Bustamante: De la frontera norte a las fronteras del mundo

martes, 21 de agosto de 2012 · 20:22
A 30 años de haber fundado, con visión nacionalista, El Colegio de la Frontera Norte en Tijuana (Colef), el investigador Jorge Bustamante cuenta los orígenes difíciles, la lucha por encontrar soluciones para un acuerdo migratorio con Estados Unidos –la “relación asimétrica”– que no se base sólo en las leyes de ese país, y las incidencias de ese centro en la realidad, como el programa Paisano. Su sucesor, el doctor Tonatiuh Guillén López, expone los proyectos del Colef hasta 2017, con los que se buscará extender el reconocimiento de la institución, de experto en la frontera con Estados Unidos a “experto en fronteras”. MÉXICO, D.F. (Proceso).- Se cumplen tres décadas desde que la ciudad de Tijuana, Baja California, viera surgir el Colegio de la Frontera Norte (Colef), fruto de la visión nacionalista del sociólogo chihuahuense Jorge Agustín Bustamante Fernández, quien fundó en agosto de 1982 ese proyecto científico, educativo y cultural innovador cuya trascendencia se fortalece más allá de las fronteras mexicanas. “Siento gran satisfacción por el objetivo realizado del Colef, cuando hace 30 años no era común crear una institución de educación superior con una línea descentralizada para la frontera norte, porque existía un mundo de prejuicios y obstáculos en torno al fenómeno fronterizo”, expresa Bustamante, director del Colef hasta 2006. “Además, creo que su presidencia actual en manos del doctor Tonatiuh Guillén López mantiene vigentes los principios y la orientación que han guiado el espíritu investigador de nuestra institución, proyectando el futuro del Colef hacia un reconocimiento mundial sin precedente.” Guillén López, quien desde febrero de 2007 tomó la estafeta de Bustamente como presidente, así lo destaca: “Bustamante es el gran pionero de los estudios de la frontera México-Estados Unidos y el admirable gestor de nuestra institución. Él vio con largo alcance los valores estratégicos de la frontera y de la migración nacionales, por lo cual posee nuestro máximo reconocimiento a su obra y los méritos de crear el Colef en el periodo menos probable, como fue la crisis económica de 1982.” A su vez y en charla aparte, Bustamante, miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), refiere a Proceso que hace 30 años permeaba “la idea de que los fronterizos eran personas nada confiables y excesivamente agringadas”, haciéndolos “menos mexicanos, aun mis colegas investigadores y profesores del Colef, porque según ellos tenían poca lealtad al país de origen”. Entre los estudios precursores del tema fronterizo Bustamante menciona Historia de los programas federales para el desarrollo de la frontera norte: “Fue una publicación de 1979 dedicada a la frontera que aportó datos socioeconómicos valiosos, escrita por Eliseo Francisco Mendoza Berrueto, subsecretario de Educación Superior Científica en aquel entonces (1978-1982), un economista que posteriormente sería gobernador de Coahuila. Su apoyo en el Colegio de México (Colmex), de donde surgió el proyecto del Colef, resultó central para superar los prejuicios a los que hago referencia.” –¿Cómo le nació a usted la idea de crear el Colef? –Acababa de terminar mi doctorado de sociología en la Universidad de Notre Dame y deseaba llegar a una institución de educación superior que no existía en México; a mí se me ocurrió proponer una para Tijuana, con diseño influido en Estados Unidos, por cómo se hacían las cosas en Notre Dame. “En realidad, le podría decir que el Colef nació de una idea nacionalista, porque yo vi con desagrado que las principales fuentes de datos sobre la frontera norte eran de Estados Unidos y pensé que no podíamos pensar en el desarrollo económico, social y cultural de la frontera norte con base en datos producidos sólo allá. Era indispensable una institución que produjera de este lado investigaciones que se convirtieran en insumos para diseño de proyectos de desarrollo económico, social, ambiental, etcétera. Fue la base original del Colef.”   Prestigio mundial   En 1981, el gobierno de José López Portillo solicitó al Colmex un proyecto de investigación científica sobre el fenómeno fronterizo con miras a crear una institución de educación superior, que finalmente nació el 6 de agosto de 1982 en Tijuana. Se denominó Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México (en 1985 cambió a Colef). Su investigación piloto, “El uso del español en las ciudades fronterizas del norte de México y en otras del país”, reveló que hablantes de la Ciudad de México usaban más anglicismos que los de Tijuana. “Cuando mostramos nuestros resultados en la UNAM nadie los creía, pero el licenciado Fernando Solana Morales, titular de la SEP, pidió opinión técnica sobre la metodología de la investigación, comprobó que había sido muy buena y nos apoyó para arrancar. Yo tuve la fortuna de contratar inicialmente a jóvenes doctorados en Estados Unidos y en universidades europeas.” Desde sus inicios, el Colef “no contrató a profesores e investigadores sin doctorado y esa no era la norma en México”. Otra “regla” fue que “todo lo que investigáramos debía ser analizado por evaluadores externos de muy alto nivel, regla contraria de las que sostenía y sostiene el sindicato de profesores”. Tras cinco años de actividad, el Colef obtuvo el segundo lugar en premios nacionales por sus investigaciones. “Eso nos proyectaría internacionalmente; organizamos muchos eventos con expertos de muy alto nivel de Estados Unidos y de Europa, nuestras investigaciones adquirieron difusión y apoyo en dólares de fundaciones extranjeras para no depender totalmente del gobierno de México como institución de carácter público.” Dicha práctica prosigue “a la fecha” en el Colef, cuya presencia aumentaría a siete sedes más: Ciudad Juárez y Matamoros (1984), Nuevo Laredo (1985), Mexicali y Nogales (1986), Monterrey (1987) y Piedras Negras (1992). “Empezamos a producir cuadros con maestría en economía, ciencias sociales, ambientales, cultura y desarrollo regional. Nuestros graduados encajaron en gobiernos estatales y el federal, propiciando una imagen del Colef donde competimos ventajosamente.” Se le cuestiona de qué manera los estudios del Colef han incidido en la realidad fronteriza y en la relación bilateral México-Estados Unidos. Catedrático propuesto en 2006 al Nobel de la Paz por el Congreso de la Unión, autor de más de 200 publicaciones con temática de migración (y cuyo libro Fundación y crónica del Colegio de la Frontera Norte presentará el 22 de agosto en el Evento Conmemorativo del 30 Aniversario en las instalaciones de San Antonio del Mar, del Colef Tijuana), Jorge Bustamante ejemplifica: “Específicamente, el programa Paisano salió del Colef. Y los grupos Beta, que son una policía cuyo objetivo es la protección a los derechos humanos de los migrantes, empezaron en Tijuana; pero grupos Beta ya hay en la frontera sur y en varias ciudades fronterizas. Esto cambió la realidad que habíamos podido comprobar científicamente en la gráfica de mi libro sobre Migración internacional y derechos humanos (UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2002). Con la creación de los Beta bajó la corrupción a niveles cercanos a cero.”   Gobernador “de triste memoria”   La pregunta de Proceso motiva al doctor Jorge Bustamante anécdotas para ilustrar en qué medida los resultados de las investigaciones del Colef han transformado la realidad fronteriza. “Para una investigación les preguntamos a los migrantes cuál era su principal problema; porque la hipótesis era que los grandes conflictos de los migrantes estaban en Estados Unidos, y resultó que no. El principal problema que tenían eran las extorsiones de las policías mexicanas en su ruta desde su salida hasta llegar a la frontera.” Los resultados se publicaron “en una importante reunión sobre seguridad nacional en San Nicolás de los Garza, y entonces nos balearon el edificio de Tijuana para intimidarnos, porque la investigación afectaba la gallina de los huevos de oro para las corporaciones policiales que explotaban y extorsionaban a los migrantes, sobre todo en Tijuana, que era el principal sitio de cruce migratorio a Estados Unidos”. Tras denunciar el atentado en su columna “Frontera Norte” de Excélsior, Bustamante recibió una visita inesperada. “El gobernador de Baja California llegó conmigo un viernes, entró, puso su pistola que traía en la cintura sobre la mesa y me increpó: ‘Quiero que te retractes de lo que has publicado, porque en Tijuana no hay extorsión policial’. Yo me defendí: ‘Señor gobernador, con todo respeto pero eso revela una investigación y usted puede buscar asesoramiento para que le digan si está bien hecha o no’. “–Mira, tú a mí no me vas a enseñar qué es investigación… quiero tu renuncia a la presidencia del Colef en mi escritorio el lunes a primera hora.’ “Yo le respondí: ‘Con todo respeto, pero usted no es mi jefe, esta es una institución de carácter federal y mi jefe está en la Ciudad de México’. Guardó su pistola y antes de salir de mi oficina, me dijo muy enojado: ‘¿Ah sí?, ¡pues ya veremos!’.” Bustamante viajó a la Ciudad de México para conversar con Miguel González Avelar, secretario de Educación Pública (1985-1988). “González Avelar fue una persona extraordinaria y crucial en los apoyos para el desarrollo de infraestructura al Colef, la verdad es que sin él esta institución que tenemos ahora no existiría. Yo simplemente le repetí la escena exacta de Tijuana y me dijo: ‘No te preocupes, déjalo por mi cuenta; pero ve a hablar con el secretario de Gobernación’, que era Manuel Bartlett.” Bustamante y Bartlett se habían conocido en la UNAM, cuando estudiaban derecho. “Yo le hablaba de tú y luego que le platiqué, me dijo: ‘Mira, en esta secretaría le creemos más a lo que dicen los gobernadores que a lo que cuentan sus interlocutores’, y contesté: ‘Entonces es a ti a quien debo entregar mi renuncia’, pero me respondió: ‘No, aquí no se presentan renuncias, eso debe ser en otra ventanilla y a ti te toca averiguar a dónde’. Salí otra vez con González Avelar, quien me repitió: ‘Déjalo por mi cuenta, regresa a Tijuana’. “Me imagino que González Avelar habló para arreglar las cosas con el presidente Miguel de la Madrid, porque recibimos un gran apoyo de su parte a través de sus gestiones; pero entretanto, también acudí a un amigo mío, el doctor Sergio García Ramírez, excompañero de la escuela y entonces Procurador de Justicia, quien sugirió: ‘Mira, Jorge, te ruego que seas prudente’, y yo le respondí: ‘Bueno, Sergio, te debo confesar que yo ya publiqué todo en mi columna’. Dijo: ‘Voy a ordenar una investigación’.” Omite en todo momento pronunciar el nombre de aquel “gobernador de triste memoria en Baja California”, para no convertir dicho asunto en “algo personal”. Sin embargo, el personaje corresponde al veracruzano Xicoténcatl Leyva Mortera, político priísta emparentado con el expresidente Miguel Alemán Valdés, que gobernó Baja California de 1983 a 1989. “Después me enteré que quien había tirado los balazos era un escolta suyo, seguramente oyó al gobernador quejarse por nuestro estudio del Colef y nos baleó el edificio, pero obviamente para mí fue una cosa bastante grave porque se puso muy en riesgo la seguridad del personal de la institución.” Narra un suceso más acontecido en esa misma época: “Recuerdo otra anécdota con quien era el secretario general en Tijuana de la FSTSE (Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado), pues fue a mi oficina para decirme: ‘El gobernador acaba de obsequiarnos el edificio que está en construcción dizque para el Colef, y eso porque tú has rechazado que hubiera un sindicato afiliado a la FSTSE, tal como le corresponde a tu instituto por ser del gobierno federal’. “Los trabajadores del Colef obviamente no querían afiliarse a un sindicato tan desprestigiado, y el tipo me amenazó: ‘Esto te va a costar muy caro’. Yo ya venía acá a la Ciudad de México para comunicarle todo a González Avelar, pero como denuncié la intimidación en mi columna periodística también él intervino en este asunto y nos salvó la vida.” –¿Por qué no ha mejorado la relación de Estados Unidos con México en cuanto a leyes que permitan la mano de obra nacional allá? –Mario Ojeda del Colmex, en investigación para el Colef, la llamó una relación asimétrica, o sea desigual. Y así sigue desafortunadamente, sostenida además en ideas que no están basadas en la realidad. “Por ejemplo, en Estados Unidos se ha planteado que la solución a los problemas derivados de la migración sería una nueva ley que reformara las leyes de migración y que fuera una reforma comprensiva, así le llaman, de toda la migración. Pero como toda ley es un acto unilateral que excluye cualquier participación del gobierno de México o del pueblo mexicano en la decisión legislativa sobre migración que se proponga como solución.” Termina el también Premio Nacional de Ciencias y Artes, así: “No hay ningún político de Estados Unidos que plantee la necesidad de un enfoque bilateral, pero se trata de un fenómeno que en sus causas y en sus consecuencias es producido por factores ubicados en ambos lados de la frontera, algo sustentado por investigaciones del Colef desde hace mucho. Y esto no permite una visión optimista con bases para resolver pronto la cuestión migratoria.”   Prospectivas al 2017   Si bien los logros conquistados por el Colef como institución pública del sistema Conacyt a tres décadas de fundado son extensos, su presidente Tonatiuh Guillén López quiere la excelencia total y va por más. Al finalizar 2017, planea que todos sus programas de maestría y posgrados cuenten con el Nivel Óptimo de Competencia Internacional (PNPV). “El Colef es una institución no sólo de cercanía con la frontera, sino que debe estar trazando vanguardias y horizontes futuros para un desarrollo de más calidad, a la que tiene toda las posibilidades de anhelar”, afirma Guillén, entrevistado en la Casa Colef de Coyoacán. –¿Cuál es su prospectiva para la internacionalización del Colef? –Hay una naturaleza, de entrada, internacional en la investigación que hace el Colef, pero muy condensada en la relación bilateral con Estados Unidos. Ahí ya teníamos ese componente de tres décadas acumulando experiencia en temas de interacción fronteriza, así vemos necesario ampliar la mirada y preguntarnos dónde se halla ubicada la frontera México-Estados Unidos, o incluso nuestra frontera con América Central, en el contexto de las dinámicas del mundo. “En este camino nos propusimos progresivamente ir integrando un componente de estudio comparado a lo que ya sabemos de la frontera norte, especialmente. Queremos extender el reconocimiento del Colef de no sólo experto en la frontera México-Estados Unidos, sino de experto en fronteras, que podamos además comparar con respecto a derechos humanos cómo se comporta la frontera mexicana frente a la de Estados Unidos-Canadá, a las fronteras interiores de Europa o a las fronteras entre la franja de Gaza e Israel, cada tema verlo en el conjunto del mapa global.” No se trata únicamente de curiosidad, apunta Guillén: “Creo que cada vez más en este mundo globalizado tenemos que ubicarnos en estos procesos macro y entender en qué sentido nuestras fronteras pueden ser ejemplares en algunas áreas de desarrollo o de cooperación, pero también puede ser que sigan cargando inercias del viejo paradigma de las fronteras que servía para separar, disociar y segmentar. “Este esfuerzo lo vamos a traducir en una primera etapa con eventos académicos temáticamente clasificados, en los que invitemos a especialistas de distintos puntos del mundo a que nos aporten la experiencia de otras regiones con respecto a temáticas comunes.” El jueves 23 y el viernes 24 arrancará el seminario conmemorativo por los 30 años del Colef en Tijuana: “Fronteras del Mundo y Derechos Humanos”. Seguirá otro con el tema de procesos culturales (“que hemos trabajado muy bien, y luego gestión ambiental, desarrollo urbano, cooperación transfronteriza, infraestructura de comunicaciones y fronteras, así vamos a ir acumulando 10 primeros seminarios globales”). Describe la abundante agenda de actividades en diversas sedes del Colef para este año, que incluye unas Jornadas Artísticas, Académicas y Culturales “Mujeres Seguras” en Ciudad Juárez, los días 5, 6 y 7 de septiembre (ver programación de todos los eventos en el sitio internet www.colef.mx). “Esta ruta que estamos procurando debe llevar en no más de tres o cuatro años a investigaciones comparadas. Es un camino que va a enriquecer mucho a la institución y, creo, a las ciencias sociales del país entero.”

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