En una jugada arriesgada el presidente de Estados Unidos se declaró a favor de los matrimonios entre personas del mismo sexo. En una sociedad tan conservadora como la estadunidense esa declaración cayó como bomba y las reacciones adversas –incluso de la comunidad afroamericana– pueden hacer pensar en una pérdida masiva de votos para el candidato demócrata. Pero los expertos piensan que la Casa Blanca está tranquila: la elección de noviembre no estará determinada por este espinoso tema sino por el económico... y las palabras de Obama pueden hacerle ganar simpatías entre los sectores progresistas de su país.
WASHINGTON (Proceso).- El terremoto social provocado en Estados Unidos por el presidente Barack Obama al hacer público su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo, hizo que ahora hasta los afroamericanos se opongan a la reelección del primer mandatario estadunidense de raza negra... al menos por el momento.
“Creo que las parejas formadas por personas del mismo sexo deberían poder casarse”, fue la declaración de Obama el miércoles 9 en entrevista con la cadena de televisión ABC; y esas palabras aparentemente amenazan con restarle votos en la elección presidencial del próximo 6 de noviembre.
Aun cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo está permitido en el distrito de Columbia y en los estados de Connecticut, Iowa, Massachusetts, Nueva Hampshire, Nueva York y Vermont, la declaración de Obama fue interpretada como el anuncio de una eventual propuesta para reformar los códigos del matrimonio civil en la constitución estadunidense.
Sorpresivamente fue la comunidad afroamericana el primer sector social de Estados Unidos que salió a recriminar a Obama.
El obispo Timothy Clarke, líder de la Primera Iglesia de Dios –la congregación religiosa mas importante de Estados Unidos y cuyos servicios religiosos se transmiten por televisión nacional todos los domingos– se declaró indignado por la posición del presidente.
“El fondo de este asunto es espiritual, está sustentado en la palabra de Dios”, dijo Clarke en su sermón del domingo 13.
“Pero con tantas cartas y correos electrónicos de indignación que he recibido en estos días por parte de nuestros hermanos, no tengo otra opción más que señalar que antes de votar –por la reelección de Obama– hagamos un análisis muy profundo de la decisión que tomemos ese día”, señaló.
La iglesia bautista –con la cual se identifica la mayoría de los afroamericanos– es la que ha hecho más evidente su molestia por la posición de Obama. Dwight McKissic, uno de los pastores bautistas más conocidos en Estados Unidos, se dijo “ofendido” al escuchar lo expresado por Obama.
“No lo puedo creer, es ofensivo. Es una traición del presidente que debemos castigar quitándole nuestro voto en las elecciones”, sostuvo McKissic ante sus feligreses el domingo 13 en su templo de Arlington, Texas.
Los medios estadunidenses, especialmente las cadenas de televisión, recogieron parte de los sermones de distintas congregaciones religiosas afroamericanas en todo el país en reacción al apoyo de Obama a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Aun cuando hay algunos líderes religiosos afroamericanos moderados, como Keith Odgen, de la iglesia bautista de Asheville, Carolina del Norte, quien afirmó que el presidente tiene buen corazón y que su posición no merecía ser tan duramente criticada, en términos generales las congregaciones religiosas afroamericanas se declararon traicionadas civilmente por Obama.
Frente a las críticas y amenazas electorales de los afroamericanos, el lunes 14 la Casa Blanca explicó en su página de internet que la posición del presidente “se ajusta” a los principios de los derechos civiles: “todos los estadunidenses deben ser tratados sin discriminación alguna”.
Una encuesta nacional del periódico USA Today publicada el martes 15 informa que 52% de los estadunidenses respalda el matrimonio civil entre personas del mismo sexo.
Cálculos de la Casa Blanca
Aunque la Casa Blanca no admite públicamente que Obama está alarmado por las reacciones que provocó su posición entre la comunidad religiosa afroamericana, sí está consciente de que esto puede tener graves implicaciones en las urnas.
Desde el martes 14 funcionarios de la oficina de la primera dama, Michelle Obama, y hasta del mismo Obama han hablado por teléfono con líderes de las congregaciones religiosas afroamericanas para aclarar la posición presidencial sobre los matrimonios homosexuales.
Según el desglose oficial de las elecciones de 2008, Obama perdió la mayoría del voto de los anglosajones estadunidenses ante el candidato republicano John McCain, pero obtuvo 95% del afroamericano.
Los analistas políticos sostienen que la decisión de Obama de hacer pública su posición sobre el asunto de los homosexuales es un movimiento políticamente bien calculado, cuya única intención de conseguir el voto de los jóvenes y de los llamados electores independientes, quienes tienen una posición más liberal.
Una encuesta de Gallup dada a conocer el pasado febrero concluye que “87% de los votantes independientes” apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ente los jóvenes de 18 a 27 años el respaldo es de “92%”.
La posición de Obama de que “debe ser legal” el matrimonio entre personas del mismo sexo tomó por sorpresa a algunos líderes del Partido Demócrata; entre ellos varios legisladores federales. “Fue muy temprano en el proceso electoral hacer pública su posición”, dijo Harry Reid, legislador por Nevada y líder de la bancada demócrata en la Cámara de Senadores.
Aunque la Casa Blanca no admite que Obama se vio forzado por las circunstancias a hacer pública su posición, el hecho es que el domingo 6, durante el programa de entrevistas políticas Meet the Press de la cadena NBC, el vicepresidente Joe Biden cometió una indiscreción.
“Ya tomé la decisión de que probablemente exprese una posición fija sobre el matrimonio entre las personas del mismo sexo, antes de las elecciones”, afirmó. Esto se interpretó como presión para que Obama explicara lo que ventiló el católico Biden en la entrevista con la NBC.
Los sectores conservador y ultraconservador de la sociedad estadunidense, identificados con el Partido Republicano, condenaron la posición del presidente de Estados Unidos, pero su candidato presidencial, Mitt Romney, exgobernador Massachusetts; fue bastante moderado un día después de que Obama hablara con ABC.
“Estoy contra el matrimonio entre personas del mismo sexo. El matrimonio como está codificado en nuestra constitución lo conforman una mujer y un hombre”, acotó Romney sin mencionar por su nombre a su contrincante.
Los grupos defensores de los derechos humanos y las agrupaciones nacionales de homosexuales en Estados Unidos se declararon complacidos por la posición de Obama.
El Comité Administrativo de la Conferencia de Estados Unidos de Obispos Católicos también le declaro la guerra a Obama. En un comunicado emitido la semana pasada reiteró su posición respecto al matrimonio entre homosexuales:
“La religión católica considera que el matrimonio es exclusivo y es sólo entre una mujer que se une por vida y por amor a un hombre. La unión entre homosexuales no expresa una complementariedad humana porque simplemente no es creativa y por ello no se le puede dar el estatus de matrimonio”, sentencia el comunicado.
La Iglesia católica ha pedido explícitamente rechazar la reelección del presidente; quiere derrotar a Obama en las elecciones de noviembre por dos razones: su apoyo al aborto y ahora al matrimonio entre homosexuales.
Los obispos católicos anunciaron que entre el 21 de junio y el 4 de julio próximos se realizará en todo el país una protesta contra Obama a fin de obligar a la Casa Blanca a cambiar de posición respecto al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Analistas políticos estiman que pese a la revolución social generada por Obama, al final la elección presidencial no se definirá por los temas del aborto o el matrimonio entre homosexuales. Los expertos sostienen que el tema esencial para los votantes estadunidenses será la situación económica.
Además el vaticinio electoral de los analistas políticos es que por encima de la molestia, los afroamericanos votarán por Obama y no por Romney; igual harán los votantes católicos, a quienes en términos generales se les considera más tolerantes y liberales.