"La muñeca de Cuba", Carmen Montejo (1925-2013)

lunes, 25 de febrero de 2013 · 21:55
MÉXICO, D.F. (apro).- La actriz Carmen Montejo, quien falleció este lunes 25 a la edad de 87 años, había nacido en Pinar del Río (Cuba) un 26 de mayo de 1925, con el nombre de María Teresa Sánchez González. “Me aboqué a la tarea de llevar a cabo mi carrera de actriz, luché con todas las fuerzas de mi corazón para poder darle al público lo mejor del don que había recibido de Dios”, solía decir. No había cumplido los nueve años cuando aquella niñita de cabellos dorados leyó la biografía de Sarah Bernhardt, cuya vida le impresionó sobremanera. Desde muy chica participó en programas radiofónicos y su primer sueldo fue un par de dólares que ganó por participar en el programa Abuelita Cata que transmitía la emisora CMOX de Cuba. “Todos los artistas que trabajábamos en la radio éramos profesionales, ninguno improvisado”, contaba Carmen Montejo. En 1939 comenzó sus estudios de arte dramático en la Universidad de La Habana, dirigida por Ludwig Shayovich, quien era seguidor de la estricta técnica alemana de Reinhardt. Para 1995, en México, el Instituto Nacional de Cinematografía (Imcine) le entregó una medalla en el Palacio de Bellas Artes en reconocimiento a su trayectoria en el teatro y en el cine, para dos años más tarde, recibir en Mérida el diploma de hija predilecta de Yucatán, por lo que Carmen Montejo le escribió una carta a su madre (María Teresa González) que reprodujo la revista Somos número 183 en mayo de 1999, donde dice: “Mamá… No me equivoqué cuando decidí, junto a ti y a mi hermano, que nos fuéramos de esa bella tierra cubana y viniéramos a este hermoso y mágico México donde, los tres, pudimos llevar avante nuestras vidas. Aquí aprendí mucho, viví mucho y amé mucho; aquí me he sentido casi completamente feliz… “He viajado por todo el continente con el teatro, pude constatar que en estos lares se me admira mi labor como actriz y ahora, madre adorada, en mi serena vejez recibo un homenaje tan grande y bello que no lo puedo creer y pensé: ‘Me lo merezco’, bueno, parece que sí, pero ¿yo sola lo hice todo? No… ¡Todo lo hallé en ti!...” Fama inmediata Tras concluir la secundaria, sus padres la premiaron con unas vacaciones a Estados Unidos pero la Montejo prefirió venir a México, cuando tenía 14 años, mintiendo a su llegada: “Soy una estrella en mi tierra y todo el mundo me conoce desde niña como la Shirley Temple de Cuba y se me llama ‘Muñeca Sánchez, la gran estrella de Cuba’…”. El periodista yucateco Enrique Rosado (famoso por su frase “por ahí nos encontraremos” con que terminaba sus críticas de cine) refirió: “Para hablar de Carmen Montejo hay que remontarse a 1943, década en que la cinematografía nacional acaparó mercados… e injusto sería olvidar la ayuda que le prestó a Carmen la periodista Martha Elba –también de origen cubano— que colaboraba en el semanario de espectáculos más importante de aquellos años, Cinema Reporter. “Ya convertida en Carmen Montejo, obtuvo un rol episódico en la película Resurrección, al lado de Emilio Tuero y Lupita Tovar, la primera Santa sonora, la que con el mismo acento le gritaba a Genarillo en Chimalistac y ordenaba champaña en la casa de Elvira. Carmen le imprimió tanta fuerza a su episódico personaje que Clasa Films la contrató para alternar con Sara García y Emilio Tuero en No matarás, con Isabela Corona y Ángel Garasa en Caminito alegre; con Isabela y David Silva en Ave sin nido (en 1943)…” Por aquella época, la Feria del Libro se realizaba en la avenida Del Ejido que desembocaba en el Monumento a la Revolución y como el escritor Celestino Gorostiza, quien organizaba esas ferias le pidió a Enrique Rosado que presentara en el stand donde se exhibía La señora de enfrente a las protagonistas de la cinta, Carmen Montejo y Sara García, esta “abuelita del cine nacional” se molestó y dijo: “En este país estamos fregados. De nada nos sirve cimentar una carrera porque se permite darle más importancia a cualquier advenediza”. Recibió apoyo de Emilio Azcárraga Vidaurreta para cimentar su talento en México. Fue el cineasta Chano Urueta quien le sugirió cambiara su nombre artístico a Carmen Montejo, debido a que ella vivía frente al hotel Montejo: “Llegué alentada por don Emilio quien había ido a un congreso de radio en Cuba, era ejecutivo de la XEW y cuando me dijo ‘Yo te ayudo’, ni lo pensé, ¡me vine! Don Emilio no contrataba actores, vendía tiempo a las casas patrocinadoras, que eran las agencias de publicidad, yo fui un producto de la radio (en El diario de Susana Galván y el programa Mil sueños por la calle). Trabajar con Chano fue muy interesante porque era un hombre muy talentoso, el más respetado entre los directores mexicanos de esa época, hacía un cine muy meritorio a un grado superlativo…“Chano estuvo muy enamorado de mí, pero yo nunca le correspondí.” Trascendencia Al cumplir 67 años, con casi cien obras de teatro (entre ellas, La casa de Bernarda Alba, La dama de las camelias, Los cuervos están de luto, Cada quien su vida, El divino Narciso y ¿Quién le teme a Virginia Wolf?), 80 películas en su haber (¿Qué te ha dado esa mujer?, Anita de Montemar, Los recuerdos del porvenir, Doña Macabra, Los cachorros, Coronación, Los hijos de Sánchez) 50 radionovelas y 28 telenovelas (Estafa de amor, Las momias de Guanajuato, El retrato de Dorian Gray, El maleficio, Cuna de lobos, La Constitución),  Carmen Montejo ofreció una entrevista a Amelia Camarena diciendo: “Todo ha sido maravilloso para mí. Primero, porque trabajas en lo que te gusta, yo amo mi profesión y la verdad me ha ido muy bien. Guardo recuerdos gratos y sigo escribiendo mi historia, son la recompensa al esfuerzo y a la dedicación… A nadie quiero más que al público mexicano, creo que por fortuna es un amor correspondido. Yo me entrego en mi trabajo, el público me ha visto crecer y envejecer, no soy achacosa, soy una mujer agradable que siempre tiene una sonrisa que ofrecer a la gente… Yo nada más te digo que me siento muy orgullosa de haber conquistado a los mexicanos, de verdad que le tengo un amor muy grande a mi profesión y a este nombre que aquí me dieron, Carmen Montejo, ¡muy mexicano!” Se enamoró de Manuel González Ortega, “apellido muy patriótico, descendiente del general González Ortega de Zacatecas”, durante un viaje a San Antonio, Texas; “él iba en el avión e inmediatamente sentí que sería el amor de mi vida”; sin embargo, “desgraciadamente enviudé pronto, cuando tenía 25 años de edad y él 50, nunca he vuelto a conocer a otro hombre como él”. Su gran amiga fue María Félix y se decía militante del PRI “de hueso colorado”. Concluía así: “Me etiquetaron como mexicana y dije, ¡aquí me quedo! Aquí fue sepultada mi madre y yo también tengo mi lugar en el panteón… Todos nos vamos a morir; unos más temprano, otros más tarde pero así va a ser… Yo no le tengo miedo a la muerte. En serio, no le temo, porque en esta vida no somos nada. Sólo hay que ver que saquen a un ser querido de su tumba para mandarlo incinerar, ¡es horrible! Pero ahí te das cuenta de que en este mundo no somos nada. “A nosotros Dios nos dio un Espíritu Santo, nos lo prestó mientras estamos en este camino, un camino que hay que aprender que hay cosas más importantes que lo material. Y cuando lo entiendes, estás lista para dar el paso. Claro que a mí me gustan muchas cosas materiales, procuro vivir con aquello que es bello, darme comodidad, pero también estoy consciente de que no son mías y que un día las voy a perder, a dejar de disfrutarlas. La vida es lo mismo: un día la vamos a perder y hay que estar preparados. “He vivido plenamente en distintas etapas y circunstancias de mi vida y estoy satisfecha, he vivido momentos tan hermosos que ya me puedo morir mañana porque viví lo que tenía que vivir. Una vez soñé que mi madre estaba en un planeta hermoso y no me lo dijo, pero sé que allá me espera. Es un sitio maravilloso. Fue un sueño, ¡y a colores!” Sindicalista ejemplar Sobre Carmen Montejo, el actor Joaquín Cordero, quien falleció el martes 19, declaró: “Yo conocí a Carmen hace muchos años en una película de Roberto Rodríguez (Todos mis hijos, 1951) en la que ella salía de tehuana y bailábamos una de esas danzas regionales. Cuando empezó, ella estaba muy jovencita, muy bonita, tenía unos ojos negros preciosos, con un carácter muy alegre, simpático y muy entusiasta para la actuación para la cual, desde luego, tiene muchas habilidades. Es una gran actriz que con el tiempo ha ido madurando hasta hacerse muy connotada y aplaudida, la gente la respeta y la admira mucho, es una persona muy buena, una extraordinaria mujer y compañera, la gente la quiere bien. “La he visto como una actriz ya madura en algunos trabajos que han sido muy buenos y a mí me siguen gustando mucho sus ojos negros. Me congratulo que sea una de las figuras más importantes en el medio artístico y que toda la juventud la conozca. Las actuaciones que tiene son muy dignas de tomarse en cuenta, y para que los actores jóvenes la vean y saquen algún ejemplo de ella.” Asimismo, el actor Julio Alemán, quien murió el 11 de abril del año pasado, destacó su trabajo en bienestar del artista, a través de la Asociación Nacional de Actores (ANDA): “Tuve mucho gusto de conocer a Carmen hace muchos años a través de sus trabajos artísticos porque pertenecemos al mismo gremio, siempre he sido admirador de ella como actriz dramática y como luchadora sindical donde ha sido una mujer muy activa, al igual que en la Casa de Cuna de la ANDA. A través de mi gestión como secretario general pude percatarme de su gran participación, de la unidad que convoca y del espíritu de servicio a sus compañeros actores, por lo que pertenece al vitalicio de consejeros de la ANDA donde están los exsecretarios generales de la misma como Silvia Pinal y, como una excepción, Carmen Montejo, por su dedicación al servicio a favor de los compañeros actores. Hemos coincidido mucho en servicios a la comunidad. “Conozco su trabajo y sé de su capacidad histriónica, pero realmente la conozco más por su lado humano, el lado de entrega desinteresada, nunca ha cobrado por ningún servicio que haya hecho en la ANDA y el hecho de que pertenezca a este grupo vitalicio de asesores del Comité Ejecutivo Nacional habla de su importancia en el medio y de lo querida que es. Me corresponde felicitarla por todos sus años de éxito, por la disciplina, por la enseñanza, por la escuela que les deja a las nuevas actrices. Es un ejemplo muy importante de que la carrera de la actriz y del actor no es solamente para el lucimiento personal sino es un servicio desinteresado a la comunidad. “Su entrega apasionada al quehacer artístico tendrán que tomarla muy en cuenta las actrices nuevas; es una vocación a la cual hay que entregarle todo sin esperar nada, que es cuando precisamente la vida le recompensa a uno sus esfuerzos.” Por su parte, la actriz michoacana Jacqueline Andere ha manifestado: “La admiro desde que estaba más joven. Recuerdo esas películas maravillosas que hizo y ya después trabajé con ella en televisión, para admirarla y aprenderle. Carmen Montejo es un gran ser humano, una persona con la cual no tienes ningún problema dentro del trabajo y, como actriz, una de las mejores en México.” El primer actor Ignacio López Tarso declaró: “Hice con Carmen una obra de teatro que se llamó Puñalada por la espalda y recuerdo dos películas juntos: Renuncia por motivos de salud (1975) y El profeta Mimí (1972), es una estupenda actriz y una magnífica persona. La recuerdo mucho como compañera de problemas sindicales que hemos resuelto juntos en varias ocasiones. Su opinión e intervención han sido fundamentales para sacar adelante asuntos de grave importancia, directamente relacionados con el sindicato de la ANDA. “Cuando fui secretario general, ella participó mucho en mi favor, fue un gran apoyo. La admiro mucho por su trayectoria teatral y porque es una actriz estupenda y muy buena compañera.” Y la primera actriz Elsa Cárdenas: “Mi primera película la hice con la señora Carmen Montejo, yo siempre la había admirado y cuando me dijeron que iba a estar ella en esa película me emocioné muchísimo, yo acababa de cumplir 15 años y empezaba mi carrera en el Instituto Andrés Soler. Esa película se llamó Estafa de amor y fue un agasajo trabajar con la señora Carmen Montejo y con Elsa Aguirre, después tuve la oportunidad de trabajar varias veces con ella en televisión y viajar juntas al Festival de Cine de Colombia. Una gran actriz, la quiere todo el mundo… “¿Qué le puede aprender uno a Carmen Montejo? ¡Todo!… Le ha dado muchísimo a todo el público que tanto la admira y a sus compañeros que tanto la queremos”.

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