abrió de un modo inusual: en el espacio virtual. Oficialistas e independientes, “ciberrevolucionarios” y “ciberdisidentes”, todos han encontrado en los blogs la arena ideal para discutir temas políticos, de género, edad o raza. Blogueros cubanos o extranjeros, dentro o fuera de la isla, pese a las dificultades técnicas y a las restricciones que se le imponen a la banda ancha, han empezado a tejer ese diálogo que tanta falta le hace a la ya cincuentenaria Revolución.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El último trimestre de 2011 la blogosfera cubana atestiguó un debate sin precedente motivado en buena parte por el director del Departamento de Estudios Afro y Latinoamericanos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, Ted Henken: En una entrevista con la revista digital Encuentro y en un artículo en la revista Nueva Sociedad, afirmó que “dada la baja conectividad y el limitado acceso a internet en Cuba, nadie puede ser completamente independiente. Todas las formas de acceder a internet requieren de una negociación con algún poder o institución”.
Asegura que para definir la blogosfera cubana primero hay que indagar quién y en qué condiciones puede dar o quitar el acceso a internet. ¿Cómo se accede a la red? ¿A través del trabajo, de una institución estatal, de un amigo, del mercado negro, de una sede diplomática? Y si se paga por el acceso, ¿de dónde sale el dinero? ¿El precio es sólo económico o también ideológico? ¿Operan la censura, un filtro político o la autocensura a la hora de escribir?
Henken, doctor en estudios latinoamericanos por la Universidad de Tulane y analista de la realidad cubana durante más de 15 años, viajó a Cuba en abril de 2011 para entrar en contacto con el creciente y activo círculo de jóvenes blogueros de todas las tendencias ideológicas que quiere sobreponerse a las dificultades políticas y materiales.
En el artículo de Nueva Sociedad (número 235, septiembre/octubre de 2011) “Una cartografía de la blogosfera cubana. Entre ‘oficialistas’ y ‘mercenarios’”, subraya el clima de polarización en que con toda clase de adjetivos un “bando” descalifica al otro. Pero destaca que en los últimos años el crecimiento de los blogs en Cuba ha sido capaz de construir algunos puentes y espacios que pretenden salir de los “monólogos” oficialistas u opositores.
En La Habana, dice, nadie se negó a hablar abiertamente con él, pese a que incluyó entre sus entrevistados a la mayor variedad posible de voces, edades, razas, géneros y posiciones políticas. Los blogueros empero no suelen hacerlo mucho entre ellos por desconfianza o miedo a ser tildados de “oficialistas”, “progubernamentales” y “ciberrevolucionarios” unos, o de “mercenarios”, “contrarrevolucionarios” y “ciberdisidentes” otros.
Henken, quien entró a Cuba con visa de turista y no pidió autorización para hacer las entrevistas, tuvo que pagar el precio de esta osadía. En abril de 2011, en el último de sus viajes a Cuba –unos 15–, agentes de seguridad lo interceptaron en el aeropuerto, lo interrogaron, revisaron su material y le advirtieron: “Ésta es tu última visita”.
El profesor neoyorquino dice que los incipientes “internautas” cubanos están doblemente bloqueados: “Tanto por el torpe y anacrónico embargo estadunidense como por el control interno del Estado sobre internet”. De ambos lados hay una cultura política de desconfianza, ataques personales, descalificación del que piensa distinto y falta de información fiable.
“Lenta, restringida y cara”
La polarización ha incidido en la tecnología. El investigador de sistemas de información estadunidense Larry Press describe la internet actual en Cuba como “lenta, restringida y cara”. Lamenta, además, que después de ser líder regional en informática a principios de los noventa, el país haya pasado a ser uno de los más aislados de América Latina, lo que atribuye al embargo estadunidense, a la crisis crónica de la economía cubana y al “dilema del dictador”.
Por éste último Press entiende el dilema de cómo obtener los beneficios de internet sin amenazar la estabilidad política. En Cuba, afirma, se llegó a una solución de compromiso: Usar la red pero mantener su control a través del tráfico por una sola organización. Así, las páginas web pueden ser controladas y los mensajes monitoreados; los precios son altos y en dólares y en el trabajo las cuentas se limitan a actividades autorizadas.
El tema desató en diciembre pasado una polémica entre dos blogs estadunidenses. Con el título “En Cuba la conexión dial-up es un lujo”, Nick Miroff planteó que la isla es uno de los países menos conectados del mundo y millones de cubanos nunca han usado internet. Este rezago debía ser subsanado con el tendido de un cable submarino de fibra óptica desde Venezuela, pero a pesar de que está instalado desde hace seis meses, nada ha cambiado para el cubano común.
Esto ha creado situaciones extravagantes, como locutores de la televisión cubana exaltando las virtudes de una red a la que muy pocos pueden conectarse; jóvenes con laptops, iphones y blackberrys nuevas traídas del extranjero por parientes y que tratan de enlazarse a la señal abierta wi-fi de hoteles o sedes diplomáticas; y largas e interminables colas en los cafés internet para casi no conectarse a ningún sitio.
En respuesta, Sue Ashdown, investigadora de Washington, y Nelson P. Valdés, profesor emérito de la Universidad de Nuevo México y director del proyecto Cuba-L Direct, refutaron que el aislamiento cubano se derive sólo de la voluntad política. Recordaron el embargo económico, pero destacaron el alto costo financiero de la tecnología actual y sobre todo su continuo avance, que hace imposible a todos los usuarios mantener el mismo ritmo.
Ello ha creado la llamada “brecha digital”; los académicos dicen que ingenuamente se cree que ésta sólo existe entre países desarrollados y subdesarrollados, pero también se da dentro de cada uno. Incluso en Estados Unidos se dan diferencias de acceso a la banda ancha por sectores económicos, sociales y raciales, y muchas comunidades rurales cuentan con subsidios del gobierno, porque a las empresas no les costea el tendido de fibra óptica. En América Latina hace dos años sólo 6.8% de la población se conectaba con este sistema.
Henken recuerda que durante años Estados Unidos obstaculizó el cambio en Cuba de la conexión satelital por un cable marítimo de fibra óptica. Esto significó un castigo para el gobierno, pero también un mayor aislamiento para el pueblo. Se pregunta, sin embargo, si al tener la opción de conectarse a la red 2.0 el gobierno de la isla abirirá el acceso a internet para todos.
Hasta ahora ser usuario de internet en Cuba casi nunca significa disponer de acceso abierto a la red desde el hogar o desde un celular, sino contar con alguna conexión disponible por la que hay que pagar y que, sea oficial o no, estará restringida y será muy lenta. Pero la telefonía celular ha tenido un crecimiento extraordinario y no sólo se usa para hacer llamadas sino también para mandar y recibir mensajes de texto y enlazarse a la cuenta de una red social. El número de usuarios llegó a poco más de 620 mil en 2009 y superó el millón en 2010.
Internet para las élites
Así, si bien Cuba se estancó en la era 1.0 y no hay uso masivo de las redes sociales o la tecnología móvil, “eso no significa que no se utilicen aplicaciones como FaceBook, Twitter, Wordpress y Blogger. Sólo que su uso es todavía incipiente y reservado a una élite (los más privilegiados o listos)”.
Dada esta pobre penetración y conectividad y la consecuente dificultad para montar y actualizar un blog en Cuba, Henken aclara que cuando se habla de la blogosfera cubana hay que hacer una distinción: los blogs sobre Cuba en el extranjero ( hechos por cubanos o no) y los blogs hechos dentro Cuba (aunque se alojen en servidores foráneos).
Los más antiguos y numerosos se ubican fuera de la isla, con una amplia variedad de temas y posicionamientos políticos. Como puede esperarse, “un gran número de estos blogs está escrito por cubanos exiliados y critica con mayor o menor tenacidad e inteligencia al régimen”.
Entre ellos destaca Penúltimos días, creado en 2006 en Barcelona por el cubano Ernesto Hernández Busto. Muy conocido y crítico, este blog ha sido atacado por los medios oficiales y los blogueros progubernamentales. Hernández es catalogado como “enemigo” y acusado de ser financiado por la CIA. No obstante “para muchos cubanos, dentro y fuera, se ha convertido en una fuente de información y argumentación crítica, se esté o no de acuerdo con su posición política”.
Aunque es imposible saber el número preciso de blogs cubanos internos y externos de todas las tendencias, el sitio Blogs sobre Cuba contiene una lista de enlaces a mil 170 de ellos. Cubaencuentro.com se enlaza con 93 blogs y el Cuba Study Group reúne 29 escritos desde la isla y cinco desde fuera. Henken tiene su propio blog, El yuma. Explica que “en lugar del término peyorativo ‘gringos’ y el acusatorio ‘yanquis’, los cubanos prefieren referirse a los estadunidenses como ‘yumas’”.
Su blog –que pide argumentos y no ataques– tiene enlaces con otros 159 divididos en categorías como “blogs cubanos en inglés”, “blogs desde Cuba”, “blogs desde fuera”, “foto blogs”, “blogs de noticias”, etcétera. En ellos da seguimiento al proyecto de investigación “En busca de la generación Y: periodismo ciudadano, la blogosfera cubana y el futuro de la sociedad civil en Cuba”.
Henken empezó a seguir la blogosfera cubana hace unos años, atraído por el innovador blog de Yoani Sánchez, Generación Y, a quien entrevistó en La Habana. En su viaje del año pasado buscó un espectro más amplio y consiguió una veintena de entrevistas, “bastante francas y reveladoras”, con jóvenes blogueros de todas las tendencias ideológicas.
Así llegó a las cuatro “tribus” de blogueros más prominentes: Voces cubanas, Havana Times, Bloggers Cuba y La joven Cuba. Y aunque cada una tiene su propio origen, grado de independencia, visión crítica, modo de conectarse a la red y posicionamiento político, “todas llaman la atención por su esfuerzo de establecer una plataforma de información, diálogo y debate independiente de –pero no necesariamente opuesta a– los medios oficiales”.
Voces cubanas comenzó en 2004 como la revista digital Consenso desde Cuba. Se alojaba en el portal Desdecuba.com y su consejo editorial lo integraban, entre otros, Reinaldo Escobar y Yoani Sánchez. Desde un principio se definió como un sitio para el desarrollo del “periodismo ciudadano” y dio visibilidad a opiniones que no aparecían en los medios oficiales.
Se impuso un tono moderado “que se distinguiera de la intransigencia tanto de la derecha como de la izquierda” y, a través del lema “ponernos de acuerdo desde la diferencia”, llamó a los cubanos de todas las tendencias y lugares a renunciar a la violencia verbal y comenzar a debatir civilizadamente.
En 2007 Consenso se convirtió en el blog Contodos y en su “portafolios” apareció Generación Y, de Yoani Sánchez. Desde entonces ella, su esposo Reinaldo Escobar y un creciente grupo de blogueros independientes han aprovechado las redes sociales para despertar el periodismo ciudadano y el debate crítico en Cuba. El gobierno cubano los ha calificado de “mercenarios al servicio del imperio”.
Havana Times fue creado por el estadunidense Circles Robinson, quien primero vivió en Nicaragua y luego trabajó en Cuba como traductor en el equipo de los estatales Servicios de Traducción e Interpretación. Frustrado por la baja calidad periodística de los textos online que debía traducir, en 2005 creó su propio blog Circles on line. En 2008 lanzó en Matagalpa el sitio Havana Times con la ayuda de un webmaster cubano residente en España.
Pero aparte de los retos técnicos, Robinson requería redactores “en un país donde un medio digital independiente es un tabú”, y asegurarse un financiamiento autónomo, algo visto con sospecha en Cuba. Lo último lo resolvió con sus ahorros y tuvo la ventaja de editarlo sólo en inglés, lo que creaba menos alarma. Jura que nadie lo censuró. Sin embargo sólo pudo mantener el equilibrio entre su blog y su puesto nueve meses, cuando ya no le renovaron el contrato. Y como su estancia en Cuba era por trabajo, también tuvo que abandonar el país.
Circles edita ahora Havana Times desde Nicaragua con una veintena de jóvenes cubanos que apoyan el socialismo pero son críticos del gobierno y quieren alejarse del “monólogo oficial”. El sitio recibe aproximadamente 2 mil visitas diarias; la mitad de Estados Unidos y Canadá y sólo 10% de Cuba. Tiene colaboradores cubanos en el extranjero y la traducción gratuita de estadunidenses. No ha sido bloqueado, pero algunos de sus colaboradores han sufrido represalias.
El portal Bloggers Cuba nació en 2008 por idea de Roger Trabas, un fanático de la computación, y el francés David Chapet residente en Cuba, quien costeó el servidor en España. El primer proyecto sólo duró año y medio, por la retirada de Chapet y la falta de dinero para pagar el alojamiento virtual. Pero en julio de 2011 volvió dispuesto a “ampliar los espacios a través de los ciudadanos de a pie”.
A Henken lo que le parece más interesante de este sitio es que rechaza no sólo la prensa nacional, sino también la extranjera que no refleja la realidad cubana. Aunque Bloggers Cuba tiene mucho en común con Havana Times, la mayoría de sus integrantes tiene trabajo en el aparato estatal, un alto conocimiento técnico y acceso institucional a internet, lo que con frecuencia modera su crítica.
Son críticos en temas de edad, género, raza, ambiente, diversidad sexual, y quieren moverse y asociarse con mayor libertad dentro y fuera de Cuba, pero en lo esencial siempre se quedan “dentro de la Revolución”. Dos de sus integrantes, Sandra Álvarez de Negra cubana tenía que ser y Elaine Díaz de La polémica digital, han sido celebradas por los medios oficiales como “ciberrevolucionarias”.
Henken habló también con los estudiantes y profesores de la Universidad de Matanzas que crearon La joven Cuba, un blog que defiende la Revolución, el socialismo y la soberanía nacional; que ataca a los blogueros “disidentes” y privilegia los enlaces con el periodismo oficial. Son cercanos a la postura del gobierno, dice, pero no por ello los tildaría de “oficialistas” ya que mantienen cierta independencia, se esfuerzan por hacer oír su voz y están abiertos al debate con quienes no piensan igual.
Para él, ser “oficialista” implica que “el blog forme parte de un coordinado y disciplinado escuadrón mediático patrocinado desde el poder, lanzado con el propósito explícito de defender la Revolución y atacar y difamar a los que la critican”. Los hay. Todos los demás, progubernamentales o no, se ven como “independientes”.
En esto residió principalmente el debate entre los blogueros de Cuba luego de las dudas sobre su real independencia expresadas por Henken. No sólo las cuatro grandes “tribus” entraron en él, sino también blogs oficiales y extranjeros, como Global voices, que analizó cómo medios foráneos, incluyendo la estadunidense Radio Martí, han utilizado las redes sociales para entrevistar “en vivo” a blogueros cubanos.
Pero quizás lo que mejor defina la blogosfera cubana sean dos frases similares emitidas por bandos contrarios. La de Elaine Díaz, de Polémica digital, que sostiene que “no ser opositores no nos hace oficialistas”. Y la de Reinaldo Escobar, de Voces cubanas, quien afirma que “ser independientes no nos hace opositores”.