Después del reggae –ese ritmo sincopado con el que invadió el mundo– Jamaica está sorprendiendo al mundo con sus ultraveloces corredores en los XXX Juegos Olímpicos de Londres. Hoy toda la comunidad deportiva, los analistas y aun los científicos se preguntan de dónde provienen las virtudes demostradas por los atletas de esa isla de las Antillas que justo ahora celebra también su medio siglo como nación independiente.
Con el 1-2-3 de Usain Bolt, Yohan Blake y Warren Weir en la carrera de 200 metros planos efectuada el jueves 9, Jamaica consolidó su supremacía en las pruebas de velocidad.
Apenas cuatro días antes –el domingo 5– Bolt y Blake ganaron las medallas de oro y plata en los 100 metros planos. Bolt se convirtió así en el único atleta en repetir triunfos en 100 y 200 metros de manera consecutiva en dos Juegos Olímpicos.
El sábado 4 sus compatriotas Shely-Ann Fraser-Pryce y Veronica Campbell-Brown obtuvieron el primero y el tercer sitios en la carrera de 100 metros rama femenil.
Jamaica ha obtenido 64 medallas en la historia del olimpismo moderno, entre ellas 16 de oro. En otras palabras, 34 hombres y 31 mujeres de esta nación han subido al podio olímpico. El primero de ellos: Arthur Wint, ganó la prueba de los 400 metros en la justa deportiva de 1948, celebrada también en Londres.
¿Cómo es que Jamaica, una isla más pequeña que el estado de Querétaro y habitada por 2.8 millones de habitantes, ha logrado tal proeza en apariencia reservada a naciones desarrolladas como Estados Unidos?
Entrenadores, comentaristas deportivos y científicos lanzan diversas teorías.
Las universidades de Glasgow y de Las Indias Occidentales realizaron estudios a más de 200 atletas jamaiquinos durante dos años y presentaron sus resultados en abril de 2008. Concluyeron que el secreto estaba en un componente llamado Actinen, el cual apareció en las fibras musculares de contracción rápida en 70% de los atletas oriundos de esa isla sometidos a estas pruebas y sólo en 30% de los deportistas australianos a los que se les hicieron los mismos análisis.
El análisis explica que en los ejercicios anaeróbicos –como las pruebas de velocidad– se utilizan predominantemente las fibras de contracción rápida de los músculos, los cuales consumen principalmente glucosa y relativamente poco oxígeno, proteínas y grasas. Así, un número mayor de fibras de contracción rápida y además con un alto índice de Actinen otorgaría a los corredores jamaiquinos una ventaja sobre el resto de los competidores.
William Aiken, jefe de Urología del Hospital Universitario de las Indias Occidentales, defiende otra teoría: la herencia genética.
En un estudio publicado en 2010 explica que la mayoría de los jamaiquinos desciende de pueblos del África Occidental, los cuales fueron traídos como esclavos a Jamaica. Eran hombres y mujeres fuertes, resistentes y con un pie muy ancho para atravesar las sabanas. “Como Jamaica era una de las últimas paradas de los barcos cargados con esclavos, sólo los más fuertes sobrevivían”, sostiene Aiken.
Stephen Francis, entrenador de Asafa Powell –plusmarquista mundial en 100 metros planos y quien se retiró de las competencias en Londres a causa de una lesión muscular en el abductor izquierdo–, suscribió esta misma tesis en 2008 durante una entrevista con el diario francés L’Equipe.
“Todos somos descendientes de esclavos –expuso–. Nuestros ancestros eran particularmente resistentes ya que habían sobrevivido a terribles viajes desde África. En esa época de la trata de negros, Jamaica era sólo una escala antes de Estados Unidos. Pero los más rebeldes no eran enviados al continente por temor a que crearan problemas en las plantaciones. Se quedaban en Jamaica y nos han legado su fuerza y su carácter.”
Wellesley Bolt, padre de Usain Bolt, piensa que el éxito de su hijo y de sus compañeros radica en la alimentación del ñame o yam, un tubérculo que abunda en Jamaica y que es particularmente consumido en Trelawny, región que se ha convertido en semillero de los campeones olímpicos, como Campbell-Brown, Ben Johnson (quien compitió con la nacionalidad canadiense) y el propio Bolt.
Sistema escolar
Más allá de esas teorías, todos coinciden en un hecho: el atletismo en Jamaica es una tradición; como el reggae, forma parte de la cultura de sus habitantes. Y las autoridades de la isla han establecido un sistema de formación y selección de atletas que descansa en las escuelas de educación básica del país.
Para asomarse a este sistema –señalan los propios jamaiquinos– es necesario presenciar los Campeonatos Escolares, en los que más de mil atletas de 12 a 18 años compiten en más de 30 eventos durante cuatro días en marzo de cada año.
Estas competencias se celebran desde 1910 en la capital, Kingston –aunque las niñas participan desde 1914–, y han devenido un espectáculo tan popular que es capaz de atraer a unos 25 mil espectadores en el Estadio Nacional, inaugurado en 1962, el mismo año de la independencia del país.
“Los campeonatos son quizás el único torneo escolar de atletismo en el mundo capaz de llenar un estadio”, comenta a Proceso el fotorreportero jamaiquino Ridley Ingram, quien sigue muy de cerca a los atletas de su país.
“Si en México el futbol es una religión, en Jamaica lo es el atletismo (…) Hasta una persona analfabeta puede sostener un debate bien profundo sobre el campo y pista”, agrega.
De estos campeonatos han surgido todas las estrellas olímpicas y mundiales, desde Herb McKenley en los años cuarenta, Donald Quarrie en los años setenta, la actual estrella Usain Bolt y la estrella ascendente Yohan Blake.
La mayoría de ellos continuaron sus carreras en universidades de Estados Unidos, como Marlene Ottey, la mujer más laureada en la historia del atletismo olímpico: nueve medallas, aunque ninguna de oro. Muchos de los consagrados regresan cada año para presenciar el surgimiento de los futuros campeones.
La creación en 1978 del colegio GC Foster permitió preparar a numerosos entrenadores que, vinculados a las escuelas primarias, secundarias y universidades del país, reforzaron este sistema de formación deportiva.
Como sucede en México cuando se celebra la copa mundial de futbol, en Jamaica bares y restaurantes montan grandes pantallas para seguir la fiesta de los campeonatos escolares. En 2009, la cadena CVMTV estimó que 1.2 millones de espectadores, cerca de la mitad de la población del país, siguió por televisión estos juegos. “Es el evento más seguido en el país después de los Campeonatos Mundiales y los Juegos Olímpicos”, asevera Ingram.
Víctor López, exatleta y actual presidente de la Asociación Panamericana de Atletismo (APA) y de la Comisión de Entrenadores de la Federación Internacional de Entrenadores de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), conoce bien los ingredientes del éxito jamaiquino.
“El país cuenta con un programa escolar intenso desde las escuelas primarias. Éste culmina con el campeonato de las escuelas bachilleres y se compite por categoría con base en la cantidad de estudiantes de cada escuela. O sea, las de mayor matricula compiten juntas y así sucesivamente”, explica.
A su juicio, la generación de 1948-1952 (Wint, McKenley, George Rhoden) marcó un ejemplo que generaciones futuras trataron de emular. “Desde esa época siguieron desarrollando atletas mundialistas que muchos o todos iban a estudiar a las universidades de Estados Unidos. Esto hizo que los jóvenes en las escuelas trataran de seguir los pasos de sus héroes”.
Otros factores han sido clave, en su opinión. “Una dieta de alimentos naturales: mucha fruta, viandas, arroz, frijoles, pollo. Además caminan o corren a sus escuelas; en otras palabras, llevan una vida muy poco sedentaria”.
Para el directivo, “la herencia étnica y las cualidades y características fisiológicas y neurológicas excepcionales, combinadas con buenos entrenadores y una disciplina bien estricta desde sus hogares hasta la escuela, han sido clave para el éxito”.
Como la mayoría de las estrellas jamaiquinas, Bolt proviene de una región rural: Trelawny, ubicada al norte de Jamaica. Según un reportaje de CNN, su padre es trabajador en una fábrica de Café. Su casa no contaba con agua potable y cuando era niño tenía que caminar kilómetros cargando baldes de agua. “Iba a sacar agua del río, caminaba mucho. Transitaba por colinas para llegar a la escuela”, contó el atleta a CNN.
Linford Christie, nacido en Jamaica, pero quien compitió por Gran Bretaña, contó en ese mismo reportaje una anécdota que refleja cómo los niños jamaiquinos están acostumbrados a correr: “Mi abuela solía mandarnos a comprar cosas a la tienda. Escupía en la tierra y nos decía que teníamos que regresar antes de que la saliva se secara. ¡Quería decir que corriéramos rápido!”.
Con sus propios medios
Tras obtener los primeros triunfos, la mayoría de los atletas jamaiquinos continuaban su formación en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos; otros, nacidos en Jamaica, cambiaron de nacionalidad y compitieron en representación de otros países. Fueron los casos de Linford Christie, quien en Barcelona 92 le dio a Gran Bretaña la medalla de oro en 100 metros; y de Ben Johnson y Donovan Bailey, quienes ganaron la presea dorada para Canadá en los juegos de Seúl 88 y Atlanta 96, respectivamente.
“En Jamaica siempre habíamos creído que para llegar a la cima del atletismo había que formarse en un país desarrollado”, comenta Ingram.
En septiembre de 1999 los entrenadores Stephen Paul Francis, Bruce James y David Noel crearon el club Maximising Velocity and Power (MVP) como una opción para aquellos atletas que quisieran vivir y entrenar en Jamaica.
Uno de los alumnos de MVP fue Asafa Powell. El 14 de junio de 2005 en Atenas rompió la plusmarca mundial de 100 metros con un tiempo de 9.77 segundos. “Asafa Powell cambió el escenario del atletismo en Jamaica. A partir de ahí creímos que podíamos ser los mejores del mundo, aun entrenando en nuestro país con un entrenador local. Él nos ayudó a creer en nuestras posibilidades”, sostiene Ingram.
Otro preparador local es Glen Mills, quien dirige el Racers Track Club en la Universidad de las Indias Occidentales en Mona. El grupo está encabezado por Usain Bolt, recordista mundial de 100 y 200 metros. Bolt decidió continuar preparándose en su país tras conseguir el oro mundial juvenil con apenas 15 años de edad en Kingston 2002. El mismo camino siguió Yohan Blake, titular del orbe en el hectómetro.
La IAAF financió la creación de un centro de alto rendimiento en la Universidad Tecnológica en Kingston. Ahora otros atletas de las vecinas naciones del Caribe pueden entrenar en este país.
Para Jamaica, los XXX Juegos Olímpicos de Londres –donde hasta el jueves 9 habían ganado seis medallas, todas en atletismo– son especiales. La razón: coinciden con el 50 aniversario de su independencia. Los reggae boys and girls brillan en la casa de su exmetrópoli.