Con una nutrida participación de cineastas continentales culminó en la capital tapatía el Cuarto Encuentro de Documentalistas Latinoamericanos y del Caribe – Siglo XXI (EnDocXXI), cuyo origen se remonta a su primera y hasta ahora más exitosa edición de finales del 2008 en Caracas, gracias al apoyo del entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez, según declara el director argentino y recién nombrado secretario general del EnDocXXI, Humberto Ríos.
GUADALAJARA, JAL. (Proceso).- Un centenar de cineastas de Argentina, Bolivia, Cuba, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Puerto Rico y Venezuela, entre otros países, asistieron al Cuarto Encuentro de Documentalistas Latinoamericanos y del Caribe – Siglo XXI (EnDocXXI), donde dialogaron sobre la distribución, exhibición y difusión del documental y la organización de su quinta reunión.
Luego de que en julio de 2011 en Buenos Aires, Argentina, incitaron a sus respectivos gobiernos a declarar a este género del cine Bien Cultural Latinoamericano y del Caribe por ser “portador de la memoria histórica y la identidad de los pueblos de la región”, los documentalistas se juntaron en el marco de la 28 edición del Festival Internacional de Guadalajara (FICG), del 5 al 8 de este mes. Ahí, según el boliviano Alfonso Gumucio, cineasta y escritor, se platicó de crear una videoteca que pueda circular en todos los países de la región, realizar festivales a nivel nacional con paquetes de documentales, y la creación de una comisión organizadora para el siguiente encuentro. Además, informó en entrevista, se eligió a Humberto Ríos como secretario ejecutivo hasta el 2015, fecha en que se efectuará la siguiente cita.
EnDocXXI es un espacio para concretar acciones conjuntas “que lleven a incidir sobre las políticas públicas que nosotros los documentalistas pretendemos que se pongan en marcha, para defender una vocación artística que busca con sus imágenes denunciar todo acto que atente contra la justicia, que devele las injusticias que toda persona, o grupos de personas o autoridades practican contra el ser humano en general, y latinoamericano en particular”, coinciden. El primer EnDocXXI se organizó en Caracas, Venezuela, en noviembre de 2008, seguido del de Guayaquil, Ecuador, en octubre de 2009 y de Buenos Aires.
El argentino Humberto Ríos, director de Luisa Vehil y los días felices y El tango es una historia, narró a Proceso que este cuarto encuentro cumplió con el mandato de tres anteriores reuniones para construir una estructura del EnDocXXI y un festival de cine joven que se efectuará en Brasil y empiece a girar por América Latina:
“Nos queda por delante un montón de deseos que nacen en el momento de formularlos que tienen que ver con la educación social, el cine en exhibición, la distribución, la difusión y finalmente la reflexiones alrededor de la creación.”
Legado de Hugo Chávez
A partir de una idea del mexicano Óscar Menéndez de realizar una reunión de documentalistas latinoamericanos, el proyecto de los encuentros se plasmó en el seno de un grupo de documentalistas argentinos conformado por Dolores Miconi, Claudio Remedi, Rodrigo Paz Paredes, Camilo Moreira Biurra y Ríos; éste contó cómo comenzó a transitar el camino de buscar los aliados indispensables para concretar todo:
“En el caso de Venezuela intervino directamente el presidente recién fallecido Hugo Chávez. Conocía al venezolano Edmundo Aray, quien había sido director de la Escuela de Cine de Cuba, y le pasó la idea a Juan Carlos Losada, de cinematografía de su país, quien le dijo del proyecto al ministro de cultura y se lo llevó al presidente Chávez, quien enseguida lo apoyó.”
Todo se preparó en La Habana (2007) y en Río de Janeiro, durante el Seminario y Forum del Documental Latinoamericano que se realizó en el marco del XV Festival de Cine y Video, Cinesul, en junio de 2008, organizado por el argentino Tito Ameijeiras, gracias a las gestiones de Orlando Senna.
Ríos conoció al ecuatoriano Jorge Serrano, quien habló con el ministro de Cultura de su país para que el siguiente encuentro se realizara en Guayaquil. El realizador aclaró que EnDocXXI es un espacio abierto para todos los documentalistas:
“Quien quiera participar, nada se lo impide. No hace falta una acreditación, no hace falta nada, es simplemente una vocación de construir una herramienta que nos permita unirnos a todos.”
Alfonso Gumucio destacó que este cuarto encuentro no fue la reunión más grande, como la de Caracas:
“Se debe a las dificultades de financiamiento. Es una red de documentalistas, no es una institución, por lo tanto muchos de los documentalistas que llegaron a Guadalajara vinieron por sus propios medios y otros con algunos apoyos.”
Para Ríos, el documental ha ido creciendo en cada país:
“Por ejemplo, Argentina, que además tiene programas gubernamentales que propician el documental y entonces, este tipo de largometrajes aumentó y existen varias organizaciones de documentalistas que se reúnen ya sea por afinidades ideológicas o por los temas, en fin, pasa lo mismo en Ecuador y Venezuela, y ahora sucede este fenómeno en México.”
Gumucio pone en la lupa que ya es sabido que el documental no se exhibe en las salas de cine comerciales:
“Los casos que ha habido en México, como Presunto culpable, es excepcional y tienen que ver mucho con una coyuntura política social en general, pero no nos engañemos, estas cintas no tienen éxito. Sin embargo, en los festivales siempre hay secciones de documentales.”
–¿Cómo solucionar el problema de la exhibición del documental?
–Se puede solucionar en alguna medida con políticas estatales. Por eso una de las comisiones del EnDocXXI tiene que ver con políticas porque es muy importante negociar con los Estados. Consideramos que el documental es un bien nacional porque las imágenes que estamos filmando hoy van a ser la memoria dentro de algunos años. Igual que los documentales que se filmaron hace 50 o 20 años son la memoria que tenemos de nuestra historia, y no hay mejor memoria que la de imagen en movimiento. Pensamos que por la importancia cultural, histórica y educativa que tiene el documental, requiere de una protección de los Estados.
–Pero, ¿se solucionará la situación de la exhibición?
–Depende mucho de las políticas y la legislación en nuestros países. Ha habido ya antecedentes históricos en varias naciones donde el Estado fijaba cuotas de pantalla para el documental. Se puede hacer que el documental sea parte de la educación pública, ¿por qué no? Hay muchas formas.
En tanto, Ríos está convencido de que el documental actualmente propone una intervención social y pone como ejemplo la película Cuates de Australia, de Everardo González:
“Este filme, que trata sobre cómo un pueblo se va a buscar agua y luego regresa, cambió la vida de esa gente que ahí vemos. Fui uno de los jurados que lo premió. Ahora se está presentando en Francia. Pero logró que a este lugar le metieran agua.
“El documental es una obra de arte como cualquier otra con la posibilidad extrema, gigantesca, de experimentar con el lenguaje, la psicología, la historia, con todo, por lo tanto es una herramienta de trabajo creativo en términos estéticos y se formula una intervención social o una intervención política.”
Recordó que durante la época de los militares el documental sirvió para informar sobre las luchas de los pueblos latinoamericanos frente a ellos.
Estas películas no son un negocio de Hollywood:
“En Argentina y Bolivia un representante de Holywood pudo cambiar las leyes del país en cuanto al mundo audiovisual y estamos peleando para que se cambie eso. Y permitir que el documental tenga una existencia y vida propias y que se pueda ver cómo los documentales se veían en la sala de cine en La Habana durante la revolución cubana.”
De la comisión de comunicación y portal, la documentalista mexicana Saudhi Batalla concluye que el EndocXXI es una realidad como un trabajo de integración entre documentalistas latinoamericanos y del Caribe de todas las generaciones:
“Este movimiento es el fundamento de nuestra historia, la memoria, el por qué hacer imagen y con qué ética y principios, y muchos temas que vivimos en este cuarto encuentro. Ahora, también hay que buscar mercados de difusión, exhibición y distribución.”