"Águila en vuelo", de González Camarena, podría perderse

jueves, 14 de noviembre de 2013 · 12:36
El especialista Jant Pérez de Segovia, restaurador de las columnas de la Catedral de Veracruz, y quien ya estaba contratado para restaurar en 2005 el mural Águila en vuelo, realizado por Jorge González Camarena en el puerto, estima que sufre daños en 58% de sus 120 paneles de 1 por 2 metros. La obra dejó de exhibirse al público hace más de una década. Si Pemex y Conaculta no la restauran podría enfrentar en tres años un deterioro irreversible.   VERACRUZ, VER. (Proceso).- El mural Águila en vuelo, con una superficie de 260 metros cuadrados y que fue elaborado en la década de los cincuenta por el pintor y escultor Jorge González Camarena para instalarse en la antigua sede del Banco de México –hoy torre de Pemex-Refinería– de este puerto, acumula ocho años de total abandono y negligencia por parte de las autoridades de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Universidad Veracruzana (UV). Águila en vuelo, único mural del artista fuera del Distrito Federal, evoca momentos del realismo social, la agricultura y la fuerza obrera mexicana realizado con colores basados en las tradiciones populares. Para el restaurador Jant Pérez de Segovia, la obra de arte se encuentra a tres o cinco años de alcanzar un deterioro irreversible.Él fue contratista y encargado del proceso de mantenimiento del mural en 2005 por Pemex y la UV, pero el mural no recibió restauración. “El arte es como un bebé recién nacido, está indefenso, vulnerable, si nadie le procura mantenimiento y cuidados se echa a perder. ¡Que quede claro!, a ese mural se lo va a cargar la chingada”, dice Pérez de Segovia en entrevista, mientras recuerda que en el sexenio de Felipe Calderón y en lo que va del de Enrique Peña Nieto las autoridades federales (Pemex y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes –Conaculta–) han desoído el llamado para enmendar el error garrafal de dejar morir la obra. En el sexenio de Vicente Fox, el director de Pemex-Refinación, Juan Bueno Torio –hoy diputado federal panista–, y el entonces rector de la UV, Raúl Arias Lovillo –exdirector de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior en México (ANUIES)–, se encargaron de bloquear su restauración. Al artista jalisciense se le recuerda en Veracruz por volverse activista de la salvación de la fortaleza de San Juan de Ulúa, cuando el gobierno estatal pretendió destruirlo en 1953 para edificar unas bodegas y ampliar el puerto. En aquella época González Camarena fundó el Comité Pro Defensa y Restauración del Castillo de San Juan de Ulúa. Un año antes había elaborado Águila en vuelo, que se guarda celosamente en la Torre de Pemex sin acceso al público, cubierto y sin la ventilación adecuada. Pérez de Segovia opina que González Camarena hizo una obra de alta ingeniera, pues el mural estaba soportado por un entramado de caoba y una cámara de aire que le ha evitado un deterioro mayor. Estimaciones suyas calculan daños en el 58% de la obra, sobre todo por grietas y desprendimientos del óleo, aunado a las “pifias” que cometieron los restauradores de artes plásticas de la UV quienes en julio del 2006 utilizaron barniz simple y pintura de aceite Comex para hacer algunas reparaciones. “Desde que la UV y Pemex asumieron la intervención con el mural, hicieron lo que les dio la gana. Para su dizque restauración se llevaron la obra del maestro González Camarena a Xalapa en una camioneta de estaquitas en día de lluvia, le pasaron barniz y a los paneles les pasaron pintura en aceite, ¡bendita Idea!” Águila en vuelo, elaborado con pintura anticorrosiva en 1952 compuesto por 120 paneles de 1 por 2 metros, dejó de exhibirse al público hace más de una década, pese a que en el proyecto original de Petróleos Mexicanos en el sexenio foxista era convertir el mezanine de la Torre de Pemex en un museo histórico, en donde el principal atractivo fuera precisamente la obra de González Camarena de entre otros artefactos y documentos de valor histórico de principios del siglo XX. Ahora el grito desesperado de Jant Pérez de Segovia es que el gobierno de Peña Nieto, el Conaculta y Petróleos Mexicanos volteen los ojos para rescatar “de forma emergente” el mural. El restaurador, con estudios en la Academia de San Fernando de Madrid y doctorado en Florencia, asegura que su denuncia pública no obedece a la necesidad de querer “volver” a adjudicarse la restauración y mantenimiento de la obra, pues asegura que en el 2005 “desmontó” el mural, hizo el proyecto ejecutivo para reanimarlo y salvar el daño que ya presentaba, contrató personal, compró materiales de mantenimiento y ni siquiera le pagaron los gastos que tuvo. “Después de lo que me hicieron, no quiero hacerme cargo de la restauración de la obra –por la que pensaba cobrar cuatro millones de pesos–, pero sí es un grito urgente para que traigan a alguien capacitado a que restaure el mural. Existimos cuatro o cinco, que traigan al que sea. Mi mundo es el arte y para mí es una gran lástima que la obra del maestro González Camarena se pierda en un mezanine cerrado, con mucha humedad, sin una cámara de aire y carente de cuidados”, expone. La obra en aquel entonces necesitaba desprenderse en su totalidad con materiales reversibles para limpiar totalmente cada uno de los 120 paneles, hacer un proceso de impermeabilización, así como la instauración de un sistema de clima artificial, otro de iluminación de luz fría para una mejor apreciación, y un cambio de puntos de fijación en el soporte de la obra con materiales de acero inoxidable, según sugiere la propia Facultad de Artes Plásticas en un documento en poder de Proceso, mismo que no se llevó a cabo por quienes terminaron interviniendo la obra.   Intereses económicos   Jant Pérez de Segovia restauró las columnas de la Catedral de Veracruz de corte neoclásico, recuerda que en el año 2005 él ya tenía la adjudicación directa del mural, garantizada a través de Pemex y con el aval y respaldo del entonces secretario de la Facultad de Artes Plásticas de la UV, Ramón León García y del gerente de Operación y Mantenimiento Marítimo de la paraestatal, Jorge Basualdo Ramírez. Sin embargo, “algo pasó” que el director de Pemex-Refinación, Juan Bueno Torio y el exrector universitario, Raúl Arias Lovillo, llevaron a cabo un contrato de “colaboración” y “restauración” paralelo al contrato directo y con tan sólo unos días de anticipación. Dice Pérez de Segovia que la ambición les ganó tanto a los dos, pues si bien la restauración sólo costaba cuatro millones de pesos, el valor de la obra de González Camarena sobrepasa los 270 millones de dólares. Por el lado de la Universidad Veracruzana, su órgano de comunicación oficial, el periódico Universo, aludió a que en julio del 2006 la UV atendió la petición de Pemex de hacerse cargo de la restauración del mural en la capital del estado. “Estaba ya muy deteriorado. Encontramos desprendimientos de la obra, superficies pictóricas insustituibles. Había acazuelados, que es la pintura que está a punto de desprenderse y donde hemos intervenido para que vuelva a su sitio original y tenga una duración más prolongada de por lo menos otros 50 años, dependiendo de las condiciones en que se restablezca el mural”, expuso Péres de Segovia. Agrega que la idea de trasladar en ese entonces el mural a Xalapa fue porque se reconoció que se tendrían mejores condiciones de trabajo para hacer los tratamientos: “La UV trabajó en 60 paneles que es (fue) el área más dañada.” Bajo el criterio de restauración hay una ética esencial que señala que las partes desprendidas del mural no se pueden sustituir por el color, sino que se hace una reintegración a base de líneas o puntos donde se marca el área que está siendo reintegrada; en ningún momento es una sustitución, sino una reintegración cromática, expuso a Universo Minerva Torres Vicente, una de las responsables del proyecto, junto con el propio Ramón León García.

Comentarios