Una vez que se convirtió en alcalde de San Pedro Garza García, el panista Mauricio Fernández Garza concitó la atención de sus paisanos por sus singulares declaraciones, sus lances adivinatorios y sus primicias noticiosas que terminan por enredarlo. Ahora mismo está inmerso en un lío, luego de haber informado del secuestro del exlegislador Hernán Belden Elizondo, quien apareció muerto días después. Cuando sus correligionarios y los priistas se lanzaron contra él por sus inopinadas declaraciones, el alcalde respondió que cuando dio a conocer la noticia, Belden ya había sido asesinado.
MONTERREY, N.L.- Desde que asumió la presidencia municipal de San Pedro, el panista Mauricio Fernández Garza se jactó de que combatiría al crimen organizado en esa próspera localidad con un equipo especial de inteligencia, lo que atrajo la atención de los medios en todo el país.
Sus informaciones de primera mano en materia de criminalidad se han constituido en primicias antes de que las autoridades estatales y aun federales las difundan. Cuando algún reportero le pregunta sobre la identidad de sus fuentes, Fernández Garza sólo dice que se trata de “agentes de inteligencia”.
Una de sus “notas exclusivas” la reveló el viernes 7 de septiembre, cuando anunció el secuestro de su correligionario, el exdiputado local Hernán Belden Elizondo, minutos después de ocurrido. Ese día el alcalde comentó también que la noche anterior habían sido plagiadas otras tres personas en su municipio. Dos habían sido liberadas y una más, “que andaba en malos pasos”, se quedó con los captores, expuso Fernández.
Días después, el martes 11, el cadáver de Belden Elizondo fue localizado en un área desolada del paraje turísticoLa Huasteca, en el municipio neoleonés de Santa Catarina. El otro secuestrado también apareció muerto. Algunos de sus correligionarios, representantes del PRI y el propio gobernador Rodrigo Medina criticaron a Fernández Garza por su falta de sensibilidad, pues su indiscreción, dijeron, pudo haber precipitado la muerte del exlegislador.
El polémico alcalde se limitó a decir que sólo quiso ayudar y que no tiene por qué comparecer ante las autoridades. Sin embargo, el gobernador Rodrigo Medina declaró que ya se investiga si la infidencia del excéntrico alcalde influyó en los tiempos en que fue asesinado Belden Elizondo, quien, de acuerdo con la autoridad, murió el mismo día de su secuestro por una contusión profunda en el cráneo.
Jorge Domene Zambrano, vocero de Seguridad del estado, declaró quela ProcuraduríaGeneral de Justicia local analiza si llama a declarar a Fernández para que proporcione la información que recibió inmediatamente después del secuestro: “Él dice que al dar la noticia sabía que Belden ya estaba muerto; ahora hay que preguntarle cómo supo que ya estaba muerto”.
Ya anteriormente la dirigente estatal del PAN, Sandra Pámanes, había llamado la atención a Fernández por su “comportamiento imprudente”. En junio de 2010, cuando se supo que el entonces director de Tránsito de Monterrey, Enrique Barrios, actual diputado local, había sido secuestrado, Fernández se entrometió en la negociación que llevaba el municipio. Sus declaraciones no ayudaron en nada, expuso Pámanes.
El anunciador y sus críticos
Las noticias anticipadas del alcalde de San Pedro Garza García han sido motivo de asombro entre sus correligionarios y representados; y también de escándalo.
Días antes de tomar posesión, Fernández Garza anunció la creación de un grupo especial: “Voy a traer un equipo que yo le llamo de limpieza, un equipo rudo para que todo aquel que se dedica a delinquir sepa que nosotros estamos en guerra y vamos a hacer nuestro mejor esfuerzo, desde el municipio, para que no estén aquí”.
No quiso aclarar si los rudos trabajarían dentro de la ley. “Mejor no le abundes al tema… Sé que podemos hacer mucho y que el reto es mío. Si no está enla Constitución, o si no tengo responsabilidad federal, yo no sé qué tenga, o qué no tenga. Estoy tratando de arreglar el problema y para eso me eligieron”, atajó.
Ahí, en San Pedro, ante miles de funcionarios, ciudadanos e integrantes de la clase política de Nuevo León, en su primer discurso como alcalde, el 31 de octubre de 2009 Fernández reveló la muerte del capo Héctor El Negro Saldaña.
En presencia del gobernador Rodrigo Medina, mencionó que le habían informado sobre el asesinato del Negro en la Ciudad de México junto con su hermano Alan El Flaco; su medio hermano Carlos Saldaña Rodríguez y el joven César Rodríguez. Los cuatro cadáveres estaban dentro de una camioneta Equinox 206 plateada, con placas de Nuevo León.
“Por cierto, me acaban de informar que ‘El Negro’ Saldaña, quien aparentemente era quien estaba pidiendo mi cabeza, hoy amaneció muerto en el Distrito Federal y era la primer cabeza de secuestros en San Pedro Garza García”, dijo Fernández Garza.
El alcalde también se lanzó contra los criminales: “Lo van a entender por las buenas o por las malas, no vamos a aceptar ningún tipo de secuestro en San Pedro Garza García. Y si no, lo pagarán con su propia cara”.
La procuraduría capitalina dio la noticia al día siguiente, tras confirmar las identidades de los cuatro ejecutados. El 2 de noviembre, el panista negó que la muerte de Saldaña estuviera relacionada con la creación de su grupo rudo.
“(Los datos) son de mis gentes de inteligencia. Obviamente el de ese señor era un tema que personalmente me interesaba mucho. Pero tampoco puedo dar muchos detalles del caso, porque son mis sistemas con los cuales estoy trabajando”, dijo.
Identificado en todo el país como alcalde bronco, en los días siguientes comenzó a hablar de su equipo de “limpieza”.
Ante medios nacionales e internacionales comentó que había creado un grupo –con atribuciones difusas y origen indefinido– para ahuyentar a quienes distribuían droga en los giros negros de San Pedro. Durante algunos años éste fue considerado el municipio más seguro en el ámbito nacional.
El 30 de mayo de 2010 un grupo armado secuestró al director de Vialidad y Tránsito de Monterrey, Reynaldo Ramos Alvarado. La madrugada del 31 de mayo, otro comando irrumpió en la casa del secretario de esa misma dependencia, Enrique Barrios Rodríguez, en la colonia Cumbres Élite, al poniente de esta capital, y se lo llevó. Ambos fueron liberados el 2 de junio siguiente.
Reportes de prensa señalan que fue Fernández la primera autoridad que dio la noticia sobre los secuestros. Mientras los funcionarios estaban desaparecidos, el alcalde panista dijo que el propósito era presionar al entonces alcalde de Monterrey, Fernando Larrazabal, quien al parecer ya estaba negociando la liberación de sus colaboradores.
(Extracto del reportaje que se publica esta semana en Proceso 1872, ya en circuación)