Cómo y por qué se otorgaron los apoyos para danza

jueves, 15 de noviembre de 2012 · 11:17
En un formato extraño que incluyó un consejo y un comité, uno de Evaluación y otro Interinstitucional, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) entregó una partida millonaria de apoyo para proyectos dancísticos que causó malestar, tanto por el formato mismo como por los montos asignados, sin descontar favoritismos. Teresa Vicencio, directora del INBA, aceptó la entrevista abierta para responder el cuestionario de Proceso, duda por duda, y explicó a detalle el proceso que aceptó como controversial. Por su parte, el secretario técnico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Roberto Vázquez, señaló que todo se manejó dentro de la ley. MÉXICO, D.F. (Proceso).- la entrega de 50 millones de pesos para los Beneficios de Inversión a los proyectos de Producción de Danza Nacional provocó protestas de algunos de los integrantes del Consejo de Evaluación, seleccionados por Carmen Bojórquez, coordinadora Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Con un acuerdo de confidencialidad firmado de por medio, sus miembros no tenían cabal conocimiento de que el término “no vinculante” –que se asentó en los documentos y actas que firmaron– significara que sus decisiones sólo tenían un carácter de asesoría y no obligaba a un Comité Interinstitucional superior a seguir al pie de la letra sus dictámenes. Éste se conformó por Teresa Vicencio, directora del INBA, y Roberto Vázquez, secretario técnico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), auxiliados por Bojórquez, también secretaria técnica. De 114 proyectos presentados, se aprobaron 45 por el Consejo de Evaluación, y se agregaron cinco más propuestos por el Comité Interinstitucional. Los montos asignados para estos últimos cinco fueron modificados en su cantidad original y los obtuvieron Cecilia Lugo, directora de Contempodanza; Lourdes Luna, de Créssida Danza Contemporánea, y Cecilia Appleton, de Contradanza, entre otros. Los resultados fueron publicados sin dar a conocer quiénes conformaban los consejos de evaluación e interinstitucional y dejaron fríos a tirios y troyanos. En entrevistas con Proceso, Teresa Vicencio y Roberto Vázquez explican el por qué del intrincado proceso en el que dos de los hijos de la coordinadora, Carmen Bojórquez, resultaron beneficiados: Gervacio y Max Cetto Bojórquez, el primero en apoyos para danza y el segundo en pintura.   u u u –¿Cuáles fueron los criterios aplicados para seleccionar a los miembros del Comité de Evaluación? –Quisiera hacer un poco de historia del estímulo a la producción dancística. Después de que la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados determina que va a haber 50 millones de pesos para la danza, durante varios meses trabajan las áreas sustantivas del Conaculta y de Bellas Artes; en el caso que nos ocupa, la Coordinación Nacional de Danza con los jurídicos de ambas instituciones para sacar las reglas de operación. Fue un trabajo muy interesante para que este esfuerzo no duplicara o sustituyera los que ya aparecen en convocatorias del Fonca (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes). E inciden en llenar huecos para la circulación de la creación mexicana para jóvenes creadores, ejecutantes y creadores. “El gremio dancístico había señalado a la Comisión de Cultura que no ponía el énfasis en la creación misma sino más bien en qué hacer para que el producto artístico pudiera circular y tener otro impacto. “Se hicieron los lineamientos del Beneficio a los Proyectos de Inversión en la Producción de Danza Nacional, porque cada palabra tiene su peso específico. Se hicieron equipos de trabajo, pasaron por los jurídicos y, como se trata de una aportación que sale del mismo presupuesto al sector cultura, Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, designó a Roberto Vázquez, secretario técnico, y a mí como responsables. Nosotros decidimos que para poder contar con un aval de especialistas íbamos a invitar a un Consejo Evaluador que tuviera las atribuciones como un órgano que se iba a pronunciar de forma auxiliar. “Nosotros jurídicamente delegamos en la coordinadora nacional de Danza algunas de las decisiones, dado que el instituto cuenta con sus coordinaciones nacionales que son presididas por especialistas en su materia. Cada coordinador fue secretario técnico con voz pero sin voto.” –¿Cómo se seleccionó el Consejo de Evaluación? –Fue a propuesta de Carmen Bojórquez que como coordinadora tiene dentro de sus funciones conocer a los coreógrafos, al gremio y las novedades. Ella propuso a Magdalena Brezzo, Carolina Jiménez, Alicia Martínez, Margarita Tortajada y Octavio Zeyvi. Me parece que lo más importante era garantizar opiniones y posturas diferentes, y esto no quiere decir que uno sea mejor que el otro, sino que era importante que diversos criterios estéticos estuvieran representados. –¿Aunque tuviesen en algunos casos menor curriculum que la gente a la que estaban juzgando? –Es una buena observación en relación con la trayectoria de algunos de los concursantes. –¿Hubo juntas aclaratorias con el Consejo de Evaluación para que entendiera que su función sólo era asesoramiento? ¿Se les advirtió cuál era su papel? –Había un escrito que ellos firmaron. Nosotros confiamos en que lo leyeron. Pero además hubo un encuentro de la propia coordinadora Nacional de Danza con ellos. Y advertir no es la palabra que yo usaría, sino que se les explicó la naturaleza del procedimiento, ya que difiere de un concurso o de una convocatoria del Fonca, donde la palabra no es “Consejo Evaluador” sino “Jurado”. –¿Por qué algunos de los integrantes del Consejo de Evaluación respingaron ante la resolución final del Comité Interinstitucional de agregar cinco proyectos más? –Nosotros como instituciones éramos los responsables pero estábamos auxiliados por los coordinadores, que no votaban. No soy especialista en danza pero la maestra Carmen Bojórquez sí. Y lo de los consejeros pues no se sorprendieron ni les causó malestar a todos. Sólo a algunos de ellos. “Las razones pueden ser: Una, que el Consejo Evaluador que sirve para dar una vista panorámica a la institución no es una figura muy común. No puedo recordar en este momento en qué otro procedimiento hubiera una figura similar. Probablemente faltó reiterar la naturaleza del consejo, esa puede ser una de las razones. Y la otra es que éste es un logro de asignación presupuestal que ensaya un camino de distribución, pero lo ideal sería que transite hacia un estímulo fiscal, eso lo tenemos todos como muy claro. Esto es un paso intermedio que es pertinente y responde a unas necesidades, pero precisamente como era un presupuesto asignado a las instituciones se hizo este ensayo y esta voluntad de distribuirlo de forma más democrática y transparente.” –¿Por qué decidieron incluir estos cinco proyectos además de los que ya había aprobado el Consejo de Evaluación? –El Consejo de Evaluación seleccionó 45 proyectos. Y en el Comité Interinstitucional, donde ya participamos el maestro Vazquez y yo, volvimos a revisar estos 45, y cinco más nos parecieron pertinentes, pero no sólo eso, sino que en plena responsabilidad también revisamos los que no habían quedado para asegurarnos de que nada importante se hubiese quedado fuera. “Consideramos que las razones propias que había dado el Consejo de Evaluación para esos cinco proyectos no eran lo suficientemente contundentes para que estuviesen contradiciendo las bases. Esa fue nuestra precisión y nuestra consideración, y por eso decidimos apoyar a cinco más.” –¿Podría precisarme sobre estos cinco? –En el caso del Centro Cultural Los Talleres consideramos que el proyecto sí estaba bien planteado, ha tenido su trayectoria y es muy importante. En el caso de Eugene Duane Cochran se consideró que estaban bien señalados los alcances y las metas y que resultaban medibles y factibles. En el caso de la Compañía Tania Pérez Salas se tenía un planteamiento bien puesto profesionalmente y que además sí garantizaba alcances a nivel nacional. Y quisiera decir que en todos los casos tuvimos sesiones muy largas porque estábamos haciendo un reajuste de montos. Esto no significa que estos cinco proyectos de grupos fueran beneficiados con el monto solicitado. “Diría que casi ningún grupo fue beneficiado con todo el monto solicitado, porque sí hubo un rigor en el entendido de que nosotros teníamos que hacer todo lo que estaba de nuestra parte para optimizar hasta lo más posible estos recursos, sobre todo cuando vimos que la respuesta del gremio rebasó por mucho las expectativas. “En el caso de Óscar Ruvalcaba tenía coherencia en metas y era una oportunidad de responder con obras del coreógrafo. En el último, Realizando Ideas y Espacio de Artes, de Jessica Soledad Sandoval, se trataba de cómo fortalecer un proyecto que estaba destinado al desarrollo del espacio que impulsa a terceros emergentes. No sólo para fortalecer un espacio para un grupo sino como un plus en un centro cultural del país. –¿Por qué estos cinco nada más, por qué no 10 más? –Son los que podemos asumir la decisión de que también debían ser incorporados. –¿Los conoce usted? –No personalmente a todos. –¿Conoce su trabajo? –Vi lo de Tania que presentó en el Palacio de Bellas Artes el año pasado, conozco el espacio del Centro Cultural Los Talleres hace muchos años y sé que está presente en la vida de la danza-idea. Y en cuanto a los otros seguramente he visto algo de ellos a lo largo del tiempo. Pero honestamente en este momento no los tengo visualizados con claridad. –Jessica Sandoval fue parte del consejo asesor de la Coordinación Nacional de Danza. ¿No es un poco delicado que se le incluya? –A mí no me lo parece, la convocatoria no lo establece. Yo quisiera decir un par de cosas: Una vez más detecto la enorme necesidad, y por tanto la responsabilidad, de quienes estamos frente a las instituciones como quienes están en el trabajo creativo, de mejorar la manera en la que desarrollamos y presentamos proyectos. “Había proyectos que parecía que guardaban algo interesante por la trayectoria de los grupos con un valor importante, pero la manera en la que estaban desarrollados no daba la oportunidad de aceptarlos porque o no planteaban metas claras o no te decían muy bien hacia dónde iban. Pero yo podría aventurar que se debía un poco a la falta de rigor y de experiencia de lo que se va a hacer, y esto lo entiendo muy bien porque quienes mejor presentan los proyectos son los literatos. “Porque resulta que el proyecto es algo que tiene que ver con un texto, con poner en el papel algo. Entonces les pedimos a los coreógrafos y bailarines y a los actores y a los directores de teatro, bueno, ellos no tanto porque están cerca de la palabra, que de pronto tengan que presentar estos proyectos que tienen que responder con una habilidad de redacción, conceptualización y ciertas exigencias. Tal vez algunos sí tienen una capacidad coreográfica y de ejecutantes, creativa en un espacio escénico, pero que a la hora de ponerlo en papel no pueden. Siempre se genera controversia.” –Muchos de los beneficiados estaban inconformes, al igual que algunos de los cinco que pudieron pasar, porque los montos asignados no se acercaban ni ligeramente a las necesidades presupuestales. No pueden hacer el proyecto que propusieron con la cuarta parte del dinero que se les otorgó. –Es que en México sucede una cosa a diferencia de lo que ocurre en otros países: nosotros tendemos a este asunto de aplicar siempre al tope, de estirar nuestro proyecto para que se justifique que nos dé el máximo permitido. Es algo muy común. “Y algunos proyectos estaban muy estirados para llegar al tope. No lo detecté yo porque no me he dedicado a eso, pero sí miembros del Consejo Evaluador o del Comité Interinstitucional. La propia coordinadora Carmen Bojórquez o el propio maestro Roberto Vázquez participaron de la decisión. –El Consejo de Evaluación ya había reducido el presupuesto a ciertos grupos. Y el Comité Interinstitucional le quitó recursos a ciertos grupos muy específicos para que pudieran tener dinero los cinco que también resultaron aceptados… –¿Como si hubiesen sido seleccionados para quitarles recursos particularmente? –Esa es mi pregunta. –El Consejo de Evaluación hizo una reducción. Y esa no fue proporcional y fue gracias a su experiencia de decir “aquí se puede hacer con menos”. –Pero después ustedes se fueron sobre ciertos proyectos y les quitaron otro tanto. –No recuerdo exactamente en este momento si fue a todos o a unos cuantos, pero sí hubo una intención proporcional. No estoy diciendo que, como si fuera una regla, dijimos: “a todos les quitamos 10%”. Eso no sucedió, porque ya venían reasignados, porque tampoco se trataba de hacer eso. Me parece que hubiera sido inequitativo, no es que hayamos dicho “a éste lo dejamos descobijado”. –Pero hubo grupos, como Contradanza, de Cecilia Appleton, a los que se le quitaron cerca de medio millón de pesos de la cantidad que el Comité de Evaluación había aprobado. –Bueno, sí, son cinco que salieron de la reducción de otros. –¿Y cuáles fueron los criterios para quitarles presupuesto a ciertos grupos por encima de lo que había decidido el Comité de Evaluación? –Que siguieran siendo viables, que al subir a cinco que consideramos que debían estar no afectáramos a nadie, no pusiéramos en riesgo de viabilidad a otros. –Se les quitó también a Contempodanza de Cecilia Lugo y a Créssida Danza Contemporánea de Lourdes Luna una suma importante. Ambas son artistas de gran trayectoria, no parece posible que estuvieran inflando su presupuesto. –Es mucha información y hay que ver las actas. Nosotros establecimos decisiones ante la enorme demanda. Pero no sólo en danza, fue un criterio general. Y yo no he dicho que inflaron presupuestos. Es muy importante que quede asentado, que esas palabras no se pongan en mi boca. –Pero el asunto es que pidieron una cierta cantidad y el Comité Evaluador les otorgó menos, y luego ustedes les quitaron otro tanto. –Y si los otros cinco se quedaban sin nada, también los hubiéramos perjudicado. Ahí es el tema, y la responsabilidad de tomar decisiones tratando de no afectar a los otros, buscar la equidad y ser justos. –No se publicó quiénes eran parte del consejo y del comité, junto con los resultados. En todas las convocatorias se dice quiénes tomaron las decisiones. –Aquí no era obligatorio precisamente porque los consejeros evaluadores podrían decir “por qué pones mi nombre si los resultados no quedaron como yo lo señalé”. –Así planteado, pareciera que los jurados son únicamente parapetos, porque ustedes se arrogan el derecho de aceptar o no lo que ellos decidan. –Me parece injusto lo que dice, no creo que sea un reflejo de lo que sucedió. –Disculpe, mi obligación es cuestionarle todo lo que está en duda… ¿No es delicado que tres de los hijos de la coordinadora nacional de Danza hayan concursado y dos de ellos hayan salido beneficiados? –Hay que revisar las reglas de operación. Es un tema recurrente porque los gremios de artistas suelen ser también interrelacionados. Es un asunto que tiene que ver más con la percepción que con las propias reglas. A mí me gustaría establecer que estamos hablando de cosas muy diferentes. Y haré cualquier cosa para transparentar el trabajo que se ha hecho sin contravenir la ley.   Roberto Vázquez   Por su parte Roberto Vázquez dice a Proceso, aduciendo también la legalidad: “De acuerdo con lo que establece la Ley de Presupuesto de Egresos, se conformó un Comité Interinstitucional integrado por un representante del INBA, Teresa Vicencio, y uno del Conaculta. “Se recibieron 614 solicitudes. Evidentemente me fue imposible revisar y evaluar todos los proyectos. Por esta razón, sustentado en las Reglas de Operación para la aplicación del Beneficio, se creó una Secretaría Técnica y un Consejo de Evaluación por cada una de las disciplinas, que haría recomendaciones no vinculantes, a quienes se encomendó la responsabilidad de hacer una revisión minuciosa de cada proyecto y una justa evaluación. “Como integrante del Comité Interinstitucional, con base en las reglas citadas, decidí aprobar algunos grupos artísticos adicionales a los recomendados por el Consejo de Evaluación, considerando, desde mi punto de vista, que contaban con los atributos artísticos que los hacían merecedores de un estímulo económico. En el caso de la Danza, aprobé cinco grupos artísticos en razón de sus méritos, solidez de sus proyecto y del impacto en la comunidad.”

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