Guerra intestina en el sindicato del IMSS

miércoles, 13 de junio de 2012 · 19:44
En plena crisis financiera del Instituto Mexicano del Seguro Social, un infarto cardiaco sufrido por el dirigente de su poderoso sindicato desató una lucha de poder con delicadas implicaciones políticas y monetarias. El líder, Valdemar Gutiérrez, es diputado federal por el PAN y ha contado con apoyo oficial para contener a una disidencia que lo acusa de nepotismo, tráfico de influencias y abuso de poder. El secreto en que se pretende mantener el estado de salud del dirigente tiene razones de peso: el año electoral, el botín de miles de millones de pesos que constituyen las cuotas obrero-patronales… MÉXICO, D.F. (Proceso).- La delicada salud de Valdemar Gutiérrez Fragoso, el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), desató una lucha por la dirigencia del segundo sindicato más importante del país. Después del ataque cardiaco que sufrió el 23 de mayo el también diputado federal panista, el Comité Ejecutivo Nacional del sindicato se tardó ocho días en lograr un acuerdo sobre el sustituto del líder sindical, cuyo estado era grave hasta el cierre de esta edición. El fondo del forcejeo por el control de la organización “es la cascada de recursos de más de 7 mil millones de pesos por sexenio sindical, considerado un botín”, asegura Ismael Bautista a nombre del Movimiento Nacional de Trabajadores del IMSS, opositor a Gutiérrez Fragoso, que congrega a distintos grupos de trabajadores jubilados, pensionados, rescindidos y en activo de esta institución. Esos “más de 7 mil millones” se recaudan cada sexenio por concepto de cuotas obrero-patronales, mismas que la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, dice que pretende eliminar. En entrevista con Proceso, Bautista pide la reintegración del Fondo de Ayuda Sindical a jubilados y pensionados, así como cambios al Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los Trabajadores de Nuevo Ingreso, que según él se aprobó en un Congreso Nacional Ordinario del cual nadie fue testigo. Exige que se aplique una auditoría externa al sindicato porque, dice, alrededor de 5 mil millones de pesos del Fondo de Resistencia Sindical están desaparecidos. Además, sostiene que deben hacerse públicos los acuerdos con el director del IMSS, Daniel Karam, al margen de las revisiones del contrato colectivo de trabajo. “Se debe investigar las condiciones estatutarias, laborales y económicas de todos los miembros del CEN y los familiares de Valdemar que trabajan en el IMSS”, lo que incluye a la tesorera del CEN, Catalina Santamaría Ramírez, la secretaria de la Comisión de Hacienda, Melva Morales Cantero, y al tesorero de la Sección 31, Sergio Gutiérrez Fragoso. Además, señala a Valdemar Gutiérrez como represor porque canceló los derechos de 10 mil trabajadores, comenzando por su antecesor Roberto Vega Galina, a quien jubiló porque no lo apoyó con un “dedazo” sino tuvo que competir en una elección, y asumió el cargo en 2006. Bautista pide asimismo la reinstalación inmediata de los rescindidos. El 12 de octubre de 2011 Gutiérrez Fragoso decidió eliminar el pago del Fondo de Ayuda Sindical a quienes considera sus opositores, como Miguel Ángel Van Dick Puga y otras 64 personas, entre ellas Vega Galina y los hermanos Pérez Saucedo.   Lucha por el poder   Horas después de enterarse del ataque cardiaco de su dirigente, los miembros del CEN del SNTSS se reunieron. Ahí mismo comenzó la pelea por el control del sindicato entre grupos opositores a Gutiérrez Fragoso y gente afín a los exsecretarios generales priistas Fernando Rocha Larráinzar y Antonio Rosado, quienes renacieron de sus cenizas como los orquestadores de un plan para imponer como sucesor al secretario de Previsión Social, Francisco Romero Flores Pureco, denunció Bautista. Pasaron ocho días para que Eduardo Barrera, secretario del Interior y Propaganda del sindicato, anunciara una decisión tomada días antes: él mismo se encargaría temporalmente de la dirección del SNTSS ante el “problema de vías coronarias” de Gutiérrez Fragoso, que lo imposibilita “de manera temporal” para su cargo. No obstante, aclaró que el diputado “está en franca recuperación”, por lo que su “salud y liderazgo no están en riesgo”. En un comunicado, Barrera desmintió las versiones de disidentes en el sentido de que se estaba buscando un sustituto del secretario general. Ahí reiteró: “No hay ninguna división ni pugnas internas en nuestro sindicato –agregó el secretario de Propaganda–; al contrario, hay una gran unidad y lealtad a nuestro líder nacional… quien registra una franca y satisfactoria recuperación después de haber sufrido un problema de las vías coronarias”. Desde el día del infarto de Gutiérrez Fragoso, informa Barrera, el CEN realizó diversos plenos extraordinarios y el 25 de mayo se acordó respetar los estatutos, por lo menos hasta el congreso de octubre para renovar la dirigencia sindical. –¿Por qué esperaron ocho días para dar a conocer lo sucedido al líder sindical y la aplicación de sus estatutos para no dejar la dirección acéfala? –pregunta la reportera. –No nos tardamos; lo hicimos en tiempo y forma, pero no teníamos una realidad franca del estado de salud (de Gutiérrez Fragoso). “Hemos decidido dejar que la familia directamente sea la que esté con ellos porque no vamos a intervenir ni nos va a permitir el hospital el paso de miles de gentes. Para una figura de la investidura del doctor es terriblemente importante, pero no va a pasar nada”. Ante el hermetismo del SNTSS y los rumores que se desataron sobre el supuesto fallecimiento de su líder, Barrera relata que, el día del infarto, el secretario de Salud, José Ángel Córdoba Villalobos, habló con el director del Hospital de Cardiología para preguntarle dónde era el funeral de Gutiérrez Fragoso. Minutos antes de la entrevista, Barrera recibió “a alguien de Gobernación” que preguntó por el estado de salud del dirigente.   El reino, en quiebra   Entrevistado en sus oficinas, Eduardo Barrera negó las acusaciones de la disidencia sobre presunto fraude cometido por el dirigente sindical, a quien el candidato a senador panista y exsecretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, le dio cuatro tomas de nota para alargar su periodo al frente del SNTSS. La más reciente le sirvió a Gutiérrez Fragoso para relegirse por anticipado para el periodo 2012-2018, lo que fue disfrazado como “prórroga” para permanecer otros seis años en el cargo. En 2006 el dirigente fue acusado de asumir la dirigencia sindical de manera fraudulenta, como consta en la queja presentada en la Secretaría de Conflictos de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), y clasificada en el expediente IV-261/2007, del 2 de septiembre de 2008. Ismael bautista recuerda que Felipe Calderón invitó al líder del SNTSS a ser diputado del PAN pese a que ya tenía asegurada una curul del PRI. Sin embargo, ante la denuncia penal en su contra y el rechazo del PRD, el PT y hasta del PAN a postularlo al Senado, Gutiérrez Fragoso estaba sometido a una gran presión. Gutiérrez Fragoso tiene 12 familiares trabajando en el IMSS y todos comisionados en el SNTSS, comenzando por su esposa, Leticia Botello Amante. La hermana de ella, Delia Irene, excoordinadora zonal de Guarderías del IMSS, fue arrestada y liberada por el fallecimiento de 49 niños en el incendio de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Delia Irene llegó el cargo gracias a la buena relación entre Gutiérrez Fragoso con el exdirector del IMSS, Juan Molinar Horcasitas, quien dejó el puesto por ese caso pero fue premiado con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y posteriormente se integró al equipo de campaña de la candidata presidencial panista Josefina Vázquez Mota, quien supuestamente lo marginó porque se convirtió en uno de sus colaboradores más criticados. El hijo del dirigente del SNTSS, Valdemar Gutiérrez Botello, también tiene plaza en el instituto y está comisionado en el Centro de Capacitación del sindicato. También están en la nómina del Seguro Social sus nueve hermanos. Las acusaciones de la disidencia cobran especial relevancia con el reconocimiento del gobierno de Felipe Calderón sobre la carencia de fondos del IMSS. El 28 de agosto de 2010, el coordinador de Planeación Estratégica de la Secretaría de Salud, Eduardo González Pier, advirtió al consejo técnico de la institución que la paraestatal ya era inviable económicamente. En esa reunión presentó un plan de restructuración, que se hizo necesario por los problemas financieros derivados de la “contingencia laboral” provocada por las contrataciones a destajo realizadas desde el sexenio de José López Portillo y por la crisis en el Régimen de Jubilaciones y Pensiones, así como en el Seguro de Gastos Médicos. En ese encuentro, cuya grabación tiene Proceso, González Pier destacó que la restructuración debía aplicarse entonces, porque 2012 sería año electoral, de transición de gobierno y cambio de administración. Para entonces, dijo, “existe la posibilidad de que la empresa no tenga dinero para pagar sus nóminas”. Ilustró con cifras: “Tenemos una deuda de 600 mil millones con 316 mil trabajadores, o sea que, si ahora repartiéramos el dinero, tendríamos un pasivo con cada uno de 2 millones de pesos”. Destacó que el sexenio de Felipe Calderón dejará una administración con 230 mil jubilados. Desde 2009 el IMSS sobrevive con ingresos mayores a los producidos por los servicios médicos y los ingresos por las cuotas obrero-patronales, mismas que la aspirante panista, Josefina Vázquez Mota, pretende eliminar en un esquema de privatización del sector. El funcionario admitió la inexistencia de fondos del Régimen de Jubilaciones y Pensiones y de Seguros de Gastos Médicos, así como el faltante de 13 millones de pesos destinados a gastos por enfermedades y maternidad – “usados hace 10 años”– y de 21 mil millones de pesos correspondientes a los gastos médicos de los pensionados. Así, el IMSS se está convirtiendo en un “pagador de nóminas”. Su pasivo laboral se incrementa en 2 mil 600 millones de pesos mensuales y para solucionar este problema, señaló González Pier, las cuotas obrero-patronales deberían aumentar 11 veces.   El secreto   El jueves 31, muy temprano, de la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiovasculares del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI salió una camilla hacia el área de estudios. El hombre moreno y canoso que yacía inconsciente, con respirador artificial, era Valdemar Gutiérrez Fragoso, quien hasta el cierre de esta edición lleva ocho días en coma inducido después de sufrir un infarto. Dejó de respirar alrededor de cuatro minutos, lo que suele causar daño cerebral. El 23 de mayo el líder iba a la sede sindical en la colonia Condesa cuando sintió un fuerte dolor en el pecho. Le estaba dando un infarto, por lo que acudió de emergencia al Sanatorio Durango, cercano al edificio del SNTSS. Después fue trasladado a la cama 2 de la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiovasculares, donde permanecía sin que se vislumbrara la “franca recuperación” mencionada por el encargado de la propaganda del sindicato, Eduardo Barrera. Los rumores sobre el estado de salud del legislador se dispararon desde el 25 de mayo, cuando se dio la noticia en los medios de comunicación. En el CEN “no sabíamos qué hacer”, reconoció Barrera. Cerca de las 11 de la mañana del jueves 31 un grupo de médicos, familiares del paciente y un capitán de la policía se reunieron en el pasillo de Cuidados Intensivos y ordenaron que se detenga cualquier persona que pretenda entrar a ver al enfermo. “¿No ves que sólo hay una persona en esta área?”, regañó una policía del Cuerpo de Seguridad Auxiliar del Estado de México a una de sus compañeras, cuando un derechohabiente le preguntó por el nombre de su paciente. Minutos después, una señorita de traje rosa salió de la Dirección General del Hospital de Cardiología a dar la postura “oficial” del nosocomio: “No estamos autorizados a dar información sobre ningún paciente. Sólo el director general, y ahorita no está”. El director general es Moisés Calderón Abbom.

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