Otra vez, la sombra del abuso sexual

domingo, 30 de septiembre de 2012 · 11:53
Un caso de presunto abuso sexual está siendo ventilado en tribunales del estado de Sonora y compromete a Mario Vásquez Armendáriz, quien goza de prestigio en los ámbitos estatal y nacional como entrenador de karate do. Su alumna Brianda Sarahí Mancillas, de 19 años, asegura que él aprovechó un viaje que ambos hicieron en automóvil y la emborrachó, después de lo cual la tocó sin su consentimiento. MÉXICO, D.F. (Proceso).- En los primeros días de octubre de 2010 el entrenador Mario Vásquez Armendáriz y Brianda Sarahí Mancillas Balderrama, integrante del equipo de karate do del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson), viajaron en auto de Navojoa a Hermosillo a fin de tramitar becas para los seleccionados de ese deporte. En virtud de que, según testimonios, el entrenador solía hacerle ver a sus pupilos que tenía influencias no sólo en el ámbito deportivo sino con diversas autoridades, logró imponerse como autoridad ante Brianda, de 19 años y estudiante de tercer semestre de la carrera de economía y finanzas del Itson Nainari, con sede en Navojoa. Por eso ella aceptó cuando el profesor la invitó al viaje. Aparentemente entre ambos sólo existía la relación maestro-alumno. En el trayecto de regreso el entrenador se detuvo en una tienda de autoservicio para comprar una botella de tequila “de tamaño mediano”. Brianda resintió los efectos del alcohol y los mareos hicieron que se durmiera “varias veces”. Recuerda que la última vez que despertó se vio en un sitio apartado de la carretera en el que sólo había una “hilera de árboles largos de unos 10 metros de altura, un canalito con agua y terrenos arados para la siembra”. El maestro, sostiene la joven, estaba abajo del auto, de pie; luego abrió la puerta del copiloto y le pidió que bajara. Brianda lo hizo pero aún estaba mareada. Entonces él la tomó del rostro mientras le pedía que lo besara en la boca. Ella se resistió hasta que un repentino vómito la apartó abruptamente de él, quien le dio una toalla para limpiarse la boca, la pasó al asiento trasero y se subió sobre ella mientras intentaba besarla. La joven le decía: “No, profe Mario… No, profe Mario...”. Luego de vomitar por segunda vez, logró quitárselo de encima. La deportista le pidió que la llevara a Residencias Itson, donde se hospedan los estudiantes foráneos. Se marcharon del lugar sin que ella pudiera saber con exactitud dónde se encontraba. Tenía una vaga noción de que alguna vez había pasado por ese sitio durante un convivio con los integrantes de la selección de karate do. El entrenador se detuvo en una tienda Oxxo. A Brianda le dio mucho calor y así se lo dijo a él, quien le sugirió que se quitara la blusa al tiempo que levantaba la prenda. En ese momento, según la joven, él le “apretó” los senos con la mano derecha y por encima de la blusa, y luego le tocó los genitales sin su consentimiento. De este episodio sólo se enteró en su momento Sthephanie Morales, amiga y compañera de entrenamiento de Brianda, a quien la propia muchacha le reveló que el maestro había intentado abusar sexualmente de ella. Durante un año, Brianda se abstuvo de contarle el hecho a su madre, María de Jesús Balderrama Quintero. Refiere que se sentía “muy estresada, se enojaba muy fácilmente, sentía mucho coraje y confusión por no haber hablado antes”. Finalmente, el 24 de octubre del año pasado le contó lo ocurrido y entonces su madre decidió llevar el caso ante los tribunales.   Abuso agravado   El 30 de mayo último, el juez cuarto de Primera Instancia Penal en el Distrito de Ciudad Obregón, Sonora, Reyes Valenzuela Reyes, dictó auto de formal prisión al entrenador de karate y actual presidente de la Asociación Sonorense de Karate y Artes Marciales Afines, Mario Vásquez Armendáriz, como presunto responsable del delito de abusos deshonestos agravados. El juez dijo haber encontrado elementos suficientes de probable responsabilidad. En su sentencia fue determinante el dictamen pericial sicológico emitido por el Centro de Atención de Víctimas del Delito el 12 de diciembre pasado practicado a Brianda Sarahí. El estudio determinó que la joven “sí presenta secuelas asociadas al evento experimentado de tipo sexual, afectando su desempeño académico y metas, evidenciando una falta de concentración, baja energía en actividades cotidianas e interés, episodios de tristeza y llanto en presencia de síntomas somáticos, como aumento de peso, insomnio, reflejando tensión interna, ansiedad y estrés, y manifiesta un estado depresivo”. El dictamen agrega que lo anterior agravó la situación de la muchacha, pues “Mario Vásquez representa para ella una importante autoridad teniendo bajo su cargo de educación escolar, sintiendo que se aprovechó de la confianza en él depositada, implicándole traición, impotencia y coraje, mostrándose defensiva y con desconfianza, perturbando su desarrollo psicosexual, sintiendo inferioridad corporal y culpa, dadas las circunstancias de los hechos experimentados”. El entrenador habría realizado esas acciones desde una posición de triple autoridad, pues además de fungir como entrenador del Itson preside la Asociación Sonorense de Karate do y Artes Marciales Afines, A.C., y fue coach de la selección nacional que compitió en Japón del 20 al 28 de agosto pasado en el campeonato nacional de Shito Ryu, así como en el XXIII Campeonato Panamericano Juvenil de la especialidad realizado en Cancún. En el último evento participaron jovencitas menores de edad cuyos padres se las confiaron tanto a él como al otro responsable de la delegación, Miguel Ángel Hernández García, hermano de Roberto, el presidente de la Federación Mexicana de Karate y Artes Marciales Afines.   Reincidencia   Esta no es la primera ocasión en que Vásquez Armendáriz es acusado de abuso sexual. Durante las declaraciones testimoniales salió a la luz el caso de dos alumnas exintegrantes del selectivo de karate, entre ellas Reyna Leticia Ayala, quienes aseguran haber vivido una situación similar con el entrenador. En ambos casos, dice, él aplicó la estrategia de emborracharlas. “Con sus dos manos me agarró los senos por encima de la blusa”, sostuvo Reyna Leticia en su declaración, y agregó que se puso a temblar e intentó zafarse, “pero no podía porque era más fuerte que yo”. Además, reveló que el profesor le pidió que procurara no decirle a nadie que habían salido a tomar cerveza, pues no era bien vista la relación de una autoridad con su alumna. Reyna Leticia reconoció que “por miedo y vergüenza” no le platicó a nadie lo sucedido. Hasta ahora, sin embargo, Vásquez Armendáriz sigue libre debido a varias acciones promovidas en su defensa: el pasado 2 de agosto el magistrado Alejandro Alfaro Rivera, presidente accidental del Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del V Circuito, admitió el recurso de revisión interpuesto por él contra la suspensión del amparo indirecto 528/2012-11 decretada por el juez octavo de Distrito en el Estado de Sonora el pasado 1 de junio. Por ello, el proceso aún no se resuelve. Incluso en caso de que se efectuara la aprehensión, el inculpado tendría derecho a la libertad bajo fianza, pues según el Código Penal del Estado de Sonora vigente el delito que se le imputa no es considerado grave. Cuando ocurrieron los hechos denunciados, Vásquez Armendáriz era el jefe de rama y entrenador de karate del Itson, que a finales del año pasado decidió no renovarle el contrato. En su declaración ministerial, el entrenador manifestó por escrito que aplicó un “correctivo” a su alumna Brianda Sarahí por una reiterada indisciplina, y negó las acusaciones, pues dijo que suponía que la alumna “fue utilizada mezquinamente” en su contra. Rechazó los cargos que se le imputan porque, dijo, “jamás” ha atentado “contra la integridad física o mental de ningún alumno” porque él tiene hijos –Mario, Blanca Sujey y Sandra Luz, de apellidos Vásquez Sarabia–, así como esposa, Blanca Esthela Sarabia Fierro, “que conviven familiarmente con todos los alumnos que integran el selectivo de karate do Itson, incluyendo a la propia denunciante”. Entre los testigos que abonan la conducta del entrenador está el presidente de la Federación Mexicana de Karate Do, Roberto Hernández García, quien dijo conocer al coach desde los ochenta y a Brianda desde hace unos tres años. El directivo declaró que Gastón Quintero, especialista en kata, le informó que la madre de Brianda, María de Jesús Balderrama Quintero, “pretendía afectar al maestro Mario”.

Comentarios