Indocumentados y droga, por el mismo boleto

sábado, 28 de abril de 2012 · 20:11
Poco a poco la función de la Patrulla Fronteriza estadunidense ha variado: de encargarse de parar el flujo de inmigrantes indocumentados se ha convertido en una suerte de policía antinarcóticos no oficial... o cumple ambas funciones al mismo tiempo, pues los narcos mexicanos aprovechan a los paisanos que migran al norte para utilizarlos como burros y cargarlos de mariguana. Proceso hizo un recorrido con una agente fronteriza por el desierto de Arizona para constatar ese fenómeno... ARIVACA, ARIZONA.- Detener el paso de droga a Estados Unidos –más que el cruce de indocumentados– se ha vuelto la principal tarea de los 4 mil 200 agentes de la Patrulla Fronteriza (BP, por sus siglas en inglés) que resguardan los límites entre Arizona y Sonora. Todos los días “decomisa cargamentos de mariguana”, admite en entrevista con Proceso Mario Escalante, jefe de Relaciones Públicas de la oficina en Tucson de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que se encarga de vigilar 421.6 kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México. Escalante muestra al reportero las estadísticas que indican que ahora la Migra (como se conoce popularmente a los agentes migratorios) tiene más trabajo decomisando mariguana y otras drogas que atrapando a inmigrantes indocumentados en el desierto de Arizona. “En esta zona desde 2009 se comenzó a registrar un cambio en las tácticas de los narcotraficantes mexicanos para pasar los narcóticos que llevan a Tucson y Phoenix”, dice el agente Escalante, quien hace una pausa para luego matizar: “La nueva táctica de los cárteles de México es meter a pie y en auto los cargamentos de droga… Es decir, utilizando a inmigrantes indocumentados como burros”. Para demostrar ese fenómeno, la CBP de Tucson invita a Proceso a atestiguar una operación antinarcóticos de la BP en la franja de desierto que va de Arivaca, Arizona, a La Ladrillera, Sonora. “Vamos a una de las zonas más activas para el tráfico de mariguana y otras drogas del corredor de Tucson”, dice la agente Crystal Amarillas. “Contamos con la tecnología más avanzada para detectar los movimientos de las personas que de manera ilegal cruzan la frontera”, presume la agente Amarillas mientras conduce por la carretera interestatal 19 en medio del desierto. “Tenemos cámaras, radares y sensores instalados en varias antenas de más de 20 metros de altura, capaces de registrar a 5.6 kilómetros imágenes, movimientos y la energía corporal de una persona”. Casi todo el equipo tecnológico de la BP en Tucson es similar al que usa el Pentágono para ubicar e identificar enemigos en zonas de guerra como Afganistán e Irak. “También tenemos helicópteros y los tres aviones con radar que vuelan a control remoto por toda la frontera con México”, explica la agente. (Extracto del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1852, ya en circulación)

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