Calderón y Harvard: cobijo cuestionado

lunes, 21 de enero de 2013 · 12:52
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Desde el 18 de diciembre, cuando se confirmó la estancia de un año de Felipe Calderón en la Harvard Kennedy School, el empresario mexicano Eduardo Cortés Rivadeneyra y el exagente de la Patrulla Fronteriza estadunidense John Randolph, sin conocerse entre sí, comenzaron a recabar firmas en el sitio www.change.org para expresar su rechazo a la decisión de contratar al expresidente mexicano. En menos de tres semanas lograron recolectar más de 21 mil firmas en ese sitio especializado en peticiones ciudadanas colectivas, donde se solicitan los datos personales y se verifica la autenticidad de cada uno de los firmantes. Hasta el viernes 18 la iniciativa de Cortés y de Randolph contaba con más de 32 mil firmas; esperan conseguir más de 50 mil antes de que Calderón inicie su estancia el próximo lunes 28. La petición de Cortés es un texto muy breve que hace un recuento crítico de la administración de Calderón: “Harvard: Revierta la contratación de Felipe Calderón. “Porque disparó la deuda pública en un 122%, según SHCP; sumó 7.3 millones de pobres, según Coneval; tiró a México 33 lugares en el Índice de Corrupción, según Transparencia Internacional; México es el último lugar en calidad educativa, según la OCDE, y su fallida guerra dejó más de 100 mil muertos y 25 mil desaparecidos, según México Evalúa y el listado de la PGR, publicado por The Washington Post.” A su vez, Randolph, a través de su página en Facebook y sumándose a la iniciativa de Cortés, argumentó que “el presidente mexicano saliente, Felipe Calderón, es la figura más controversial de la guerra contra el narcotráfico en México, iniciada por él mismo en 2006”. La petición promovida por Cortés y Randolph está dirigida a Drew Gilpin Faus, presidente de la Universidad de Harvard, y a David T. Ellwood, decano de la Kennedy School.   Complicidad   Hasta ahora la única respuesta a las más de 32 mil firmas de adhesión es una carta firmada por Doug Gavel, director asociado de Relaciones Públicas y de Medios de la Harvard Kennedy School, dirigida al periódico Milenio, el viernes 11. Gavel afirmó que no es reversible la decisión de Harvard y que la condición de Calderón en la Kennedy School “es para una estancia de un año. No para dar clases”. En esta respuesta Gavel admite que “no todos estaban de acuerdo con sus políticas o métodos, como sucede con todos los líderes mundiales”, pero para la Universidad de Harvard “lo importante es el libre intercambio de ideas”. El vocero defendió a Calderón como “un alumno distinguido de la Kennedy School”, donde estudió una maestría en administración pública en 1999, cuando dejó la presidencia nacional del PAN, y afirmó que su gobierno es reconocido “por sus esfuerzos para mejorar la economía, ampliar y proteger la salud pública, enfrentar el problema de las drogas y por su colaboración con otros líderes mundiales para alcanzar metas comunes”. Aclaró que Harvard nombró al expresidente mexicano como “miembro inaugural de la Angelopoulos Global Public Leaders Fellow” y que “durante su nombramiento de un año el señor Calderón se reunirá con los estudiantes, hablará en eventos y escribirá algunos textos, como sucede a menudo en las estancias académicas”. –¿Por qué impulsar una petición colectiva a través de un sitio en internet? –se le pregunta a Cortés, empresario constructor radicado en Puebla. –Porque los ciudadanos mexicanos no tenemos la posibilidad de la revocación de mandato. Este es el único mecanismo que tenemos para expresar nuestro rechazo. –¿Qué reacción ha tenido de los simpatizantes de Calderón? –Esperaba que me rebatieran con cifras y datos sobre los logros de su administración, pero sólo han mandado insultos a través de mi cuenta de Twitter. –¿No cree que es lógico que Harvard y Estados Unidos lo defiendan, ya que la guerra de Calderón contra el narcotráfico respondió a sus propios intereses? –Para Estados Unidos la guerra es un gran negocio. Eso no es un secreto para nadie, pero es necesario desenmascarar esta situación. Hay que exhibir por qué Harvard quiere premiar a Calderón. –¿Cómo han reaccionado los estudiantes mexicanos residentes en Harvard? –Algunos me han expresado su simpatía a la petición colectiva y la HUMA (Harvard University Mexican Association) decidió manifestarse imparcial frente a esta situación. En efecto, la HUMA, dirigida actualmente por Guillermo Lerdo de Tejada Servitje, nieto del dueño de Grupo Bimbo, envió una misiva a los más de 150 integrantes de la asociación en la que se deslinda de la campaña y pide mantener una “posición neutral”. En la carta plantea: “Ante la insistencia de los medios por conocer cuál es la postura de los mexicanos en Harvard, he mantenido que HUMA no puede hablar por nadie; somos una asociación apolítica, plural y diversa y como tal no nos hemos manifestado en favor ni en contra de la llegada del expresidente. El punto de vista de cada miembro es muy válido y se respeta, por lo tanto HUMA no puede (ni podrá) fijar una postura en ningún sentido. “De mi parte, tengan por seguro que estaré trabajando para dejar en claro que cada miembro es libre de expresar su punto de vista y que HUMA se mantendrá absolutamente neutral ante el tema.”   Otra misiva   A la petición colectiva impulsada en www.change.org se sumó otra carta más extensa y crítica para expresar también el rechazo a la presencia de Calderón en Harvard. El investigador Sergio Aguayo, presidente de la organización Propuesta Cívica, y el poeta Javier Sicilia, dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, enviaron esta semana una misiva al decano Ellwood. Ambos consideran la llegada de Calderón a Harvard como “un insulto a las víctimas de la violencia en México” y le recuerdan a la institución académica que el panista desacató la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Radilla, que están pendientes dos procesos en su contra en la Corte Penal Internacional y se presume que es el responsable de la violación a los derechos humanos de al menos 25 mil desaparecidos. En el recuento medular de la administración calderonista, la misiva de Aguayo y Sicilia señala: “Más de 60 mil muertes, al menos 25 mil personas desaparecidas, 260 mil desplazados, 18 mil migrantes secuestrados cada año, etcétera. Las principales organizaciones de derechos humanos (Amnistía Internacional, Freedom House, Human Rights Watch, etcétera) coinciden en que México vive una crisis humanitaria sin precedente debida, en parte, a decisiones tomadas por el expresidente Calderón, quien, incluso, tiene dos denuncias ante la Corte Penal Internacional. “Consideramos que la incorporación de Felipe Calderón como investigador visitante de la Kennedy School es un insulto a las víctimas de la violencia en México”, sentencian. El senador panista Javier Lozano Alarcón descalificó como “frívola e intolerante” la misiva de Sicilia y Aguayo, e incluso advirtió que los militantes del blanquiazul “debemos poner límites a estos intolerantes”. Calderón “es un hombre admiradísimo en esa universidad. No puede ser que le estén queriendo limitar una actividad académica”, afirmó el exsecretario calderonista del Trabajo. El llamado de Lozano no ha encontrado el eco que deseaba. Ni la dirigencia nacional del PAN ni los dos exvoceros de Calderón (Alejandra Sota y Maximiliano Cortázar) reaccionaron frente a las insistentes peticiones y críticas, sobre todo en las redes sociales. Entre la comunidad mexicana en Harvard hay una creciente inquietud, pero los jóvenes no entrarán a clases hasta el lunes 28. Durante la campaña electoral de 2012 hubo un pequeño grupo que se organizó y participó como parte del movimiento #YoSoy132, pero se ha ido diluyendo. Humberto Delgado, estudiante de Harvard, expresa que está contra la presencia de Calderón porque “su guerra contra el narcotráfico fue fallida y las secuelas para el país durarán muchos años más”.

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